La falta de ideas y el temor a la derrota oscurecieron un duelo entre Hannover y Stuttgart que se alejó de las porterías desde el pitido inicial. El miedo pudo con la valentía y el equilibrio del marcador apenas peligró en una confrontación en la que el rigor táctico se impuso al desequilibrio ofensivo de principio a fin. Nadie fue capaz de encender el interruptor del talento y los minutos pasaron, del principio al último, testigo de jugadas mal hilvanadas y previsibles que no sorprendieron a los zagueros. Con la permanencia prácticamente asegurada, el cuadro local no mostró excesiva ambición por conseguir los tres puntos y el visitante, que los necesitaba más, no fue capaz de herir a un rival conservador y algo dubitativo en su zona defensiva.
Los primeros minutos fueron de tanteo, con ambos conjuntos timoratos. Sin embargo, ese respeto mutuo no fue óbice para que diesen muestra de su potencial ofensivo. Hiroki Sakai amenazó con una peligrosa internada por el costado diestro y Didavi respondió con una atrevida cabalgada que finalizó con su disparo al lateral de la red, previa pared de bella factura con taconazo incluido de Ibrahima Traoré. Atascados ambos equipos en la salida de balón, en los compases iniciales era el Stuttgart quien más peligro generaba liderado por la habilidad en la zurda de un voluntarioso Didavi, faro de todos las jugadas en campo contrario del conjunto de la Mercedes.
Sin un dominador claro ni nadie que fuese capaz siquiera de darle velocidad a la circulación de balón colectiva, se esfumó la primera media hora, virgen de ocasiones de peligro claras y, por ende, plácida para ambos guardametas. Así se cerró un primer acto marcado por el conservadurismo y el excesivo respeto por el adversario que alejó por completo el cuero de las zonas francas para el gol. La segunda mitad comenzó con mayor intensidad que la primera. Ambos adelantaron su presión para hurgar en las miserias de la salida de balón rival. De esa manera llegó la primera ocasión clara para los visitantes. Gotoku Sakai recuperó un balón en el costado izquierdo y se lo cedió a Didavi con un bonito detalle técnico. El zurdo envió un potente servicio al primer palo pero Cacau, totalmente libre de marca, no supo dirigir su remate entre los tres palos
La rápida acción fue un oasis dentro de un duelo poco fluido y tedioso, con las ideas poco claras en la medular y nula capacidad de sorpresa en la zona de vanguardia. El Stuttgart, aunque lejos de desmelenarse, volvía a ser el que más se esforzaba en acercarse al marco rival, más por voluntad que por acierto en el pase. Un acierto que también le era esquivo al Hannover, previsible y lento para estrellarse ante las dos líneas de cuatro dispuestas por el cuadro visitante. Así pasaron los minutos hasta que en las postrimerías del encuentro Ulreich, casi inédito durante los noventa minutos, tuvo que reclamar su protagonismo para salvar el empate. Stindl realizó una buena maniobra para zafarse de su marca dentro del área, pero su disparo se encontró con el pie del guardameta. La intervención del cancerbero visitante rescató un punto vital para su equipo, un granito de arena más para caminar hacia una sufrida permanencia que ya acaricia de forma matemática el Hannover.