El fin de semana futbolero en la Eredivisie se cerraba con la disputa de uno de los encuentros más importantes de la fecha, con perdón del Ajax - AZ, ya que muy probablemente iba a marcar el devenir de la competición en este tramo final. La batalla entre el Twente y el Feyenoord no era una más, no iba a pasar desapercibida. Bien lo sabían los aficionados tukkers que acudieron en masa al entrenamiento previo para alentar a los suyos. También lo tenían asumido los futbolistas que iban a saltar al tapete verde del De Grolsch Veste.

Allí chocarían dos pesos pesados de la competición. Un campeonato ajustado donde los haya y que no permite margen para el mínimo error. El resultado de aquel topetazo de grandes magnitudes, seguramente, va a ser celebrado o lamentado a final de temporada.

Once hombres a cada costado, miles de personas en las gradas, puntualidad alemana, calidad universal sobre el césped y fútbol neerlandés representado en dos de sus máximos exponentes actuales. Ningún rito no habitual, pitido inicial y comienzo de la contienda. Un cruce que iría ganando emoción, acorde con la expectación previa, con el paso de los minutos.

En los primeros compases, se produciría una jugada muy protestada por el Feyenoord. Inmers pugnó con Marsman la posesión de un balón en el área, cayendo el primero. Pero finalmente el árbitro no lo creyó suficiente como para señalar la pena máxima.

Momento del posible penalti de Marsman a Inmers.

Ambos sacaban sus garras a relucir y generaban peligro. Primero el Twente tendría una notable ocasión a través de una gran combinación entre Tadic, Castaignos y Promes que no pudo definir bien el “24” tukker. Después, respondería el Feyenoord contundentemente. Se acercaba el primer cuarto de hora cuando Boetius entró por el costado izquierdo, levantó la cabeza y conectó con Graziano Pelle. El artillero italiano, dentro del área, no falló y puso un 0-1 en el luminoso que permitía pensar a los suyos en entrar en puestos Champions. Los locales lo intentaban pero no lograban la manera de sobrepasar a un Feyenoord que resistió bien atrás buena parte del partido. Así, con la mínima ventaja del gol de Pelle, la contienda se fue al descanso.

Colofón final

Las intenciones tras el paso por los vestuarios eran claras. Los hombres de Jansen tenían 45 minutos para darle la vuelta al marcador y los de Koeman para ampliar su ventaja o defenderla y aguantarla. En esta lucha derivada, volverían a ser los de Rotterdam los que reirían primero. Corriendo el 54’ en el electrónico, a Kongolo le sobró autoestima para arrancar imperialmente por banda izquierda y centrar al área para que Graziano Pelle peinara de cabeza hacia Schaken. El atacante diestro del Feyenoord conectó con Inmers y este se la dejó a Boëtius, que llegaba de cara, para que mandara el balón dentro desde la frontal. Otra vez, otro golpe para la afición local y otra fiesta en la parcela visitante. Comenzaban a relamer el dulce triunfo. Pero el Feyenoord se creyó ganador pronto y eso acabó autodestruyéndolo.

Se acercaba el final de la velada y el 0-2 parecía una ventaja complicada de remontar. Los de Koeman lo sabían y bajaron un poco el ritmo. Sin embargo, los tukkers ya no tenían nada que perder. En casa, arropados por los suyos, bajar los brazos no era una opción. Casi dados ya por muertos, renacerían de sus cenizas en el 68’. Promes decidió ser importante y empezó a poner en serios problemas a la muralla defensiva del Feyenoord. En primera instancia, un gran pase suyo a la espalda de la zaga rival fue definido perfectamente por Castaignos ante la salida de Mulder. Haciendo brotar el éxtasis local.

Retumbó el “Come on Twente Enschede”, el ambiente se caldeó y los tukkers creyeron en sus posibilidades. Dieron un ritmo más a cada pase, un poco más de esfuerzo en cada carrera, aupados por sus aficionados, y lo consiguieron.

De Grolsch Veste, inexpugnable hasta la fecha

Los pupilos de Jansen incrementaron sus ocasiones de peligro. Pelle despejaba, Mulder retrasaba sus saques y Clasie se aquejaba de molestias musculares. Los segundos volaban a beneficio del Feyenoord. Los locales se desesperaban y el empate no llegaba. El descuento fue de 5 minutos. En ese corto espacio de tiempo se tendría que conseguir algo que antes había tardado 68’, el gol. Difícil empresa, sin duda, pero el santuario del De Grolsch Veste, que llegó y acabó inexpugnable hasta la fecha, sería el escenario del milagro.

Promes volvió a encontrar espacios al inicio del tiempo añadido entre la defensa del Feyenoord para mandar un pase medido hacia Borven, pero este no acertó a rematar con todo a favor. Fue el aviso de lo que tenía que venir. Lo que llegó en el último suspiro. A punto de cumplirse ya el tiempo extra, el Twente botaría un córner sin aparente peligro pero que su despeje por parte de los jugadores visitantes acabaría siendo rematado por Martina para consumar el 2-2. Cuco sería el héroe de la tarde/noche en Enschede y el apoteosis final conllevaría un reparto de puntos que afianza al Ajax en el liderato pero que abre enormemente la lucha por el segundo puesto que da acceso a la Champions. Brega intensa en la que están inmersos el Vitesse, el Twente, el Feyenoord y un renacido PSV, aunque en menor medida. La Eredivisie da otra gran sorpresa y promete emoción hasta el final.