Séptimo combate en lo que va de temporada entre Lionel Messi y Thibaut Courtois. Nuevamente frente a frente, en lo que se ha convertido un auténtico duelo y, en el último año y medio para el rosarino, toda una pesadilla. El que ha salido claramente vencedor en las seis ocasiones anteriores ha sido el portero belga, quien ha terminado por desquiciar al crack argentino con sus intervenciones antológicas durante todo el curso 2013-2014, siendo protagonista en la mayor parte de los duelos contra el FC Barcelona.

Un año y medio hace del último gol endosado por el astro de la selección argentina a una de las grandes figuras de la selección flamenca. El 16 de diciembre de 2012, en la Jornada 16 del campeonato liguero en Primera División más concretamente, Messi lograba hacer el último tanto a Courtois y, por ende, al Atlético de Madrid. Un doblete para finiquitar un partido que los azulgranas se llevaron por un resultado de cuatro goles a uno. Hasta ahí, pues la sequía acumulada por el capitán de Argentina se extiende a un total de 540 minutos sin ver puerta -siete duelos- frente al guardameta belga desde aquel lejano 16 de diciembre de 2012.

Durante la campaña pasada, ya finalizada a nivel de clubes, en seis encuentros contra los atléticos, Leo Messi no fue capaz de hacer notar su gran capacidad goleadora contra uno de los mejores guardametas del mundo, y por ello el partido de este sábado contra Bélgica se convierte en un reto que va más allá, pues el rosarino quiere ser protagonista en el pase de su selección a semifinales. Para ello tendrá que batir a un Courtois que ha encajado tan sólo dos tantos en lo que va de Mundial. El belga tendrá enfrente a un Messi con mirada 'asesina', habiendo encajado hasta la fecha cuatro goles, además ha participado en los otros tres restantes conseguidos por la selección albiceleste en los encuentros contra Bosnia, Irán, Nigeria y Suiza.

Cero tantos, sin embargo, son el balance del 'diez' argentino contra el guardameta flamenco esta temporada entre Liga, Copa del Rey y UEFA Champions League, o lo que es lo mismo, un total de 450 minutos de Thibaut Courtois imbatido frente a Leo Messi, o el propio atacante barcelonista negado por un imperial portero belga. Seis encuentros sin ver portería, desglosados de la siguiente forma: dos de la Liga BBVA, dos de los cuartos de final de la Champions League y otros tantos de la Supercopa de España.

Hoy más que nunca, Messi desea que su particular sequía goleadora -siete partidos en total, seis durante esta temporada -contra el arquero atlético, propiedad del Chelsea, finalice. Ganas, motivación y empeño no le faltan al 'diez' de la albiceleste, pues solo tiene una meta en este Mundial de Brasil y esa no es otra que llevar a su selección a la cúspide del fútbol mundial.

El FC Barcelona ganó la Supercopa, pero Leo no pudo ser decisivo

Un solitario gol de Neymar en el Vicente Calderón, que neutralizó en su estreno el gol del exjugador azulgrana David Villa, puso las tablas a uno en el partido de ida de la Supercopa de España, disputada en agosto, entre FC Barcelona y Atlético de Madrid. En aquel partido Messi comenzó como titular, sin embargo tuvo que retirarse del césped tras el descanso, sustituyéndole Cesc Fábregas, por unas molestias en la parte posterior del muslo izquierdo, ese que tantos problemas le dio en el primer tramo de la temporada 2013-2014.

En el segundo encuentro, el de vuelta del trofeo entre el campeón de la Copa del Rey y el campeón de Liga, el choque fue muy igualado, tanto fue así que el resultado final reflejó un 0-0 que terminaba por conceder el primer título del curso en juego a los barcelonistas. En esta ocasión Lionel Messi sí disputó los 90 minutos, pero su fortuna contra Courtois no cambió. A dos minutos del final tuvo la oportunidad de finiquitar el partido, tras un penalti cometido por Miranda sobre Pedro, pero esta vez el larguero de interpuso entre el argentino y el gol. Messi participó en el primer y único título del FC Barcelona en la campaña 2013-2014, sin embargo no fue decisivo.

Mazazo en la Champions League

La afición española aguardaba con ansias unos cuartos 'marca España', pues el sorteo deparó ni más ni menos que un enfrentamiento entre el primer y segundo clasificado de la Liga BBVA, o lo que es lo mismo, todo un Atlético de Madrid - FC Barcelona. Jugándose la ida en el Camp Nou, mientras que la vuelta se disputó en el estadio Vicente Calderón. Por un lado, la ilusión por bandera de los madrileños, motivados por el Cholo Simeone, y, por otro, los barcelonistas, plagados de estrellas, pero dejando muchas dudas con su juego en ocasiones. Dos titanes del fútbol español se enfrentaban por un puesto en semifinales de la UEFA Champions League, y sólo podía quedar uno en pie.

El partido de ida tuvo un dominio casi total del equipo colchonero, adelantándose en el marcador y la eliminatoria con un golazo desde más de treinta metros de Diego, ante el que nada pudo hacer Pinto. Sin embargo, el Barcelona despertó en el segundo período, en los últimos veinticinco minutos, para poner emoción hasta el final. Neymar, en el 71' de juego, rubricó un celestial pase de Iniesta para plantarse sólo ante Thibaut Courtois y batirle, después, cruzando el cuero. Veinte minutos quedaban, y se avecinaba una auténtica avalancha sobre la portería atlética. Entonces la figura de Messi comenzó a hacerse notar, erigiéndose en el líder su equipo en todas las jugadas de ataque. Lo intentaban una y otra vez los locales, pero el portero belga se había propuesto desbaratar cualquier ocasión de gol, y así lo hizo. Courtois fue el héroe, sin duda, en los compases finales de aquel duelo, dejando las semifinales de la Liga de Campeones más cerca para los suyos. Messi, que jugó los noventa minutos, se tuvo que marchar otra vez más con la frustración de no ser capaz de batir al arquero de 1,99 metros de estatura.

Llegaba más tarde, el 9 de abril, la vuelta de los cuartos de final de la UCL, con todo por decidir. El Vicente Calderón dictaría sentencia, pues el marcador de la ida (1-1) dejaba todo abierto, aunque más favorable aún para los atléticos si cabía. Ya en el minuto cinco del duelo, Koke golpeaba primero para el Atlético de Madrid, obligando al FC Barcelona a macar al menos uno para forzar la prórroga. Sin embargo, el gran trabajo de toda la defensa colchonera, con un guardaespaldas de un gran nivel bajo palos para completar la zaga, hicieron desaparecer cualquier peligro azulgrana. Especialmente se encargaron de neutralizar cualquier arrancada del astro argentino, Lionel Messi, quien se vio relegado a un segundo plano. No despertó hasta los instantes finales del partido y la eliminatoria, aunque ya fue demasiado tarde, pues el Atlético de Madrid consiguió la machada (1-0) y se metió en semifinales. Cuatro partidos sumaban ya sin endosarle un gol al guardameta de la selección flamenca, que había hecho de su portería un auténtico muro. El argentino disputó asimismo la totalidad del enfrentamiento, como en el partido de ida.

Igualdad máxima en Liga hasta la última jornada

El sorteo celebrado en la LFP deparó un calendario en la Liga BBVA donde se iban a enfrentar Atlético de Madrid y FC Barcelona en la última jornada de la primera y segunda vuelta del campeonato. En la primera vuelta, ya habiéndose disputado la también igualada Supercopa de España, el partido iba a tener el mismo guión; un conjunto colchonero aguerrido, jugando sus armas en el contragolpe y el balón parado y desquiciando a los atacantes azulgranas con una telaraña bien hilada por el Cholo Simeone y sus pupilos. Lionel Messi empezó el duelo desde el banquillo, y saltó al césped colchonero tras el descanso. El crack argentino dispuso de dos buenas ocasiones para deshacer la igualadad en el electrónico; la primera, en un remate de cabeza desde el punto de penalti que se fue desviado por escasos centímetros, y la segunda, en una acción individual, en el 80', que se encargó de neutralizar Thibaut Courtois, el portero que ha conseguido, hasta la fecha, que la portería se le haga a Messi pequeña. El 0-0 era inevitable, y así acabó el primer combate liguero, de hecho.

No obstante, el compromiso liguero de la segunda vuelta, que además fue el que puso fin a la Liga en Primera División, iba a deparar otra cosa. Tras un igualado campeonato, en el que hubo tres líderes (FC Barcelona, Atlético de Madrid y Real Madrid), se llegaba a una última jornada, en el Camp Nou, en la que el trofeo de Campeón de Liga aún estaba en el aire, pues a pesar de que los colchoneros iban primeros en la tabla clasificatoria, dos puntos por delante de su rival, al equipo entonces entrenado por Gerardo Martino le quedaba una esperanza: ganar. Cualquier resultado que no fuera ganar para los blaugranas, concedía el anhelado título a los madrileños. El Barcelona conseguía abrir la lata, por primera vez en toda la temporada, merced a un gol de bella factura de Alexis, que reventó el esférico en la mismísima escuadra izquierda de la meta defendida por Courtois. Pero cualquier sueño barcelonista se esfumó al marcar Godín, en el 49', el gol del empate. Solo bastaban los tres puntos, y los ánimos locales empezaron a decaer paulatinamente, con apariciones aisladas de Leo Messi, que no cuajó un notable partido, aunque estuvo muy cerca de finalizar con la sequía goleadora que acumula esta campaña 2013-2014, pues consiguió anotar un tanto, pero el colegiado del partido lo anuló por posición de fuera de juego. Nuevamente, no pudo ser y Messi vio cómo Thibaut Courtois se hacía de nuevo con el triunfo de Campeón de Liga y le negaba en su faceta goleadora, en su casa, en el Camp Nou. Seis encuentros sin ver puerta, o lo que es lo mismo 450 minutos.

Foto: Elbocon.pe.

Por todo ello, el duelo de hoy en el estadio Nacional de Brasil entre Argentina y Bélgica tendrá un aliciente más: constatar si el capitán de la albiceleste pone fin a su mala racha anotadora contra el gigante belga, o si éste último concluye una temporada dejando en seco a uno de los futbolistas más goleadores del Mundo. En juego, el pase a semifinales de una Copa del Mundo contra Holanda o Costa Rica. Motivación no faltará a ninguno, pues Bélgica atesora además calidad sobrada para dar la campanada, puesto que, además, es la gran tapada. Lionel Messi llega enrachado a la cita, con cuatro tantos en cuatro partidos, y no contempla otra cosa que no sea llevar a su selección a romper el gafe de cuartos de final, ronda que no pasan desde el Mundial de Italia de 1990, cinco Mundiales consecutivos sin poder avanzar a semifinales, otra maldición que persigue a la selección que dirige actualmente Alejandro Sabella.

Foto: La Nacion.