En el último derbi, cinco jugadores fueron expulsados: Chalmé (Ajaccio), que recibió dos tarjetas amarillas, y Oliech (Ajaccio), autor de una violenta carga sobre Landreau. Justo tras después de ese feo gesto, estalló una tángana entre los jugadores sobre el terreno de juego, y por lo tanto, Clément Turpin expulsó a Thauvin y Rothen (Bastia), y André (Ajaccio).
Tras ello, André y Rothen recibieron tres partidos de suspensión. La Comisión ha decidido aumentar la sanción, forzando a los dos clubes a jugar lejos de su estadio y sin sus aficionados.
La temporada de los dos residentes de la Isla de la Belleza ha sido agitada, puesto que el Ajaccio fue sancionado con la reducción de dos puntos en la clasificación de la Ligue 1 (debido a los incidentes en Lyon, la pasada temporada), mientras que el Bastia ha visto su Stade de Furiani clausurado durante tres encuentros, y ha debido jugar sus partidos "en casa" en estadios de la metrópolis.
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