El cazador sofoca la rebeldía

Un ambiente infernal. Un rival superior técnica y tácticamente, que además llegaba al partido con la moral por las nubes tras vencer a sus vecinos. Dos circunstancias que, sumadas, pueden suponer la derrota de cualquier equipo. El escenario en concreto era el Stadion Gelsenkirchen, un estadio siempre complicado en un país donde siempre es difícil ganar. Con todo en su contra llegó el Maribor, la 'cenicienta' del Grupo G, que llegaba tras lograr un meritorio empate ante el Sporting de Lisboa.

Los visitantes golpean primero

Los locales, que sumaron un importante punto en la primera jornada ante el Chelsea, comenzaron el encuentro intentando distanciarse en el marcador desde el primer momento. Así, Aogo primero y Huntelaar después disfrutaron de las primeras ocasiones antes de que se cumpliera el minuto diez de partido. Pero esta fase inicial no amedrentó el guión previsto por el conjunto esloveno, que fue asentándose en el partido y comenzó a mostrarse más suelto en ataque, comenzando a llegar con peligro al área alemana. Vršič estuvo muy cerca de conseguir el tanto de la temporada tras probar fortuna desde el centro del campo, pero el balón se marchó ligeramente por encima de la portería de Fahrmann.

A partir de ahí, las fuerzas se igualaron entre los dos equipos, si bien es cierto que el cuadro germano llegaba con más peligro. Boateng disfrutó de una oportunidad clarísima, pero el centrocampista ghanés elevó el balón en exceso. El equipo entrenado por Jens Keller comenzó de nuevo a volcarse hacia el área eslovena, pero a falta de siete minutos para el descanso, los locales sufrieron un revés inesperado. En una excelente combinación del Maribor, Viler recibió en la banda izquierda y mandó un balón raso hacia el punto de penalti, donde Bohar apareció para colocar el 0-1 en el marcador. El gol fue un mazazo para los germanos, que estuvieron a punto de encajar el segundo dos minutos después. El colegiado Velasco Carballo señaló el camino de los vestuarios a los 22 futbolistas sobre el césped, que escucharon cómo la afición local silbaba a los suyos por el juego desplegado en los primeros 45 minutos.

Reacción local

Tras el paso por los vestuarios, la tónica del partido no varió un ápice y los alemanes siguieron dominando el partido. Sin embargo, el Schalke no lograba conectar de manera precisa con sus jugadores más ofensivos, presos del entramado defensivo propuesto por el Maribor. Pero el fútbol es un deporte de momentos y, en una acción aislada, llegó el tanto del empate. Huntelaar recibió un balón en la frontal del área y, con un disparo raso colocado al palo derecho, logró batir al guardameta esloveno. El tanto espoleó al conjunto teutón, que comenzó a asediar la portería de Handanovič. Draxler, Boateng y Huntelaar intentaron completar la remontada, pero la falta de puntería y el acierto del portero rival impidieron que los germanos lograran colocarse por delante en el marcador.

En los últimos instantes del partido, el Maribor también tuvo alguna oportunidad para llevarse los tres puntos de Gelsenkirchen, pero la zaga alemana se mostró contundente en el despeje y evitó el segundo tanto esloveno. El partido llegó a su fin con el 1-1 en el electrónico, lo que no sirve a ninguno de los dos equipos. Los eslovenos dieron la sensación de ser un equipo capaz de competir por la segunda plaza de su grupo, mientras que el cuadro de Gelsenkirchen está muy lejos de el nivel mostrado hace unos años, y tendrá que sufrir si quieren estar en los octavos de final de la UEFA Champions League.

Tras la segunda jornada, los alemanes se encuentran con dos puntos en su casillero, al igual que su rival en el día de hoy. En la siguiente jornada, los alemanes se enfrentarán al Sporting de Lisboa, mientras que el Maribor se verá las caras con el favorito a terminar primero del grupo G, el Chelsea.