Antes del inicio del Mundial, las reivindicaciones que se venían desarrollando en las calles de Brasil tomaron mayor protagonismo. Los costes se preveían altos, y los sobrecostes convirtieron al de 2014 en el Mundial más caro de la historia. El gobierno brasileño no escatimó en gastos. Con un 18'6% de su población viviendo bajo el umbral de la pobreza, Brasil quisó cerrar un negocio redondo como el brazuca... para los patrocinadores de la FIFA, claro.

Uno de los grandes problemas que deben afrontar la autoridades brasileñas es el problema de la vivienda. "Con el coste del estadio construido en Brasilia se podrían haber construido 200.000 casas populares" declaraba una de las portavoces de la Articulação Nacional dos Comitês Populares da Copa (ANCOP). Según estos datos, Brasilia podría haber logrado que ninguno de sus habitantes quedará sin hogar. Este es el estadio que albergará el partido por el tercer y cuarto puesto entre Brasil y Holanda.

Poco sentido de pertenencia de Brasilia

Brasilia es la capital de Brasil. Fue fundada en 1960 con este único pretexto. La intención era la de quitar la capitalidad del país a ciudades a la costa, muy identificativa del colonialismo portugués. Diseñada por Oscar Niemeyer, obtuvo el galardón de patrimonio de la humanidad de la UNESCO por su arquitectura. Es la cuarta ciudad más poblada de Brasil. Se pobló evidentemente con habitantes de otras ciudades, algo que dificulta la existencia de un sentimiento de pertenencia. Es ahora cuando se están echando raíces en la capital. Demasiado cortas todavía.

Estos nuevos inquilinos cargaron en su equipaje con el amor al equipo al que habían adorado desde pequeños. Algo que han heredado muchos de los ya nacidos en Brasilia. Poco es el seguimiento que tienen los equipos locales. Ninguno es profesional. Esto no ha privado al gobierno local de demoler el antiguo estadio y convertir el nuevo en el segundo con mayor capacidad del Mundial 2014.

Mané Garrincha, un estadio multiusos

No les queda otra. El Brasiliense FC, el equipo más potente de la ciudad, juega en quinta división. Va a ser complicado que se llenen las 72.800 localidades con las que cuenta actualmente el Mané Garrincha. Así pues, la federación brasiliense ha decidió iniciar contactos con esos otros clubes a los que sus conciudadanos aman, para que disputen algunos de sus encuentros allí. Como el Flamengo, que es uno de los más seguidos en Brasilia.

El Flamengo es uno de los equipos con más seguidores en Brasilia

La federación brasiliense también ha estimado oportuno celebrar otro tipo de eventos en el estadio, como exhibiciones o conciertos. Ya han actuado artistas como Beyoncé y Aerosmith.

La prueba de fuego para Brasil

Brasil jugará el último partido del Mundial en su capital. El choque que Scolari jamás habría deseado preparar, pues servirá para intentar lograr el tercer puesto y lavar su imagen. Sin embargo, una derrota podría empeorar el clima existente alrededor de la verdeamarelha. El que le enfrente a los Países Bajos, será un partido con mucho que perder.