Croacia golea a Camerún y se jugará el pase ante México

Dos goles de Manduzkic, uno de Perisic y uno de Olic certificaron la victoria croata (0-4) ante la débil selección africana, que hizo aguas tras la expulsión de Song al final de la primera parte.

Croacia golea a Camerún y se jugará el pase ante México
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Por Pablo Miranda

Croacia se deshizo de Camerún y luchará por el billete a octavos de final del Mundial frente a México el próximo lunes (22:00 horas). El conjunto balcánico venció a la escuadra africana con relativa facilidad, encarrillando el encuentro en la primera parte y cerrándolo al comienzo de la segunda. Todo el ataque estuvo brillante, Modric y Rakitic no forzaron en exceso y Mandzukic, delantero estrella del equipo, debutó de la mejor manera posible: anotando un doblete. Las otras novedades introducidas por Kovac también funcionaron: Pranjic y Sammir cumplieron a la perfección. Acierto, por tanto, del joven técnico.

La segunda parte fue un disparate defensivo de Camerún

Pese a que Croacia se adelantó pronto (minuto 10), Camerún mandó durante los compases iniciales del choque. Un espejismo. El primer ataque del conjunto ajedrezado terminó en gol: Srna -con más presencia en ataque que ante Brasil- centró, la zaga africana despejó (o lo intentó) en semifallo, y la pelota cayó a los pies de Perisic, que lanzó un balón perfecto al segundo palo para que Olic convirtiera e inaugurara el marcador en Manaus. 1-0. Tras el tanto croata los leones indomables despertaron. Comenzaron a canalizar el juego por la banda derecha, conscientes de la condición física de Pranjic (baja en el debut) y del escaso compromiso defensivo de Olic, y crearon más de un apuro a los croatas, bastante fiados y relajados después del gol. Sin embargo, no lograron materializar los ataques con ocasiones contundentes y Croacia, Olic mediante, continuaba castigando a la débil defensa africana. 

Los partidos a vida o muerte (y éste lo era) suelen determinar su destino final a partir de detalles. A los cinco minutos de terminar el primer tiempo, Song, el hombre más importante de la selección en ausencia de Eto'o, cometió una estupidez y condenó a sus compañeros: agredió a Mandzukic (que ya había sido agredido antes por Mbia) y el colegiado, Pedro Proença, lo mandó a la caseta tras mostrarle la cartulina roja. La acción produjo un efecto multiplicador: Camerún perdió a su mejor centrocampista y regaló a Croacia la oportunidad de golear y revertir el balance de goles a favor y en contra. Y lo logró.

Mandzukic debutó en el Mundial con un doblete

La segunda mitad fue un disparate defensivo de Camerún, que no encontró solución ninguna a la expulsión de Song. Defendió muy mal y Croacia lo aprovechó. Primero Perisic, que tras cortar un saque de fondo de Itandje recorrió un cuarto de campo y batió con la zurda al meta camerunés. Más tarde, al cuarto de hora de la reanudación, Mandzukic sacó sus garras en forma de cabeza y colocó el 3-0 gracias a un excelente servicio de Pranjic desde el banderín. De nuevo Mandzukic, a quince minutos del final, convirtió el definitivo cuarto gol aprovechando un zurdazo raso de Eduardo, que entró en la segunda parte, y un despeje flojito de Itandje. 

Entre ataques y ataques de Croacia, y alguna que otra tentativa de Camerún, murió el partido, y con él, las opciones de los leones en Brasil. La fea imagen de dos compañeros, Assou-Ekotto y Moukandjo, llegando casi a las manos al final, refleja el estado de salud de una selección que ha decepcionado en el Mundial (y no es la primera vez). Demasiada anarquía, demasiados problemas internos y demasiados barullos; justamente lo que hay que evitar en una competición de esta dimensión. Ahora, tiempo de reflexión para ellos y concentración total para Croacia, que disputará en Recife su encuentro más importante en muchos años. Las piezas parecen al fin encajar y el billete para octavos se sitúa a una distancia tan larga a priori como posible. Un triunfo ante México bastaría. Tan cerca, tan lejos. 

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Sobre el autor
Pablo Miranda
Periodista con Master en Periodismo Deportivo. Trabajé en Radio Nacional. Me gusta el deporte en general, conocerlo, meterme en sus tripas para poder analizarlo de una forma más acertada. La objetividad, como la perfección, no existe, pero los periodistas debemos aproximarnos a ella, acariciarla. Sólo así nuestro trabajo tendrá sentido.