Poco gana a nada

Con poco más que un penalti convertido con Ibrahimovich, el PSG continúa su línea ascendente en la lucha por el liderato de la Ligue 1, mientras que el OGC Niza va cayendo, sumando así su quinto partido consecutivo sin conocer la victoria. Los locales fueron justos vencedores en la primera mitad, pero tras el descanso fue la falta de acierto del equipo de Claue Puel lo que les impidió arañar al menos un punto.

En partido comenzó desarrollándose en el centro del campo, con mucho respeto por parte de ambos equipos. La primera oportunidad llegó para los parisinos en un lanzamiento de falta, bastante lejano, que Ibrahimovich estrelló en la barrera. Entoces llegaron las primeras para el Niza. Digne perdió un balón en su área que trató de aprovechar Palun con un disparo a media altura, pero Sirigu blocó el disparo. Justo en la siguiente jugada, un disparo muy lejano de Bautheac se marchó alto. Parecía que los visitantes salían a morder, pero lo cierto es que no volvieron a acercarse al área rival en la siguiente media hora.

Las ocasiones para los de Laurent Blanc comenzaban a sucederse. Cavani, tras ganarle la espalda a la defensa, se encontró con un balón aéreo, sólo delante de Hassen, sin embargo, su disparo no marchó entre los tres palos. Poco después, Ibrahimovich cazaba un balón en la frontal, dándse media vuelta, entre los dos centrales rivales, para mandar un potente disparo que se estrelló en el larguero.

Finalmente llegó el premio a la insistencia local, Lucas Moura recibió una falta por parte de Genovois dentro del área y el colegiado del encuentro decretó la pena máxima. Ibrahimovich cogió la responsabilidad de ejecutar el lanzamiento y lo hizo raso, pegado al palo izquierdo de Hassen, el cual no pudo impedir el gol, a pesar de haber adivinado la trayectoria del esférico.

Los parisinos se crecieron con el gol y trataron de sentenciar lo antes posible. Dos errores de Hassen podrían haber provocado el segundo. Primero en un mal despeje, que, tras estrellarse en Ibrahimovich, se marchó fuera y después al no conseguir hacerse con un balón aéreo, cuyo rechace no acertó a aprovechar Lucas Moura. La más clara para los de Blanc fue una combinación entre Ibrahimovich y Cavani dentro del área rival, que terminó blocando Hassen.

El niza pudo empatar antes del descanso. Un remate de Amavi en el área rival fue despejado por Thiago Silva y mandado a saque de esquina, lanzamiento de córner en el que Bautheac pudo haber anotado un gol olímpco, de no ser por la acertada estirada del meta italiano.

La segunda mitad

En el descanso, Puel sentó en el banquillo a Bautheac para darle su plaza a Hult. Sin embargo, no se notó ningún cambio sobre el césped. El PSG seguía llevando la manija del partido, aunque difícilmente se aproximase al área rival y sus hombres de ataque perdieron, de golpe y porrazo, todo el desborde que habían mostrado al inicio del partido. Muy distintas pudieran haber sido las sensaciones si, en el minuto 65, el bolegiado hubiera decretado una pena máxima cuando Cavani cayó en el área rival por un bloqueo de Gomis.

Poco a poco, los visitantes fueron cogiendo confianza. Amavi, con sus internadas por la banda, se convirtió en el hombre más peligroso de los rojinegros (hoy de blanco) y el delantero Puel fue el que con más asiduidad probaba fortuna ante la meta rival, aunque muchas veces sus disparos no se dirigieran a los tres palos, o no supusieran ningún reto para Sirigu.

Si bien el despertar del Niza no se tradujo en ningún punto o gol, al menos consiguió que el graderío del Parque de los Príncipes abucheara a su equipo, poco complacidos con la manera en la que los suyos estaban jugando con fuego. Sin embargo, el juego de los de Puel también se fue difuminando y los últimos minutos del partido estuvieron completamente faltos de ocasiones.