No hay quien pare el estado de forma que vive el Newcastle United. Lejos han quedado los primeros compases de la temporada, en los que ganar parecía una misión imposible. Los blanquinegros no dejan de añadir muescas a su revólver y esta vez ha sido el Liverpool el equipo que ha sucumbido a la alegría de los magpies. En un partido en el que cada equipo dominó una mitad, la convicción local fue el factor decisivo frente a unos visitantes que nunca tuvieron una referencia ofensiva capaz de llevar el balón a la red.
Pelea estéril
Ninguno de los dos equipos empezó con intención de contenerse. Tanto magpies como reds querían el esférico, y los primeros compases fueron dinámicos y de mucha pelea en el centro del campo. Sin embargo, después del tanteo inicial los locales se asentaron en el campo, dejando claro que querían la posesión. Presionaron la creación de juego de sus rivales y, con el balón en su poder, buscaron el control y la potencia de sus bandas. Así, a los diez minutos Sissoko ya había tenido dos oportunidades para marcar el primero. En ambas la zaga red desbarató sus planes.
Tras un inicio eléctrico, ambos equipos buscaron la calma y el controlLa contienda bajó sus revoluciones poco después. El ímpetu inicial motivado por las intenciones de dominar la medular se redujo, y las dos escuadras se mostraron pacientes y precavidas en su juego. El fútbol debía tejerse con calma y cabeza, mientras que las defensas de ambos equipos realizaban un impecable ejercicio de seriedad atrás. El Liverpool, aun así, rompía esa tendencia con las puntuales carreras de Sterling y Coutinho por la banda derecha, mientras no había noticias del desaparecido Balotelli.
A los 23 minutos, uno de esos galgos capaces de sorprender por su banda, Obertan, se lesionó tras una potente carrera a lo largo de la banda derecha. La solución de Alan Pardew para su Newcastle fue Rolando Aarons. El canterano, que había brillado con especial fuerza en la Capital One Cup, saltaba al verde para marcar diferencias en los urracas.
El peligro ofensivo en la primera parte fue del NewcastleLa tónica del partido siguió su curso, esperando al jugador que cambiara las tornas con un toque de genialidad. Sin embargo, la diferencia de peligro entre ambos conjuntos comenzaba a ser palpable. Los magpies pisaban mucho más el campo rival, y el Liverpool veía cómo las ocasiones más claras llegaban del bando local. En el minuto 36, Johnson dejó a medias el grito de gol de St. James' Park al despejar en última instancia un remate de Cissé tras un buen saque de esquina botado por Colback. A pesar de la situación, los locales no podían confiarse ante el peligro potencial de sus rivales: en el minuto 39, la suerte de los córners cambió de bando, y esta vez Skrtel mandó muy cerca del palo izquierdo de Krul un potente cabezazo.
El pitido del árbitro indicó el final de una primera parte en la que el Newcastle dejó mejor sabor de boca. Las mejores ocasiones tuvieron la firma de los urracas, que se apoyaron en un gran Sissoko, una vez más el pilar del equipo, y una defensa segura ante los intentos del Liverpool, destacando el buen trabajo de Dummett anulando a Sterling. Los reds, por su parte, necesitaban ganar peso en la contienda. Ocho tiros del Newcastle por sólo uno del Liverpool reflejaban el transcurso del partido. Sin embargo, las tornas cambiaban en la posesión: 35% - 65 % a favor de los visitantes.
Cuando ganar pasa a ser un hábito
Alan Pardew sacó su segunda carta de la baraja a la vuelta de vestuarios. Ayoze Pérez, autor del gol de la victoria en el último partido de liga frente al Tottenham Hotspur, sería la nueva referencia ofensiva del Newcastle, sustituyendo a Cissé.
Al volver del descanso, el Liverpool fue el principal candidato para abrir el marcadorEl descanso no cambió el planteamiento de las dos escuadras, que siguieron apostando por ataques elaborados y control en la mitad de campo. Pero la balanza cambió radicalmente su peso. El Liverpool cambió su cara inofensiva y pasó a tener pólvora en sus ataques. Los reds fueron entonces los que dispusieron de las ocasiones más claras, con la más cercana al gol en el minuto 56: tras un centro desde la derecha, Coutinho remató de cabeza en el corazón del área, pero un providencial Krul impidió el tanto en una exhibición de reflejos.
Cuando la última media hora de juego entró en escena, las maquinarias funcionando a altas revoluciones que se habían visto en el inicio del partido volvieron a aparecer. El choque tuvo más tintes de 'correcalles', y con un ritmo más alto y una grada animada cualquier cosa podía pasar.
Pardew y Rodgers salieron al ataque en el minuto 66. En los locales, Cabella entró por Ameobi, y en los visitantes Borini sustituyó a Allen. Aún le quedaban dos cambios al entrenador del Liverpool, mientras que el técnico del Newcastle, con mucho por jugar, ya había quemado sus naves.
La pérdida de peso en el partido de los magpies se acentuó con el avance del reloj, mientras que los reds no sólo estaban cómodos, sino que eran los principales candidatos a abrir el marcador. Pero cuando peor parecía estar el Newcastle, el fútbol volvió a dar la razón a Alan Pardew con sus cambios.
Ayoze Pérez volvió a ser el autor del gol de la victoria de los urracasCorría el minuto 73 cuando la potencia, el motor y el corazón de los urracas, Sissoko, arrancó desde la izquierda y metió el esférico en el área. Tras un enredo de piernas intentando despejar o rematar el balón en el área, apareció el más listo de la clase: Ayoze encontró el balón muerto y fusiló a Mignolet, que no pudo hacer nada ante ese disparo a quemarropa. El ariete español volvía a ser el objeto de las ovaciones de St. James' Park.
Con 1-0, los locales se resguardaron atrás para aprovechar los contraataques. Y así, en el minuto 76 tuvieron el 2-0. Ayoze y Cabella arrancaron en un claro dos contra uno que acabó situando al segundo en un mano a mano con Mignolet, pero el guardameta de los reds salvó con el pie la jugada que hubiese decidido el partido.
Los urracas siguieron jugando en volandas, impulsados por su público. En el 80, otra vez Sissoko y sus cabalgadas imparables rompieron la defensa del Liverpool, y el centrocampista francés se topó con Mignolet en su intento por poner el segundo gol en el electrónico. Mientras, en defensa se mostraban seguros ante unos visitantes sin referencias ofensivas. El 1-0 había transformado las dudas del Newcastle en valentía a raudales.
Por más que lo intentaba el Liverpool, sus aspiraciones ofensivas no tenían ni fundamento ni fe. La ausencia de garantías en ataque, con un Balotelli pasivo, hacían inútil cualquier intención. El Newcastle, con la ilusión de un equipo que ha crecido a pasos agigantados desde el principio de temporada, llegaba a cada cruce con un plus de fuerza que marcaba la diferencia.
El partido finalizó con una explosión de júbilo de St. James' Park acorde a lo conseguido. Cuatro victorias consecutivas, tres de ellas en liga, han resucitado a unos urracas que parecen imparables. Pardew - back from dead ("Pardew ha vuelto de entre los muertos") rezaba una pancarta en la grada aludiendo a un entrenador por el que se pedía la cabeza y que ahora lidera a un equipo que ha tomado la victoria como hábito. El Liverpool, sin instinto matador durante todo el partido y cada vez más perdido en su juego, fue un retrato de la potente escuadra que a punto estuvo de ser campeona el curso pasado. La alegría imparable en Tyneside sigue dejando víctimas a su paso.
| Newcastle United (1) | Liverpool (0) | ||
.jpg) |  | ||
| Krul | 7 | Mignolet | 7 |
| Janmaat | 7 | Johnson | 6 |
| Taylor | 6 | Skrtel | 6 |
| Coloccini | 7 | Lovren | 6 |
| Dummett | 7 | Moreno | 5 |
| Sissoko | 8 | Henderson | 6 |
| Colback | 6 | Gerrard | 6 |
| Abeid | 6 | Allen 66' | 6 |
| Obertan 26' | 7 | Sterling | 5 |
| Ameobi 66' | 5 | Balotelli | 3 |
| Cissé 45' | 6 | Coutinho 80' | 5 |
| Suplentes | |||
| Aarons 26' | 5 | Borini 66' | 6 |
| Ayoze 45' | 8 | Lambert 80' | 4 |
| Cabella 66' | 7 | - | - |