Los 'baggies' ganan entre bostezos

El King Power Stadium acogía en esta tarde otoñal a dos conjuntos ansiosos por lograr la victoria. Especialmente necesitados estaban unos foxes que, tras su espectacular victoria ante el Manchester United allá por el mes de septiembre (5-3), no levantan cabeza y no saben lo que es ganar un encuentro. En el bando visitante, los de Birmingham buscaban despegarse de la zona baja de la tabla tras una serie de encuentros en los que las cosas no les salieron como querían.

El sopor

El técnico local, Nigel Pearson, apostó de inicio por Nugent y Vardy en la punta de ataque, dejando a Leonardo Ulloa en el banquillo. La mala racha del argentino, que no anota un tanto en liga desde su doblete ante el United el pasado 21 de septiembre, no ha pasado desapercibida para su entrenador y el ex del Almería ha visto cómo ha perdido la titularidad que parecía tener garantizada.

Comenzó el choque con mayor posesión baggie (41% - 59% en los primeros 10 minutos), si bien no sería algo excesivamente relevante dada la inoperancia ofensiva demostrada por ambos equipos en la tarde del sábado. Los de Irvine se encomendaban al enrachado Saido Berahino, cuya sola presencia es capaz de intimidar a cualquier defensa rival. El de Burundi arrancó el encuentro cayendo una y otra vez en fuera de juego, pero daba la sensación de que en un descuido o una mala salida de la defensa de los zorros, el jugador de la sub 21 de Inglaterra se podía quedar solo delante de Schmeichel en cualquier momento.

Fue el propio Berahino el que tuvo la primera ocasión significativa del partido, pero su disparo desde fuera del área lo detuvo el ex cancerbero del Manchester City sin demasiadas complicaciones.

En una primera mitad sin demasiada acción, los zorros reclamaron tímidamente dos penaltis casi consecutivos. El primero, en el minuto 20, por una posible mano de Dawson. El segundo, en el 23, tras una horrible cesión atrás de Gardner. Vardy se anticipó a Lescott pero el ex central del Everton reaccionó muy bien y consiguió evitar el peligro rebañando legalmente el cuero.

Las ocasiones brillaban por su ausencia y sólo en acciones aisladas se podía atisbar cierto peligro en las áreas. En una de éstas, a punto estuvo Wes Morgan de anotar de cabeza a la salida de un córner y adelantar de esta manera al Leicester. Tras recibir en buena posición el servicio desde la esquina de James, el central envió su testarazo a escasos centímetros del poste derecho de la portería de Foster. Diez minutos después sería Vardy, con una floja chilena, el que pondría a prueba al cancerbero visitante, que atrapó sin miramientos el esférico.

A cinco minutos del descanso llegó la mejor ocasión de los visitantes. Genial asistencia de Sessegnon para Berahino y el joven delantero cede atrás para la llegada de cara de un Brunt que se llena de balón y envía el disparo muy por encima del arco de Schmeichel.

Llegaba el entretiempo y ambos conjuntos se repartían momentáneamente los puntos. Y los bostezos.

La fortuna le da la espalda a Cambiasso

Nada más comenzar la segunda parte, la mala suerte se cebó con los locales. En una contra sin aparente peligro, Brunt buscó a Berahino en profundidad y el centro, blandito, del de Burundi lo despejó Wes Morgan con tan mala fortuna que rebotó en el cuerpo de Cambiasso y se coló mansamente en las mallas ante la desesperación de la afición local. Los espectadores no se podían creer cómo, con tan poco, el West Brom se había conseguido adelantar en el electrónico en un partido que parecía destinado al 0-0 aunque hubiesen jugado durante dos días seguidos.

A partir de ahí, los locales lo intentaron con más corazón que cabeza, sin jugadas excesivamente elaboradas y esperando como agua de mayo una acción aislada, una jugada a balón parado o un rechace para sacar petróleo ante su escaso bagaje ofensivo.

Rondando la hora de encuentro, Vardy dispuso de una buena ocasión tras recibir un balonazo en largo de Konchesky. El de Sheffield recortó bien a su par pero su fuerte chut salió excesivamente centrado y lo detuvo sin dificultades Foster. Acto seguido, Sessegnon reclamaría penalti en el área contraria por una mano de Wasilewski si bien el polaco tenía el brazo pegado al cuerpo en el momento del impacto.

Precisamente el central de Europa del este fue el triste protagonista minutos después al propinar un codazo en la cara a Saido Berahino. Ni Stuart Attwell ni sus asistentes vieron nada porque, de haberlo visto, deberían de haber expulsado sin miramientos al ex del Anderlecht.

Viendo que su planteamiento inicial no funcionaba, Nigel Pearson recurrió a “El Ciclón”, que entró por un ausente Nugent. Y a punto estuvo de salirle perfecto el cambio al de Nottingham, ya que de las botas del ex del Castellón llegó la ocasión más clara para el cuadro local.

El delantero argentino, tras varios cambios de dirección, consiguió sacar un centro desde la banda derecha que la defensa baggie apenas pudo desviar y el cuero voló hasta quedarse en una posición franca para el remate de King, que se encontraba prácticamente en el área pequeña. Parecía que sólo tenía que empujarla, pero su cabezazo salió excesivamente centrado y, sin miramientos, Foster hizo que el peligro se esfumara.

Los últimos minutos fueron un quiero y no puedo de unos foxes que veían cómo una y otra vez eran incapaces de terminar sus jugadas de ataque y, entre su desesperación, Stuart Attwell decretó el final de este espeso encuentro cuando su reloj marcaba el minuto 95.

El West Brom, sin excesivos alardes y sin sufrir en exceso, se lleva tres valiosísimos puntos de su visita al King Power Stadium. Por el contrario, el Leicester City encadena tres derrotas consecutivas y tendrá que espabilar cuanto antes si no quiere ver cómo su retorno a la élite se acaba convirtiendo en un auténtico calvario.

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