De Gea salvó al United en Transilvania. Sin ajos y sin ninguna cruz el guardameta español despejó y atajó todos los mordiscos de los atacantes rumanos en una noche que empezó oscura tras el tanto, con desajuste defensivo incluido, de Kapetanos. Las opciones del correoso equipo local, campeón rumano y quinto en esta temporada, se concentraron en un fulgurante inicio y un final desesperado. En esos instantes llegaron las ocasiones más claras del Cluj, la mayoría de ellas con la firma de Bastos, en las que se exhibió el ex del Atlético. Entre medias, el United tocó y tocó como nunca pero acabó sufriendo como siempre en esta temporada en la que los puntos pesan más que el juego.

Y eso que Ferguson, con las bajas de Giggs, Carrick y Scholes, entre otros, puso un equipo muy ofensivo sobre el verde del Constantin Radulescu. Con Fletcher como ancla, Cleverley, Anderson y Rooney tenían libertad absoluta para surtir de balones a Chicharito y Van Persie. De la asociación que formaron el atacante inglés y el ejecutor holandés llegaron los tantos de la victoria. Un acuerdo goleador que es la única garantía de éxito para el United y Ferguson esta temporada.

Rooney, con dos asistencia, y Van Persie, con dos goles, fueron los artífices de la remontada visitante

Pero antes de que Van Persie marcara y Rooney le asistiera el Cluj demostró cuáles son sus credenciales. Las virtudes con las que se llevó la victoria en Braga: la velocidad y el contraataque. En los últimos encuentros el United sufre ante equipos que le contraatacan, que explotan la debilidad de sus laterales, sobre todo Evra, a quienes les cuesta correr hacia atrás cuando han pasado el medio campo. Y en una de esas, en el enésimo desajuste, un pase largo de Bastos pilló a Evra y Sougou, eléctrico, se anticipó al defensa francés. El correcaminos senegalés entró en el área y pasó el balón a Kapetanos, que se anticipó a los dos centrales disparando raso y batiendo a De Gea.

Control del esférico

La efervescencia de Sougou y el oportunismo del atacante griego adelantaban a un Cluj que se diluyó con la lesión de su veloz futbolista mientras el United comenzaba a monopolizar el balón. Cleverley cogió los galones de Scholes y Giggs y comenzó a filtrar balones. Primero Chicharito, luego Anderson y después Van Persie mandaron fuera los pases del cerebro inglés antes de que Rooney probara a Felgueiras desde lejos. Se cerraba el Cluj mientras el United rodeaba su muralla. Un muro que comenzó a resquebrajarse cuando una falta botada por Rooney, mal defendida por el equipo local, encontró el hombro de Van Persie. Entre el oportunismo del atacante y la diosa fortuna su golpeo hizo una parábola que batió al meta portugués.

El Cluj había perdido toda su velocidad con la lesión de Sougou y Bastos se ahogaba por la presión de Fletcher. Cleverley y Rooney aprovechaban los huecos que dejaban los futbolistas rumanos entre la defensa y el centro del campo y ahí surgían las ocasiones visitantes. El Cluj se había empequeñecido, había perdido su valentía.

Esa cobardía fue nuevamente castigada por Rooney, que metió un balón perfecto, con vuelo, a la espalda de Rada que Van Persie tocó suavemente ante la salida de Felgueiras. Se adelantaba el United nada más comenzar el segundo acto y el atacante holandés marcaba su segundo gol de la noche.

El camino parecía marcado. El United tenía el partido donde quería, monopolizando la posesión y con un Cluj acogotado. Pero, cosas del fútbol, el equipo rumano resucitó, arriesgó y volvió a tener la intensidad y desparpajo que había derrochado en el inicio cuando ya había perdido su premio y su fe. Primero Radu, con un violento cabezazo, y luego Bastos pudieron empatar pero, al borde del abismo, apareció De Gea.

 

Fotografía: Van Persie celebra uno de sus goles / Vadim Ghirda/AP