Como primer encuentro de la jornada 10, el modesto, pero interesante equipo de las águilas recibía a un Feyenoord que ha venido en alza jornada tras jornada en la Eredivisie. Ambas escuadras en la fecha previa habían conseguido triunfos, uno más agónico que el otro, y ante la posibilidad de una pérdida de puntos que podría tener el Twente a segunda hora frente al Ajax, los dirigidos por la leyenda Ronald Koeman debían buscar imponerse y de manera categórica.

Para esta búsqueda de los tres puntos Koeman alineaba a las mayores garantías ofensivas con las que contaba en el momento: El sueco Samuel Armenteros, quien está haciendo una gran temporada y por supuesto el líder del equipo Graziano Pellé, quien buscaba continuar con su racha goleadora (10 goles en lo que va de campaña). Por su parte los locales, con un tridente de volantes de llegada en el medio sector de la cancha conformado por los experimentados Falkenburg, Overgoor y Lambooij, buscaba no hacerle la tarea nada fácil a conjunto de De Kuip; y claro, no sólo eso, también buscando un resultado en casa que les mantenga entre los 12 primeros lugares de la clasificación.

Sin mucho que guardarse el equipo de Koeman rápidamente al minuto 5 avisaba con un desborde por derecha de Armenteros que enviaba un centro al área, el cual Pellé trató de conectar hacia la portería, pero salió desviado. Para el infortunio local Graziano Pellé nuevamente sería un factor desequilibrante para el Feyenoord, en esta ocasión siendo el señuelo de la defensa quien se movió con él y permitió que Stefan de Vrij recibiera totalmente sólo el centro que Jordi Clasie mandaba desde el córner para anotar el 0-1 a los 16 minutos del partido.

Immers y la lluvia, la pesadilla local

Luego del gol empezó a caer una fuerte lluvia sobre la cancha en Deventer, algo que llevó a muchos aficionados a perder la esperanza de poder remontar a un Feyenoord que no cedía terreno ni el balón, además claro, de evitarse un resfriado. Inoperante y sin salidas se mostró el cuadro local, algo muy lamentable para el conjunto que apostó por la experiencia principalmente de Falkenburg, quien brilló por su ausencia en la primera mitad. Si algo se puede rescatar del primer tiempo para los locales el accionar del lateral derecho Schmidt, quien con sus salidas brindó algo de oxígeno al cuadro local.

El dorsal 10 es un honor en toda institución, sobre todo en una tan grande como el Feyenoord, y Lex Immers justificó en muchos lapsos del encuentro el porqué usa esa camiseta: Una aspiradora en el centro de la cancha, con pases imprevisibles que en más de dos ocasiones dejaron a Boëtius con posibilidades de anotar y que más por su error que por accionar del portero no se concretaron.

El que no los hace...

Para la segunda mitad la lluvia había disminuído considerablemente, posiblemente por la sorpresa que se dio empezando apenas la segunda parte. En lo táctico las águilas poco o nada habían mostrado, pero el cambio de bandas de los laterales fue determinante en los primeros instantes del segundo tiempo, ya que Amevor, regular lateral izquierdo se lanzó por la derecha en un pique de más de 25 metros por la cancha hasta llegar a las proximidades del área chica y rematar casi que a quemarropa frente al portero Mulder para anotar un sorpresivo e inmerecido empate al minuto 47 del encuentro.

La sorpresa para la visita fue muy grande, sobre todo por las ocasiones de gol que fallaron en la primera mitad. Incluso en el gol del empate el cuadro visitante tuvo su pizca de responsabilidad, todo ello debido a su inocente marca sobre un jugador que se ha pegado semejante pique casi desde su área, algo totalmente inconcedible. Luego del gol en conjunto local levantó cabeza y aparecieron nombres que en la primera parte hicieron de el portero Mulder un espectador más del juego, como el caso del capitán Kolder, Overgoor, Antonia, y el líder del medio sector Falkenburg. Por más de 15 minutos tuvieron el balón, pero en cierta forma no supieron canalizar la euforia, tanto de ellos, como de la afición, y el bajón que vivió el visitante.

Immers 2.0

Pasados los 60 minutos del compromiso el visitante no se mostró nada seguro en su forma de juego, poca o nula participación del capitán Pellé y de su eje ofensivo Lex Immers. Cuando todo era pérdida, tanto anímica como técnica para el Feyenoord, Lex Immers roba un balón importante en el medio sector y la llega a jugar con el lateral izquierdo Nelom, quien llega hasta la última línea y logra enviar un centro a ras de suelo para Pellé quien esperaba por el balón. Pellé la impacta muy mal, pero el portero Room deja un rebote muy pobre y de repente aparece Immers para rematar al fondo de las redes la ventaja 1-2 al minuto 63.

A partir de ese momento se renovó el juego del Feyenoord y de Lex Immers, quien despertó de su letargo y siguió moviendo los hilos del encuentro a placer. Ante una discreta actuación de Vilhena durante el partido, Immers se tuvo que apoyar en su temperamental compañero Clasie para generar el fútbol del equipo, brindando un balón a Samuel Armenteros en una ocasión de uno contra uno frente al portero y no sabe quitarse de encima al mismo.

Cambios determinantes

Para el técnico Foeke Booy las cosas empeoraban cuando corría el reloj, su equipo volvía a la inoperancia de la primera parte y la terrible definición rival mantenía con vida a su equipo. Rijsdijk y Houtkoop fueron los cambios ofensivos que hizo el entrenador faltando aproximadamente 14 minutos, sacando a Godee y Falkenburg. Pese a lo difícil que se veía la situación para el equipo los cambios fueron verdaderos revulsivos, apoyando al extremo Antonia para que tuviese desbordes por la derecha (salió sustituído por molestias en la rodilla derecha al min. 83, Kavak tomó su lugar) y generar una presión muy grande sobre la portería de Mulder, quien después del 1-2 había vuelto a ser el espectador que había sido en la primera mitad.

Faltando apenas dos minutos para el final del encuentro, el turco Houtkoop desde el extremo de la banda izquierda hace un recorte hacia el centro para buscar un mejor perfil de tiro, pero su jugada se ve frustrada cuando Vilhena comete una falta infantil en todo el borde del área chica, marcando el central un tiro libre con tan sólo 2 minutos en el reloj. La afición que había vuelto a agachar la cabeza luego del gol de Immers (muchos inclusive habían emprendido la retirada del estadio) volvía a meterse en el partido, con la ilusión de anotar nuevamente.

Pese a no ser del mejor perfil para Rijsdijk, el recién ingresado se había puesto frente al balón junto Kolder, esperando sólo el pitazo del árbitro para buscar el tiro a puerta. Cuando tomaba carrera Rijsdijk para disparar apareció la pierna del capitán Kolder para buscar el tiro de gracia, y lo logró. Al minuto 88 se anotaba el empate que sería definitivo en el encuentro, lo cual provocó el estallido de la afición y del técnico que no lo podía creer.

Exceso de confianza

Al final del encuentro el Feyenoord no logró rescatar un empate de visitante, sino que perdió dos puntos para sus aspiraciones como candidato al título, sobre todo si tomamos en cuenta que la victoria le hubiese servido para llegar a la cima del campeonato a falta de lo que el Twente pudiera haber hecho ante el Ajax, partido que al final terminó en empate.

Los dirigidos por Koeman pudieron haberse ido con un 0-3 en el descanso, e inclusive con el gol de las águilas pudieron tener el marcador 1-4 a su favor, pero sin duda no fue la noche de Pellé, Armenteros y por encima los dos antes mencionados, Boëtius, quien poco a poco regresa de su lesión, pero no cabe duda que tuvo  una noche de para olvidar.

El claro dominio de los visitantes no se pudo reflejar en el marcador al final, puntos que sin duda lamentará el Feyenoord no haber conseguido cuando se aproxime el final de la temporada, pero la tristeza de uno no evitó que el estadio De Adelaarshorst festajara en una noche lluviosa de octubre.