18 años después Carlos Tévez llevó a los altares del fútbol a la Juventus de Turin tras un partido mayúsculo del equipo italiano donde controló de principio a fin el encuentro y endosó un escalofriante 0-3 al Borussia Dortmund. El equipo alemán, incapaz de dar dos pases seguidos con criterio acabó siendo intimidado en su propio estadio, en el cual, sus aficionados sacaron un impresionante tifo al principio del mismo, con la intención de "empequeñecer" a su rival pero no contaban con la astucia de un 'apache' argentino.
Debido a las bajas, ambos entrenadores sacaron todo su arsenal disponible para uno de los partidos más importantes de la temporada. Dos estilos muy diferentes se iban a plasmar sobre el terreno de juego, aunque nadie sabía que se cambiarían las tornas y cada equipo jugaría con el estilo propio del rival. El ambiente inicial daba como favorito al Borussia Dortmund para remontar una eliminatoria que se quedó abierta en Turín gracias al gol de Marco Reus, pero que empezó a cerrarse desde los primeros minutos.
Primer zarpazo a los 3 minutos
Cuando todavía estaban tomando asiento los espectadores en el Signal Iduna Park, llegó el primer 'palo' para los locales. Carlos Tévez cogió un balón desde fuera del área y sin pensárselo dos veces chutó a porteria, sorprendiendo a Weidenfeller que reaccionó tarde y no pudo evitar el primer tanto del partido que se coló por la escuadra derecha. La Juventus había hecho lo que Allegri más buscaba y le preocupaba en la rueda de prensa previa al partido, es decir, anotar un gol que le diera cierta tranquilidad a la hora de afrontar el choque. Y ese tanto, llegó seguramente cuando nadie lo esperaba. Los locales, debían reaccionar pero desconocían que desde ese minuto no iban a entrar nunca más en el partido.
Cada minuto que pasaba era favorable a una Juventus que estaba muy cómoda en el terreno de juego, viendo como el B.Dortmund era incapaz de crear jugadas trenzadas. Una vez pasaron esos minutos de desconcentración local, el Borussia tomó el mando del partido, aunque realmente no lo tendría, ya que la Juventus estaba cómoda, muy cómoda sobre el terreno de juego. Además, los de Klopp se equivocaban una y otra vez, en su idea de mandar balones largos a tierra de nadie. La falta de un delantero centro hacía que la zona ofensiva de las 'abejas' no fuera ocupara por ningún jugador, por lo que sus jugadas carecían de sentido alguno. Sobre la media hora de juego, los de Turín iban a sufrir un contratiempo bastante importante.
Pogba se iba a retirar lesionado entrando en su lugar Barzagli, por lo que los italianos cambiarían a defensa de 3, complicándole aun mas las cosas aun Borussia que era incapaz de crear jugadas trenzadas y terminar las jugadas que comenzaba. Se llegaría al descanso con la victoria por la mínima para una Juventus que no sufriría ningún disparo a puerta en los primeros 45 minutos por lo que Klopp tenía que reaccionar cuanto antes.
Cambios frustrados y sentencia
La segunda parte comenzó con la entrada de Kirch y la salida de Schmelzer. Un cambio que no cambiaría la tónica habitual del partido que seguiría con las mismas variantes ofensivas del Borussia Dortmund que a pesar de tener la posesión no encontraba ningún espacio ni lograba llegar con peligro al área de Buffon. La Juventus volvió a salir como al principio del partido, enchufada y robó varios balones que acabarían con dos manos a manos de Morata frente a Weidenfeller, aunque el campeón del mundo salvaría sendos disparos salvando a su equipo de una derrota mayor. Pese al empuje de la hinchada, los amarillos escaseaban en ideas y su frustración por ver puerta era cada vez más alta. Sin duda, era curioso, ver a un equipo italiano haciendo el fútbol que el Borussia Dortmund lograba hacer años atrás, mientras que los amarillos hacían el fútbol que se le suele caracterizar a un equipo italiano, uno rácano y llegando tarde a la mayoria de las jugadas.
Los equipos se cambiaron las tornas: la Juventus se "alemaneizó" realizando un fútbol total, mientras ue el B.Dortmund mostraba el lado más "italianizado", con un juego rácano y sin ideas. Kampl realizó el primer tiro del Borussia a los 62 minutos de encuentro, por lo que era clara señal de que algo no estaba funcionando bien en el Signal Iduna Park. Klopp sacó a la artillería del banquillo y decidió quitar a un desconocido Mhkitaryan, por Kuba, y a Bender por Adrian Ramos en busca de pólvora. Pero la pólvora estaba más que quemada. Gündogan no ha vuelto a ser el que era antes de la lesión y llegó a cada jugada tarde y mal. Además fue impreciso a la hora de hacer un pase de dos metros de distancia por lo que acabó desquiciando a todo el estadio. Un estadio que enmudeció cuando Morata sentenció el partido y la eliminatoria. A Tévez le llegó un balón y se plantó en el área rival, vio a Morata desmarcado y en vez de chutar, asistió para que el español hiciera el segundo tanto en el partido. Minutos mas tarde, el 'Apache' volvió a silenciar el Westfallenstadion con otro gol a la contra. El argentino llegó al área y sin pensarselo batió a Roman acabando con el sueño europeo de las 'abejas'.
Con el 0-3 en el marcador terminaría el partido. Noche triste para unos locales que pusieron empeño pero no fútbol, que pusieron ganas pero no precisión y dicen, por tanto, adiós a una competición que venía siendo especial en los últimos años. Los visitantes logran un resultado global de 1-5 por lo que el pase es justo, mas aun cuando vuelves a ver el recital de una Juventus que se abre paso firme en Europa gracias a un 'Apache' que silenció el Westfalia.