El Mundialito de Clubes todavía no ha arrancado para San Lorenzo de Almagro y los argentinos ya se encuentran a una victoria ante un equipo neozelandés de batirse en la final ante el temido Real Madrid, que ya espera allí tras arrasar al tercero en discordia, el mexicano Cruz Azul. Y es que parece que los madridistas parten sin rival previo para alzarse con un título que podrían alzar este sábado por primera vez en su historia. Si hay algún equipo que puede evitarlo, ése es San Lorenzo. La ironía del fútbol ha querido brindar la oportunidad a todo periodista algo espabilado de hacer la broma fácil con el color de la camiseta del combinado sudamericano. Sí, visten de azulgrana.
Pese a todo, el billete de San Lorenzo a la final todavía no está sellado, ni mucho menos, o al menos eso es lo que considerarán en Nueva Zelanda en caso de ser preguntados al respecto. Y es que el Auckland City, escuadra oceánica por antonomasia, ha decidido hacer historia en esta Copa Mundial de Clubes. Tras derrotar con epicidad al Moghreb Athletic de Tetuán en cuartos, viéndose obligados a hacerlo mediante la tanda de penaltis, el enfrentamiento ante un club con la historia y el semblante del San Lorenzo se convierte, de forma inmediata, en uno de los mayores acontecimientos acaecidos en el entorno del club en, prácticamente, toda su trayectoria.
El duelo entre San Lorenzo y Auckland City contrapone dos universos radicales aunque no tan lejanos kilométricamente hablando. En Argentina, el fútbol es y ha sido siempre pasión, tradición, morderse las uñas y cantar himnos en coro. Por su parte, Nueva Zelanda apenas ha gozado jamás de una herencia futbolística que les permita verse en el espejo como un rival considerable, ni en lo referido a competiciones formadas por combinados nacionales ni en las clásicas competiciones de clubes a nivel internacional.
Garra y corazón
La plantilla de San Lorenzo de Almagro está construida con la firme y consensuada idea de formar como un bloque. En el barrio de Boedo nada importa más que el colectivo, pese a que dentro de la plantilla existan varios jugadores que podrían constituirse como estrellas en cualquier otro equipo argentino, como pueden ser Mercier, Verón o Cauteruccio. El equipo se construye con fuerza desde el arco, donde dos veteranos como Sebastián Torrico y Leo Franco (viejo conocido de la liga española) se pelean por la titularidad.
En defensa, la firmeza de la pareja de centrales que constituyen el joven Wálter Kannemann y el experimentadísimo colombiano Mario Yepes (38 años) proporciona al equipo una continua sensación de infranqueabilidad que se ve complementada por el trabajo de los dos fundamentales laterales (o casi carrileros) del conjunto. Por la derecha Julio Buffarini y por la izquierda Emmanuel Mas recorren el campo de punta a punta de forma continua, incorporándose con peligro al ataque y colaborando de forma desinteresada en tareas defensivas.
El maravilloso trivote formado en el centro del campo por Edgardo Bauza es, cómo no, la columna vertebral de San Lorenzo. Con Juan Mercier ejerciendo de director de orquesta debido a su perfil técnico y de delicadeza futbolística; son sus dos compañeros en la batalla, quienes acostumbran a ser Néstor Ortigoza y Enzo Kalinski, los que le realizan el trabajo sucio. Otro futbolista de un carácter más distribuidor como es Facundo Quignón también juega un papel relevante dentro del organigrama del equipo.
Finalmente, la punta de ataque de San Lorenzo se conforma por tres hombres prácticamente fijos. Abiertos a banda, Pablo Barrientos y Gonzalo Verón revolucionan los encuentros en base a su velocidad, desborde y facilidad, en ambos casos, para el trazado de diagonales con el delantero centro. Éste último acostumbra a ser, cómo no, el killer Martín Cauteruccio, aunque otros hombres como el joven Héctor Villalba también gozan de perspectivas de triunfo personal siempre que sus carreras prosigan por el sendero adecuado.
Desde Oceanía con pundonor
El Auckland City es conocido aquí por ser el equipo que entrena el español Ramón Tribulietx. Líder indiscutible en Nueva Zelanda y Oceanía en general (recordemos que, en términos futbolísticos, Australia pertenece a Asia), sus papeles en competiciones intercontinentales siempre han sido pequeños e irrelevantes. Sin embargo, la victoria del pasado miércoles ante el Moghreb Athletic les da alas para creer que realmente pueden vencer al actual campeón de la Copa Libertadores.
Bajo palos, Tamati Williams es fundamental, mientras que por delante de él se coloca el otro integrante español del equipo: el central Ángel Berlanga, cuyo compañero en el centro de la zaga suele salir del trío formado por Marko Djordjevic, Mario Bilen y John Irving. En los laterales, White e Iwata son prácticamente indiscutibles, aunque en la banda izquierda también aparece con asiduidad el nombre de Andrew Milne, encargado de dar minutos de descanso al japonés.
En el centro del campo, el capitán Ivan Vicelich es el rey, mientras Tim Payne hace las veces de mago del emperador. Otros jugadores como Cameron Lindsay y Sam Burfoot también aportan minutos de calidad a la plantilla. Finalmente, por delante aparecen las mayores armas del Auckland City: sus atacantes. Con el mexicano Fabrizio Tavano como referencia, la multiculturalidad se convierte en parte de su identidad, contando con el portugués Joao Moreira, el argentino Emiliano Tade, el guineano David Browne o el nigeriano Sanni Issa, entre otros.
Plantillas
San Lorenzo
Porteros: Leo Franco, Torrico y Devecchi.
Defensas: Cetto, Yepes, Buffarini, Arias, Kannemann, Más, Catalán y Fontanini.
Centrocampistas: Mercier, Kalinski, Romagnoli, Barrientos, Ortigoza, Cavallaro y Quignón.
Delanteros: Cauteruccio, Villalba, Blandi, Matos y Verón.
Auckland City
Porteros: Williams, Caunter y Spoonley.
Defensas: Arms, Takuya, Bilen, Berlanga, Irving, Pritchett, White, Djordjevic y Milne.
Centrocampistas: Payne, Lindsay, Vicelich, Kim y Burfoot.
Delanteros: De Vries, Moreira, Issa, Browne, Tade y Tavano.
Posibles onces
