Los aficionados aún no se habían sentado en sus asientos para ver este emocionante partido, dador del liderato, cuando los cabecillas y locales dieron el primer golpe sobre la mesa. Un buen contragolpe llevado por los centrocampistas Payet y Romao iba a desembocar en el primer gol de la noche. Imbula se deshizo de su par y disparó, certero, para batir desde la lejanía a un Ruffier que pudo hacer más por continuar con el empate en el luminoso.

El Stade Vélodrome rompía en fiesta y jolgorio pese a que los rivales salieron mordientes después de recibir la primera estocada. Cierto es que los verdes llevaban la manija controladora del ritmo del juego, sin embargo, las ocasiones y el peligro los atesoraba el equipo de Bielsa. Esta vez, fue Poyet quien, repitiendo la receta de su compañero Imbula, se adentraba desde la izquierda para disparar fuerte y colocado cuando ningún visitante taponara la trayectoria del cuero. El resultado no fue el mismo, aunque a punto estuvo de igualar la magnificencia del 1-0.

Payet no perdonó

En un envite del juego, el ghanés Ayew, extremo izquierdo del equipo francés, arrebató el balón a Clerc, zaguero del Saint-Étienne, que, confiado, ya caminaba hacia el banderín de córner para despejar desde ahí cualquier conato de oportunidad local. Ayew, muy listo en la acción, vislumbró una falta de organización entre la dupla de centrales Pogba-Sall y aprovechó para asistir a Payet. Éste, remendando su antiguo error, derrocó la fortificación y abrió la brecha definitiva. La veda del gol. 2-0, situación complicada para revertir este adverso resultado. El Olympique, ya campeón antes de empezar, era ahora más campeón que nunca.

El plato de la balanza estaba descolgado hacia un lado. Se teñía de blanco. Hegemonía marsellesa y presión agobiante a la salida de balón desde la línea de atrás. El partido no tenía pausa, sólo se jugaba en las dos áreas, preferentemente en la defendida por Ruffier. Thauvin y Ayew buscaban incesantemente la presencia de Gignac en el corazón del rectángulo más chico, pero el '9' no estaba disponible cuando sus compañeros decidían que fuera él el protagonista.

Un lance del partido. (Fuente: Olympique de Marsella).

Con un 2-0 conseguido sin mucho trabajo, los jugadores locales marchaban al túnel de vestuarios para recibir el sermón del carismático técnico argentino. Por otro lado, eran los del Saint-Étienne quienes, cabizbajos, iban a intentar mirar una pizarra con soluciones fáciles en la teoría y difíciles en la práctica.

La reanudación llegaba en mira que los jugadores salían al verde escuchando el 'We will rock you' de Queen. Una absoluta inyección de moral con un mensaje subliminal: "Queremos más rock and roll". Atendiendo a la petición de Freddy Mercury, el Saint-Étienne salió al campo con las pilas cargadas para voltear la situación.

El partido no estaba ni mucho menos sentenciado

Saint-Maximin, el joven extremo diestro de tan solo 17 años, se internaba por banda derecha y bailando con los defensores de la Massalia acabó centrando muy pasado. Cuando el balón parecía iba a salir por línea de fondo, un jugador de verde que por ahí pululaba recogió el esférico y lo mandó más allá de la línea que Mandanda salvaguardaba. Ese no era otro que Brison, maquillador del luminoso cuando todavía quedaba tiempo para hacer el segundo. El 2-1 se materializaba.

La polémica también hizo acto de presencia. Gignac se ponía solo, mano a mano con el portero después de recortar hacia dentro a Clerc y encontrar un hueco perfecto para realizar un disparo a puerta. Un zaguero que venía desde atrás le derribó. En principio, pareció que cometiendo falta. Bielsa miraba atento lo que sus pupilos hacían desde el ya típico y habitual refrigerador portable que hace las veces de asiento. La igualdad y el tedio se apoderaba del ecuador de segunda mitad y, a veces, cuando esto pasa, una acción brillante puede destronarte del encuentro. El técnico argentino lo tuvo todo bajo control.

Diomande pudo hacer el empate al término del partido

Cuando el reloj señalaba los 90 y el Vélodrome ya iba despejándose, Diomande pudo hacer el empate para helar los cuerpos de los chiéf-lieu justo cuando el nerviosismo tocaba asu fin. Gracias a un severo Mandanda, el marcador no se movió y el Marsella pudo seguir fardando de liderato.

Aunque los Stéphanois tuvieron la ocasión de acercarse peligrosamente a los puestos más punteros, desmerecieron la victoria y se quedaron a las puertas de asaltar la plaza de Champions. Una jornada más, los del sudeste de Francia siguen alumbrando la Ligue 1 y arrastrando a los equipos que no pueden seguirles el ritmo.

Puntuaciones VAVEL

Olympique de Marsella (2) Saint-Etienne (1)

Mandanda 7 Ruffier 4
Dja Djédjé 5 Brison 6
Nkolou 5 Pogba 5
Morel 5 Sall 5
Mendy 5 Clerc 3
Romao 6 Cohade 5
Imbula (65') 7 Diomande 7
Thauvin (57') 6 Mollo (65') 6
Payet (83') 7 Monnet-Paquet 6
Ayew 6 Erding (45') 6
Gignac 5 Saint-Maximin (73') 7
Substitutes
Alessandrini (57') 5 Lemoine (45') 5
Lemina (65') 6 van Wolfswinkel (65') 6
Abdel Barrada (83') - Gradel (73') 5