La Loba se resfría

En el último minuto, en la última jugada, un despiste defensivo de la Roma sirvió para que el CSKA de Moscú empatara, por medio de Berezutski, un partido que no se había esforzado demasiado en ganar. Los italianos se habían puesto por delante en la primera mitad, también en el tiempo añadido, gracias a un soberbio lanzamiento de falta de Totti. Con este resultado y la victoria del Manchester City, todo queda en el aire de cara a la última jornada de la fase de grupos.

La Loba se resfría
luistejo
Por Luis Tejo Machuca

El lobo, Canis lupus, es un animal muy adaptable, capaz de sobrevivir en numerosos ecosistemas. Aunque la presión humana lo ha erradicado de muchas regiones, en origen su hábitat natural era amplísimo: desde el propio Círculo Polar Ártico hasta las tierras áridas del norte de África. Pero de todos los lobos que ha habido y habrá en el mundo, indudablemente la que más admiración despertó fue una hembra que tenía su territorio en las colinas a orillas del Tíber. Es una zona cálida, de lo que hoy llamamos clima mediterráneo; no en vano, sus descendientes se las apañaron para conquistar todo el mundo antiguo en sandalias.

Adaptada desde hace milenios a las temperaturas benignas, la Loba de hoy, la que no ataca con el pilum sino con la palla, se adapta mal al frío. En sus incursiones raramente se adentra en tierras tan hostiles como Rusia, ese lugar de termómetros tímidos y alfabeto deconstruido en el que cualquier pradera es un páramo congelado. Si alguna vez le toca enseñar sus colmillos por allí, no da demasiado miedo, acostumbrados como están los lugareños a alimañas mucho peores.

Los moscovitas, por su parte, bastante tienen con luchar contra los elementos. Estar acostumbrado al ambiente gélido no significa que no afecte igual que a los demás. Por si fuera poco, lo de "jugar en casa" ha de entenderse de forma muy relativa, habida cuenta de que está de prestado en Jimki, ciudad dormitorio a una cuarentena de kilómetros de la capital, mientras acaben las obras de su nuevo estadio, que según las previsiones iniciales debería llevar ya cuatro años terminado. Además, una de esas decisiones federativas que castigan a una hinchada entera por las barbaridades de un grupo reducido hace que ni siquiera puedan contar con sus aficionados para intentar recibir un poco de calor.

En estas condiciones, un partido de fútbol era lo que menos le apetecía a nadie. El deber llamaba, había que hacer acto de presencia en ese manto de escarcha qeu se hacía pasar por césped, pero ganas, lo que se dice ganas, ni unos ni otros tenían demasiadas. No es de extrañar que en todo el primer tiempo no ya las ocasiones de gol, sino los acercamientos a una u otra portería se pudieran contar con los dedos de una mano. Por destacar algo, cabe reseñar un uno contra uno que el marfileño Doumbia, que seguro que cada invierno maldice la hora en que se le ocurrió aceptar la oferta del Ejército, no supo resolver frente a De Sanctis.

Se adelanta la Befana

Cuando estaban ya todos deseando que el señor Brych les permitiera irse al vestuario a caldearse con su brasero y su mesa camilla, a la Roma le llegó un hermoso regalo, anticipo de la Navidad. Berezutski cometió una falta tan clara como ingenua que no sólo le valió la tarjeta amarilla, sino que le dio la posibilidad a los visitantes de disponer de un lanzamiento desde la frontal del área, a apenas un metro de la línea, en posición bastante centrada. Teniendo por ahí a un tipo como Totti, eso equivale, poco más o menos, a un penalti. El Capitano se encargó de demostrarlo con un obús que quitó las telarañas de la escuadra derecha de Akinfeev y que, de paso, batió su propio récord: ahora el máximo goleador de la Champions tiene 38 años, un mes y 29 días.

Tras el intervalo la cosa cambió un poco, aunque no en exceso. La Roma, consciente de que estaba en cuadro y de que la escasa victoria le bastaba para certificar una clasificación matemática con la que nadie siquiera soñaba cuando se vio el sorteo, decidió echarse atrás. Arriba seguía el número 10, cada vez con menos gasolina, pero faltaba Gervinho, todavía con la mente en el avión; faltaba también Florenzi, reubicado en el lateral derecho, en esa posición que ya experimentó en la pretemporada, porque las bajas no permitían otra alternativa; y por supuesto faltaba Ljajic, ausente hasta cuando está sobre el campo.

Poco a poco fue el CSKA el que se fue adueñando del terreno y acercándose con cierto peligro a la meta de De Sanctis. De forma muy desordenada, eso sí: Eremenko y Dzagoev, en teoría destinados a organizar el ataque, no eran capaces de coordinar a los suyos, que hacían cada uno la guerra por su cuenta. Aun así, el empuje de unos y el miedo que se empezaba a vislumbrar en los otros dio para algún barullo en el área. Al contraataque estuvo a punto de sentenciar la Roma, pero el encargado de tal suerte fue Ljajic, quien, aparte de indolente, tampoco tiene la fortuna de su lado las pocas veces que se esfuerza: solo ante Akinfeev, no vio a Totti que venía por detrás y se jugó el lanzamiento, que despejó el portero con la punta del pie.

No pasa nada, aguantamos, se decían los giallorossi, hoy de blanco. Y aguantaron, hasta que, cuando el cronómetro agonizaba, llegó no un cubo de agua fría, sino una granizada entera concentrada en una sola jugada, la última del partido. Berezutski, el que la había liado una hora antes, recibió el balón en el costado izquierdo del ataque y se decidió a centrar, a ver si sonaba la flauta y alguien era capaz de conectar un remate desesperado. Por desgracia para la Roma, nadie llegó a tocar la pelota. Por desgracia, porque los intentos infructuosos de dos delanteros despistaron a De Sanctis, que se quedó descolocado, y ni él ni Astori fueron capaces de evitar que el balón entrara mansamente en la portería.

Este empate final ya complicaba las cosas, pero la impredecible victoria posterior del Manchester City contra el Bayern de Múnich convertirá la última jornada en un carrusel de emociones. A día de hoy, Roma, City y CSKA están empatados a cinco puntos; italianos e ingleses se enfrentarán entre sí en el Olímpico y los rusos viajarán a Baviera. Con los alemanes ya clasificados desde hace tiempo, el cúmulo de resultados que se puede producir amenaza con cualquier posibilidad de cara a octavos de final y a la Europa League. En principio, es la Loba quien más fácil lo tiene, porque una victoria les garantiza pasar y, en caso de empate, se mantiene por delante de sus rivales gracias a la diferencia de goles (salvo que el tanteo del próximo partido sea 2-2 o superior). Para los de Moscú se hace algo más complicado, ya que su esperanza es ganar en Múnich y esperar a la igualada de los otros dos. ¿Imposible? Quizás, pero una combinación parecida era lo que necesitaba hoy el City para seguir vivo, y ahí está.

Puntuaciones VAVEL

CSKA Moscú (1) AS Roma (1)
Akinfeev 6 De Sanctis 6
Fernandes 5 Florenzi 6
​ ​​ ​​ ​Berezutski 6 Manolas 5
Ignashevich 5 Astori 5
Schennikov 5 Holebas 5
Natcho 6 Keita 6
Musa 6 De Rossi 6
Cauna 6 Nainggolan 6
Eremenko 4 Ljajic 4
​Dzagoev 4 Gervinho 4
Doumbia 5 Totti 7
Suplentes
Milanov 6 Iturbe 6
Tosic - Strootman -
Pjanic -
VAVEL Logo
Sobre el autor
Luis Tejo Machuca
Mi mamá me enseñó a leer y escribir; a cambio yo le di mi título de Comunicación Audiovisual de la URJC para que lo colgara en el salón, que dice que queda bonito. Redactor todoterreno, tirando un poco más para lo lo futbolero, sobre todo de Italia y alrededores. Locutor de radio (y de lo que caiga) y hasta fotógrafo en los ratos libres. Menottista, pero moderado, porque como dijo Biagini, las finales no se merecen. Se ganan.