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Robert Lewandowski: la estrella de Varsovia

La capital de Polonia vio nacer hace 24 años al deportista que hoy enamora a los amantes del fútbol y es objeto de deseo de los grandes clubes de Europa. La carrera de Robert Lewandowski no entiende de fracasos y el fútbol mundial ha reconocido su talento señalándole como uno de los mejores futbolistas del mundo con su nominación a la máxima distinción individual: el Balón de Oro. (Foto: EFE)

Robert Lewandowski: la estrella de Varsovia
Robert Lewandowski durante un partido de la pasada Eurocopa
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Por Carlos Ayuso

El éxito de Lewandowski sólo se puede asociar a una palabra: trabajo, trabajo y más trabajo. Desde que el jugador iniciara su carrera futbolística en el Znicz Pruszków, un equipo humilde de la segunda división polaca, su descaro y efectividad en el césped han dado lugar a una progresión espectacular. Comenzando desde el banquillo en la mayoría sus equipos ha sabido aprovechar sus oportunidades para decir “aquí estoy yo”. Con tan sólo 24 años puede presumir de ser el máximo goleador polaco de la historia de la Champions League, la máxima competición continental.

Nacido en una familia de deportistas Robert parecía estar destinado a ligar su vida al deporte. Como en una empresa familiar, Lewandowski dio sus primeros pasos como futbolista en el equipo que entrenaba su padre, el Partyzant Leszno. El Varsovia fue su siguiente estación, y fue también el primer equipo donde se reivindicó a base de goles para demostrar su talento. Con tan sólo ocho años aterrizó el jugador en el Varsovia. “Tenía las piernas como palos, era muy delgado. Tenía miedo de que le partieran por la mitad”, decía Krysztof Sikorski, su entrenador en el Varsovia Warszawa. Antes de fichar por el Delta Warszawa, jugó durante siete temporadas a las órdenes de Sikorski, que fue el primero en atisbar el talento que encerraba el delantero del Dortmund. “Hubo una temporada en la que el equipo hizo una gran campaña goleadora. Marcamos 158 goles, y Robert hizo la mitad de ellos”, continua Sikorski.

Su aventura en el Delta duró poco. Tras un año en el equipo, Lewandowski se fue cedido a la cantera del Legia de Varsovia, de la que se marchó una temporada más tarde ante la falta de oportunidades para firmar con el Znicz Pruszków, donde daría a conocer su nombre para convertirse en la verdadera esperanza del fútbol polaco. En su primera temporada en el Znicz, en la que acabó como pichichi de la competición, sus goles llevaron al equipo a la segunda división. La siguiente campaña no pudo repetir ascenso, pero sí el trofeo pichichi. Fue así como despertó el interés de varios equipos de la Ekstraklasa (primera división polaca), y fue el Lech Poznan el que abrió la cartera para pagar algo más de un millón de euros por sus goles.

El Lech Poznan había vivido su época dorada en los noventa. Tres ligas y dos supercopas polacas entre 1990 y 1993. Hasta el fichaje de Lewandowski en el verano de 2008, el equipo solamente había conseguido ganar un título más, al alzarse con la Copa de Polonia en 2004. Con la llegada de Robert, el Lech Poznan vivió su segunda época dorada, ganando nuevamente la copa y la supercopa. Este título le permitió participar en la Copa de la UEFA, donde llegó hasta los dieciseisavos de final plantándole cara a un poderoso Udinese.

Además de su fichaje por uno de los grandes de Polonia, fue convocado por Leo Beenhakker para jugar con la selección absoluta en septiembre del mismo año 2008. Pasó de jugar en un segunda a ser un fijo en el Poznan y debutar con la selección polaca. Lewandowski creció y a medida que esto ocurría el Lech Poznan y la Ekstraklasa se le quedaban cada vez más pequeños. En dos temporadas en el equipo de la región de Gran Polonia anotó 41 goles, quedando pichichi en su segunda y última campaña en la máxima categoría polaca.

Y entonces llegó Zorc

Sus grandes tardes de fútbol no pasaron desapercibido para nadie, y el verano de 2010 Michael Zorc, director deportivo del Borussia Dortmund, viajó a Poznan para negociar la salida del jugador al equipo ‘borusser’. “Era demasiado bueno para jugar en Polonia”, decía su entrenador del Poznan por el momento, Jacek Zielinski. Finalmente, el Borussia Dortmund se hizo con él para las cuatro próximas temporadas previo pago de 4,5 millones de euros.

En una liga más competitiva y con un equipo resurgido de sus cenizas viviendo, al igual que a su llegada al Lech, su segunda etapa dorada, el escenario era el idóneo para dar a conocer al mundo quién era Robert Lewandowski. En su primera temporada se topó con un espectacular Lucas Barrios ocupando la delantera. No tenía rival, lo metía todo. Pronto encontró en Lewandowski su socio perfecto para los minutos finales de partido. Marcó nueve goles en su primera campaña con el equipo amarillo y conquistó la Bundesliga.

En su segunda temporada en el Dortmund marcó 30 goles

La temporada siguiente, la lesión de Lucas Barrios le ayudó a ganar protagonismo en el equipo y convertirse en el delantero de referencia. Metió una marcha más y su rendimiento y calidad creció y creció hasta llegar al día de hoy, cuando tiene ensimismados a todos los amantes del fútbol. Los aficionados del Signal Iduna Park acabaron por rendirse a Lewandowski gracias a las grandes tardes de fútbol que les regaló. En su segunda temporada en el Dortmund marcó 30 goles y completó una campaña estelar marcándole un triplete al Bayern de Múnich en la final de la Copa de Alemania.

De su última temporada en el equipo ‘borusser’ poco se puede decir. Ha sido en esta en la que se han fijado todas las miradas en él. Su gran actuación en la Champions League no pudo tener un final feliz al caer derrotado el Borussia Dortmund por 1-2 ante su máximo rival, pero le ha servido para seguir cosechando títulos individuales. Sus cuatro goles al Real Madrid en el partido de ida de las semifinales le convierten en un mito, ya que es el único jugador que ha conseguido marcar cuatro goles en un mismo partido de semifinales en toda la historia de la competición. En la Bundesliga alcanzó otro record: marcar durante doce partidos consecutivos.

Todos estos logros sumados a su espectacular progresión, han sido reconocidos con su nominación a la máxima distinción individual que puede obtener un futbolista: el Balón de Oro. O lo que es lo mismo, es uno de los 25 mejores jugadores del mundo. Al final de esta temporada el jugador acaba contrato con el equipo amarillo y elegirá un nuevo destino en el que seguir enamorando a los amantes de este deporte. Muchos equipos le pretenden: Real Madrid, Chelsea, Barcelona, incluso el mismísimo enemigo Bayern de Múnich. Pero lo cierto es que, a día de hoy y hasta junio de 2014, la estrella de Varsovia seguirá brillando en el Signal Iduna Park.