París es ya de pleno derecho una de las plazas más importantes del fútbol europeo. La inversión catarí ha permitido al PSG construir un equipo candidato a la Champions League y entrar en la máxima élite, pese a que, entre otras cosas, su liga no es de las más potentes y eso resta al proyecto cierta visibilidad y popularidad. Es más difícil hacerse notar desde la Ligue 1 que desde la Premier League. El fichaje de Cabaye, uno de los centrocampistas creativos más valorados de Europa, no es más que otra muestra del poderío de los galos.

El internacional francés es un jugador cuyo talento principal es la creación de juego. Es decir, es un centrocampista de orden, un interior de posesión. Su destreza a la hora de mover la pelota y su visión de juego casarán a la perfección con el estilo de Laurent Blanc, un técnico conocido por su preferencia por el dominio del balón y el juego de toque. Además, la Premier, la liga del ida y vuelta y los espacios, ha potenciado su habilidad goleadora, de la que ya hizo gala en su época en el Lille mediante su buen disparo y su capacidad para pisar área rival llegando desde segunda línea. 

Contando con que Blanc mantenga el 4-3-3 que ya parece ser el esquema tipo de los del Parc des Princes, Yohan puede desempeñarse en cualquiera de los lugares del centro del campo. Puede ser el pivote posicional, el '5', lugar que ahora ocupa Thiago Motta, manteniendo el equilibrio y dando salida al balón; puede dar descanso a Verratti, el mediocentro sobre el que realmente gira todo el juego de los parisiens, el eje creativo del equipo, y puede suplir a Matuidi, el interior de más llegada y despliegue físico, pese a que no es exactamente el mismo perfil de jugador. Blanc contará con un centrocampista tan talentoso como versátil. 

Además, el Paris Saint-Germain se cubre las espaldas ante una de las inquietudes que mantienen alerta al club: la posible salida de Matuidi, que aún no ha renovado y termina contrato este mismo verano, por lo que, si su situación contractual no se resuelve, podría ser una de las piezas más codiciadas del mercado. Con la incoporación de Cabaye, y a la espera de la explosión definitiva del jovencísimo Rabiot, que ya va acumulando minutos en el primer equipo, la salida de Blaise no sería tan traumática.