"Érase una vez, en un reino muy muy lejano...
La temporada 2014-2015 de la Bundesliga tenía un invitado de honor. Entre sus animadores, habitaba uno con menor cartel, con tinta de "Cenicienta" y con todo el matiz de ser un ave de paso y una especie de caja registradora de puntos para el resto de contendientes. Ese invitado era el Padeborn. El equipo con menor presupuesto de la liga debutaba en toda su historia dentro de la Bundesliga, un ascenso histórico que toda su ciudad celebró como si de un título de Champions League se tratase.
Sin embargo, el verdadero desafío apenas comenzaba. La meta final que todo mundo planteaba para el Padeborn era la de un paso digno, la de no ceder puntos con facilidad y la de retirarse de la mejor manera de un circuito que pintaba como un imposible para su limitada plantilla. Con un promedio de edad de 25,7 años en un total de 29 jugadores, más un costo de su plantilla en el mercado de apenas 798 mil euros y solo 5 extranjeros en el equipo, el plantel del debutante liguero no mostraba mayores dificultades y aparentaba ser un equipo fácil para los grandes clubes alemanes. Pero no ha sido así.
Los encantos de una Cenicienta Seductora
La temporada arrancó con el Padeborn enfrentando al Mainz 05 post-Tuchelista. El resultado, un 2-2 que el Mainz tuvo que esforzarse para remontar, dejó en claro que el equipo de Andre Breitenreiter no llegaba al torneo de liga a ser un ave de paso. Más bien, encendió las alarmas de una posible crisis en cada enfrentamiento que los llamados "grandes" tuvieran contra el más chico. Con un estilo vivaz, atrevido y completamente estudiado, el Padeborn comenzó a dejarse ver como un equipo "seductor", un rival que invitaba a los contrarios a atacarlo, a encerrarlo, a crear espacios en un adelantamiento de líneas que, cuando menos lo esperaban, terminaba siendo mortal con hombres como Kachunga, Stoppelkamp o Koc al contragolpe.
El Padeborn comenzó a dejarse ver como un equipo "seductor"
Su aparente debilidad se convirtió en el arma preferida de un conjunto con atacantes veloces y voraces, capaces de perforar defensas adelantadas y quebrar zonas medias demasiado enfocadas en atacar, que le dejaban auténticas pistas de velocidad al departamento ofensivo de la "Cenicienta". Como en un juego de "Lolita", la inocencia, juventud y fragilidad del Padeborn, persuadía a sus rivales a atacarle, a volcarse en búsqueda de una goleada, algo que generaba espacios enormes en sus zonas defensivas y los dejaba totalmente expuestos al caos que provoca el encanto infantil de una auténtica "Femme Fatale" de la Bundesliga.
La confirmación de esta idea sería el contundente 0-3 en la jornada 2 del campeonato. La víctima: el Hamburgo. Los latigazos de Kachunga, Stoppelkamp y Vranjic marcaron la primera victoria del Padeborn en toda su historia dentro de la Bundesliga y confirmaron lo temible: la seducción de su aparente debilidad era la lanza mortal que clavaba en sus rivales. La velocidad de su contragolpe, la eficacia de sus ataques y lo punzante de cada arribo en velocidad, se sumaban a una idea defensiva clara, con un Hünemeier inmenso en la zona baja y un Kruse excepcional bajo los tres palos.
Los latigazos de Kachunga, Stoppelkamp y Vranjic confirmaron lo temible: la seducción de su aparente debilidad era la lanza mortal que clavaba en sus rivales
Posterior al Hamburgo, el Padeborn firmó un 0-0 ante un viejo conocido, el Colonia, equipo con el que hizo el "uno-dos" para el ascenso a primera categoría. Pero, sin esperar más para dar una nueva sorpresa, la siguiente víctima fue el Hannover 96, equipo que venía con una buena racha en su arranque liguero y al que el conjunto de Breintenreiter frenó con un auténtico muro defensivo y dos zarpazos de primer nivel. Kachunga volvió a marcar, Hünimeier volvió a ordenar su defensa y todo el aparato "cenicientesco" hizo un engranaje perfecto para una nueva victoria. Curiosamente, este partido marcó un récord más por parte del Padeborn en Bundesliga: el del gol con mayor distancia en toda la historia del torneo alemán.
La jugada, como sacada de un libro de cuentos, leyendas y narraciones extraordinarias, tuvo todos los mátices épicos que una anécdota necesita para volverse leyenda. Con el reloj en sus últimos suspiros, todo el Hannover, incluido el arquero, salieron al área del Padeborn para un cobro de esquina. La ejecución fue rechazada por Hünemeier y quedó rebotando fuera del área. Es ahí donde, como extasiado por un arrebato inspiracional salido del alma, Stoppelkamp conectó una volea de pierna derecha desde 83 metros, la cual terminó por clavarse en la red del Hannover sin que el último hombre de la defensa pudiera evitarlo. Un gol histórico, un arranque de temporada memorable y la confirmación de la "Cenicienta hecha Reina".
El mazazo de realidad que nubló el encanto
Tras su victoria al Hannover, el Padeborn llegaba históricamente a ser el líder de la tabla general, sumando ocho puntos, siete goles a favor, dos en contra e igualado en unidades pero con mejor diferencia de gol que el Hoffenheim, Mainz 05 y el todopoderoso Bayern de Múnich, su siguiente rival. En el centro de la historia épica de la Cenicienta hecha Reina, el Padeborn llegaba al Allianz Arena para enfrentar un Bayern de Múnich que aún no carburaba totalmente, lleno de bajas por lesión y con la maquinaria a medio vapor en el arranque de temporada.
Todos los cuentos de hadas tienen sus partes oscuras y al Padeborn le llegaría la suya
Sin embargo, todos los cuentos de hadas tienen sus partes oscuras y al Padeborn le llegaría la suya cuando, en un partido sublime de los de Pep Guardiola, el débil equipo debutante se llevara a casa una auténtica lección de fútbol con un 4-0 cortesía de Lewandowski, Müller y Götze en dos ocasiones. En ese partido, el Padeborn lució tan inocente, frágil y timorato como realmente se esperaba desde un comienzo. La velocidad técnica y mental de los bávaros no fue seducida por el encanto virginal de su rival y la Cenicienta vio como el Emperador de Baviera la dejaba plantada en el altar, completamente vestida y alborotada.
La frustración y la dureza con que la realidad cayó sobre los jugadores del Padeborn fue evidente tras el partido. Los jugadores, demolidos en el Allianz Arena, mostraban sus rostros de resignación ante el golpe de realidad que vivían. Las declaraciones tras el partido mostraban la impotencia del equipo y el golpe moral que significaba el resultado. "Simplemente no pudimos hacer más. Es un duro golpe para nosotros", comentaba Kachunga tras el encuentro. El propio Andre Breitenreiter reconoció la superioridad de su rival sin esconder su tristeza. "Han sido mejores que nosotros. Es un duro baño de realidad del cual debemos levantarnos", confesó el entrenador tras el partido.
Breitenreiter tendría que trabajar mucho en la moral de su equipo, algo que quedó muy dañado tras la debacle en Allianz Arena.
El golpe de la derrota lo resentirían todavía una fecha más cuando, en casa, el Padeborn cayó 1-2 ante el Mönchengladbach y comenzó a dar señales de que a la Cenicienta le había sonado ya el reloj de la medianoche. La facilidad con la que el Gladbach perforó la meta del Padeborn reflejaba una ruptura en su sistema defensivo y la forma astuta en como el equipo de Favre atacó sin volcarse ni dejar espacios mostraba que la seducción de la Cenicienta era cosa del pasado. Breitenreiter tendría que trabajar mucho en la moral de su equipo, algo que quedó muy dañado tras la debacle en Allianz Arena.
El regreso de la Cenicienta Encantadora
Pero, entre la oscuridad, resurgió una luz y, ante todo BayArena, la Cenicienta volvió a ser dulce pero firme, tierna pero tenaz, encantadora pero mortal y se robó un 2-2 ante el Bayer Leverkusen, uno de los equipos llamados a competir por el título de liga. Llegando desde atrás hacia adelante, el Leverkusen tuvo que remontar en dos ocasiones el marcador y arrastrar un empate sobre lo último, algo conseguido únicamente por el genio de Bellarabi.
El resultado, más allá de volver a ubicar al Padeborn como un equipo fuerte y competitivo, revivió todas sus mejores virtudes. Fuerte en defensa, obligando siempre al rival a atacar primero, buscando espacios al contragolpe, siendo mortal en velocidad y certeramente efectivo frente al arco rival, la Cenicienta recuperó su elixir de seducción y atrapó entre sus brazos al equipo de Roger Schmidt en una clara muestra de que el matagigantes está de regreso. El empate se celebró como una victoria y dejó atrás la sombra de la duda que se cernía sobre toda la plantilla tras las dos derrotas consecutivas que hilvanó por primera vez en todo el campeonato.
Con el empate, el Padeborn enfrentaba el parón liguero por la fecha FIFA de Octubre como noveno lugar de la tabla general con nueve unidades, empatado con el Augsburgo, pero apenas a dos puntos del sexto lugar, el Mainz 05, y del último boleto para la ronda previa de la UEFA Europa League. Contrario a lo que podría esperarse, el humilde debutante está arriba de la tabla que grandes equipos como el Borussia Dortmund, el Schalke 04, el Hamburgo y el Stuttgart. Además, sus diez goles a favor y diez en contra le dan un mejor promedio que los equipos anteriores, los cuales cuentan con delanteros de renombre mundial como Immobile, Reus, Adrián Ramos y Aubameyang(Borussia Dortmund) o Huntelaar (Schalke 04), además de tener un mejor balance defensivo.
Apuntes finales
La historia de la Cenicienta Alemana ha impactado a todos los seguidores de la Bundesliga. La forma en como un equipo de bajo presupuesto, poca plantilla e inexperta en su mayoría, entrenador novato en primera división y un club históricamente escondido tras la sombra de las categorías menores, ha logrado bloquear a los grandes y arrancar enormes resultados en su debut histórico es simplemente memorable. Quedará nada más observar la evolución de este cuento de hadas, uno que puede terminar en la gesta épica de una dama en apuros o en la pesadilla de terror de un equipo con gran inicio pero un terrible final. Solo el paso de la Bundesliga nos enseñará el final de esta historia, la cual, en Padeborn esperan que acabe con un...