El año 2014 se puede considerar como un buen año para el Paris Saint-Germain, aunque no ha colmado todas las expectativas puestas en la capital francesa sobre su equipo más potente en la actualidad. Los parisinos vencieron en Le Championnat, en la Copa de la Liga francesa y la Supercopa de Francia, pero el sueño no se pudo completar al 100%. Ganar el campeonato en Francia comienza a quedarse pequeño para el propietario Nasser Al-Khelaifi, que invierte soñando en algo más grande. Conquistar el continente.
Estuvo cerca el conjunto francés de lograr pelear por la Champions League, pero el fútbol fue cruel. Después de ganar por 3-1 en el Parque de los Príncipes en la ida de los cuartos de final, Demba Ba sepultó las ilusiones parisinas de llegar a su primera final de la máxima competición continental con un gol en el minuto 86, que ponía el 2-0 y remontaba la eliminatoria. Ya nada volvería a ser igual para el PSG. Ha ganado, pero la mira está puesta en Europa.
Una liga sin sobresaltos
Es cierto que ganar una liga nunca es fácil. Pero pocos dudaron de que el PSG era el gran favorito para alzarse de nuevo con el trono en Francia. Después de conquistar el título de la mano de Carlo Ancelotti tras diecinueve años sin hacerlo, los capitalinos llegaban líderes al inicio de la segunda vuelta liguera en Francia, después de perder un solo partido en la primera vuelta de la Ligue 1. El Mónaco les seguía la pista distanciado, el Bayer Leverkusen esperaba en octavos de final y aún quedaban por disputar la Copa francesa y la Copa de la Liga.
El PSG ganó la liga con 89 puntos, nueve de diferencia con el Mónaco
Para Laurent Blanc y los suyos, la liga se convirtió en un paseo. El conjunto rouge et bleu arrancaba el 2014 con el objetivo claro. Había que sentenciar la liga cuanto antes, tomar distancia y poder preparar bien el asalto al trono europeo en Lisboa. De hecho, en el camino quedó pronto la Copa francesa. Los parisinos fueron eliminados en la segunda ronda de la competición, en la que el Montpellier les venció por 1-2 en el Parque de Los Príncipes. Pero aquello apenas importaba en las altas esferas del club.
El camino en la segunda vuelta se inició con tres victorias y un empate antes de visitar al segundo clasificado, el Mónaco de Claudio Ranieri. En el Louis II monegasco, Pastore adelantaba antes del minuto diez a los visitantes. Empatarían los locales por medio de un autogol de Thiago Silva, pero a partir de ahí, cerca de dos meses ganando todos sus partidos lograron firmar la sentencia de un título que ya en enero tenía el color azulgrana de les parisiens.
La Copa de Europa es la gran obsesión del Paris Saint-Germain
Ocho encuentros que permitieron poner la rúbrica a falta de dos jornadas para el final, a pesar de que los parisinos cayeran derrotados en el Parque de los Príncipes contra el Stade Rennais. Fue una fiesta agridulce por el resultado, pero el PSG lograba su cuarto título de campeón de Francia. Aun así, en la memoria quedaba el amargo recuerdo de una noche de abril en Stamford Bridge, donde Demba Ba sepultaba las opciones azulgranas de llegar a la final de Lisboa.
Ese fatídico balón
La Liga de Campeones es el sueño francés desde 1995. Aquel año, el PSG de ensueño que formaban los Weah, Rai, Ginola, Guerín, Le Guen, Alain Roche o Bernard Lama era la sensación del continente. Los parisinos eliminaron al subcampeón de la competición, el FC Barcelona en cuartos de final y se medían en semifinales a un AC Milan que hizo valer su condición de campeón y favorito. El sueño terminaba, pero la gente del PSG deseaba volver a vivir una experiencia como aquella.
La Champions League les volvía a ofrecer la oportunidad de resarcirse, después de quedar eliminados el año anterior en cuartos de final ante el FC Barcelona, a pesar de que Pastore adelantara a la escuadra gala en el Camp Nou. Esta vez, el rival en octavos de final era el Bayer Leverkusen, al que los parisinos no concedieron ninguna opción en la ida disputada en el BayArena. Una sensacional actuación de Zlatan Ibrahimovic, con dos tantos, permitía ganar por 0-4 en Alemania y esperar al encuentro de vuelta para sentenciar el pase. Un triunfo por 2-1 permitía a los franceses colocar su nombre entre los ocho mejores clubes del continente.
Llegaba la hora de la verdad para el PSG. En cuartos de final esperaba el Chelsea inglés de José Mourinho, uno de los mejores entrenadores en estas lides, pero con una plantilla que no estaba en su máximo nivel. El Chelsea era respetado, pero en ningún caso parecía superior al PSG. En una noche especial, les parisiens lograban hacer realidad los augurios más optimistas de sus aficionados.
Los hombres de Blanc lucieron su mejor traje en una gran noche europea. El sueño europeo parisino estaba más cerca con los goles de Lavezzi, Pastore y el autogol de David Luiz. Sólo inquietaba el tanto logrado por Eden Hazard, que concedía esperanzas al Chelsea de cara a la vuelta de Stamford Bridge. Los 90 minutos en Inglaterra serían muy diferentes de los vistos en París, a pesar de la gran actuación colectiva azulgrana.
Los parisinos cerraron el año con tres títulos más en sus vitrinas
El Chelsea, a la manera más británica y directa posible, encajonó al PSG en su área. Thiago Silva, capitán de los franceses, quería resguardar a los suyos de los ataques frontales lo más cerca posible de Sirigu, y poco a poco cavó la tumba parisina. Schürrle, pasada la media hora, arrojaba luz en las esperanzas blues. Demba Ba, aprovechando un balón suelto en un nuevo ataque directo londinense, hacía el segundo a falta de cuatro minutos y ponía al Chelsea en semifinales. Fue una gran decepción que ahora tratarán de curar en este 2015, precisamente ante el mismo rival.
Dos títulos más
A pesar de que la gran conquista de este 2014 para el Paris Saint-Germain ha sido la liga francesa, a las vitrinas del Parque de los Príncipes se han sumado la Copa de la Liga y la Supercopa francesa (el Trophée des Champions). Pero no es suficiente eso para Al-Khelaifi y los suyos. El primer título, después de dejar atrás al Saint Etiénne, el Girondins de Burdeos y el Nantes, llegaba después de derrotar en Saint-Dénis al Olympique de Lyon.
Fue la gran noche del uruguayo Edinson Cavani, que con dos goles en el primer tiempo encarrilaba el encuentro en su primera final como futbolista del Paris Saint-Germain. Alexander Lacazette le ponía picante al segundo tiempo con un gol antes de cumplirse el primer cuarto de hora de la reanudación. Pero no fue suficiente, el conjunto de París ya tenía en el bote su primera conquista de 2014.
La última conquista fue en verano, en la que los azulgrana derrotaron al En-Avant Guingamp, el sorprendente conjunto campeón de la Copa de Francia, procedente de una pequeña localidad de la Bretaña francesa. Los hombres de Blanc vencieron por 2-0 en el Stade de France y se alzaron con su tercer título del año 2014. Un buen botín, pero no el que esperaban.
Una nueva temporada enfocada a Berlín
Estar en la final de la Copa de Europa. Ese es el auténtico objetivo este 2015 del PSG. Para ello, el equipo parisino mantuvo la base de la campaña pasada, más las contrataciones de Aurier y David Luiz, además de los regresos de Chântome y Bahebeck a las órdenes de Blanc. El equipo empezó el año de forma dubitativa en liga, cosechando seis empates en los diez primeros encuentros ligueros.
A pesar de que en la primera vuelta sólo han sido derrotados una vez, precisamente por el Guingamp al que le arrebataron la Supercopa de Francia, y que vencieron al Olympique de Marsella de Marcelo Bielsa, líder con tres puntos de diferencia respecto al equipo parisino, el PSG es tercero en la Ligue 1, y apretará en busca de la conquista de su tercer título consecutivo en Francia. Lejos quedan los ocho campeonatos consecutivos de la dinastía del Lyon, pero a la larga es una de las marcas que en París desean batir.
No obstante, el principal foco de atención está en la Champions. Encuadrados en un grupo con FC Barcelona, su verdugo en 2013, Ajax y Apoel Nicosia, los franceses terminaron el grupo en segunda posición, después de empatar en el primer partido en el Ámsterdam Arena y de caer derrotados en el último partido en su visita al Camp Nou. El trayecto hacia Berlín se ha complicado sobre manera. El primer escollo a salvar será el Chelsea de Mourinho, líder en Inglaterra, muy renovado, y el último verdugo parisino en Europa.
El examen será de órdago para las huestes de Laurent Blanc, al que se le exige que este equipo esté en Berlín el 1 de junio de 2015 peleando por tratar de levantar la primera Copa de Europa del PSG, la segunda de la historia para el fútbol galo. 2014 ha sido un buen año con tres títulos y la confirmación de la supremacía parisina en Francia, pero eso no basta. El sueño es Europa. La misión es Europa. El objetivo es la Copa de Europa.