El Friburgo se llevó el partido y la clasificación a los octavos de final ante un 1860 Múnich que dejó muy buenas sensaciones sobre el terreno de juego. Los dos equipos, ambos colocados en la zona de descenso en sus respectivas divisiones, desplegaron un fútbol muy vistoso y atractivo a la vista de cualquier espectador.

Sin un claro dominador

La primera mitad comenzó sin un claro dominador en el partido. Al comienzo de los primeros 45 minutos el Friburgo era el dueño del balón mientras que los locales esperaban atrás para salir rápidos a la contra. El Friburgo tocaba atrás sin ninguna complicación, pero al cruzar la línea del centro del campo el 1860 Múnich ejercía una presión muy intensa. Debido a esa presión se cometieron muchas faltas que impidieron que el juego de los visitantes transcurriera con facilidad. Las ocasiones se sucedieron para ambos lados. La primera oportunidad clara del partido la tuvo Darida, que mandó el balón por encima de la portería defendida por Stefan Ortega.

El primer gol del partido no tardó en llegar. En el minuto 15, Valdet Rama, a pase de Daniel Adlung, envió el balón a la esquina inferior izquierda de la portería visitante, anotando el primer gol del encuentro. Los locales emplearon un juego duro durante toda la primera mitad, y por ello, en el minuto 25, ya contaban con dos amonestados en sus filas. En una de esas faltas cometidas por el Múnich iba a llegar el empate del Friburgo. En el minuto 25, Freis se lanzó con todo al suelo para rematar a la red una falta votada por Kerk, consiguiendo así la igualdad momentánea en el marcador.

Después del gol visitante el partido se abrió y ambos equipos disfrutaron de oportunidades claras para adelantarse en el marcador. La más clara de la primera mitad la tuvo el Múnich, con un disparo de Martin Angha que golpeó en el palo tras tocar previamente en un jugador rival. Con este resultado se llegó al descanso en el Allianz Arena.

Locura en los segundos 45 minutos

En la segunda mitad, los locales intentaron llevarse el partido de todas las maneras posibles, pero les faltó esa pizca de precisión requerida para anotar goles. La oportunidad más clara del partido la volvió a protagonizar el Múnich. Tras un durísimo golpeo al travesaño, el balón le llegó a Valdet Rama, que con el portero prácticamente vendido, la envió fuera de la portería visitante. Esa falta de acierto la acabó pagando cara el Múnich, ya que en el minuto 58 Mehmedi ponía el 1-2 en el marcador, después de una buena contra dirigida por Darida.

Cinco minutos después, en el 63, iba a llegar el tercer gol de los visitantes, que ponían mucha tierra de por medio en las intenciones del equipo local. Mehmedi, a pase de Freis, anotó el tercero del partido para el Friburgo. El Múnich no bajó los brazos y lo siguió intentado con todas sus armas. Gracias a esa persistencia, Okatie, en un córner, anotó el 2-3 manteniendo viva la esperanza en los corazones de los aficionados locales.

Imagen: dw.de

Después del segundo gol, los locales se volcaron al ataque en busca del empate. El Múnich tenía la obligación de arriesgar para intentar la machada y eso generó agujeros en la parte de atrás. Esa debilidad atrás, generada por las múltiples intentonas en busca del gol, fue aprovechada a la perfección por los hombre de arriba del Friburgo que lanzaban contras constantes contra el área rival. En una de esas contras llegó el cuarto gol del Friburgo que mató definitivamente el partido. Tras una buena jugada en el área local, el balón le cayó a Schmid, que mediante un tiro cruzado puso el cuarto gol de los visitantes en el minuto 83. Cinco minutos después, Mehmedi anotó el quinto y último gol del partido para los visitantes, gracias a un buen tiro cruzado desde la frontal, consiguiendo un hat-trick.

El Friburgo logró el pase a los octavos de final de la DFB Pokal, en gran parte, por su precisión anotadora. El 1860 Múnich por su parte, pagó cara su falta de precisión a la hora de definir, aunque exhibieron un buen nivel sobre el terreno de juego.