Brendan Rodgers hunde su propio barco en el río Mersey

El Liverpool realizó su peor actuación europea en mucho tiempo para cerrar así su regreso a la Champions. Los suizos, sin excesos, se clasifican así para los octavos de final.

Brendan Rodgers hunde su propio barco en el río Mersey
Foto via @LFC
daniakacosta
Por Daniel Martin

Noche de martes en la ciudad inglesa de Liverpool, con el sonido de la lluvia de fondo. Pocas cosas inspiran tanta desgana como esta situación, pero hoy el ambiente era diferente, noche de Champions League, aquella competición en la que el Liverpool en su año quiso ser el rey, protagonizando una de las mejores finales de la historia.

Para comenzar dicho partido, Brendan Rodgers decidió salir con un 4-4-2 extraño, con Sterling y Lambert arriba y una linea de cuatro centrocampistas con Gerrard, Leiva, Allen y Henderson. Por su parte atrás contaría con Jose Enrique, lateral de un perfil mucho más defensivo que Alberto Moreno, a sabiendas de que hoy sólo valía ganar. Por su parte Sousa, el técnico portugués del Basilea, saldría con todos sus hombres de gala a excepción de Delgado.

Fútbol inofensivo y zarpazo de Frei

El partido no podía comenzar de otra manera, siguiendo la tónica habitual del equipo del galés en lo que va de temporada. Sin llegadas a puerta, con errores en la salida del balón y una acumulación excesiva de hombres en el centro del campo que sin embargo resultaba inútil para los centrales, que eran incapaces de encontrar a cualquiera de los cuatro hombres disponibles en el centro. Por su parte el Basilea sacó la calculadora y no quiso arriesgar, con una presión intensa desde la zona defensiva del Liverpool los suizos intentaban hacer daño a un equipo ya de por sí acostumbrado a auto mutilarse.

Para respetar el guión, el Liverpool decidió dejar un gran espacio de tiro al centrocampista suizo Frei, que sin querer pensárselo dos veces, fusiló la portería de un Mignolet que obvió intentar atrapar el disparo, colándose así el balón en la red y subiendo el primer tanto del encuentro al marcador.

Las caras en el equipo local eran un poema, tanto en el campo como en el banquillo y las gradas. Mientras que el equipo no encontraba solución alguna, Brendan Rodgers ya tramaba algo para la segunda mitad que, como después comprobaría, terminaría por matar las esperanzas de todo el mundo.

Rodgers lanza un triple y... falla

Sería el entrenador local el primero en intentar hacer daño al Basilea con sus cambios en el descanso. En primer lugar el más obvio, aquel que debería de ser el teórico titular, Alberto Moreno, entraría para sustituir a un desaparecido Jose Enrique. Sin embargo en un ataque de locura, más que de genialidad, el galés se cargaría al único ariete del equipo, el inglés Rickie Lambert para dar salida al extremo Markovic, que comprobaría minutos después lo caro que le puede costar a un equipo un error de niño pequeño.

En ese momento Brendan Rodgers se quitó su habitual indumentaria de británico cuarentón para calzarse la camiseta que vestía el mágico Reggie Miller en Indiana, para lanzarse así el mejor triple de su carrera, sólo que a diferencia del norteamericano, éste ni se acercó al aro. Con la inexplicable salida de Lambert, el Liverpool pasaba a jugar con cinco centrocampistas y un único delantero, acostumbrado a jugar de extremo. Mientras tanto el Basilea seguía viviendo con total tranquilidad en el campo, sin peligro alguno para su portero.

La genialidad del partido llegaría en el minuto 60. Markovic, cometiendo un error propio de un juvenil, lanza en carrera su mano al rostro de un adversario que, viendo el amago de golpe, decide lanzarse al suelo entre gritos de dolor. El colegiado, sorprendido por la acción, decide sacar la tarjeta roja al joven extremo dejando así al Liverpool con 10 jugadores y con cero esperanzas.

La honra de Steven Gerrard

El capitán, para variar. Mientras su equipo se hundía a gran velocidad, el capitán decidiría remar para intentar llegar a un puerto que se alejaba más y más por cada minuto que el reloj decidía avanzar. Sería con un zarpazo espectacular de falta directa como Gerrard recortaría distancias en un marcador que parecía devolver la ilusión a los locales, que tras 80 minutos de desgana, se convirtieron por fin en jugadores. El Basilea empezaría, inexplicablemente, a fallar claras ocasiones de gol que, de no ser por la inoperancia de los jugadores locales para ver puerta, hubiera podido acabar con su eliminación.

Tras una serie de disparos a la desesperada y acumulación de jugadores en el área del Basilea, el árbitro sabiamente pitaría el final de un encuentro que dejará huella en la memoria de los aficionados locales, como, quizás, el principio del fin de la era de Brendan Rodgers en el banquillo del Liverpool.

Con este marcador el Basilea pasa como segundo de grupo mientras que el Liverpool tendrá que conformarse con una Europa League que no sabe a absolutamente nada. Steven Gerrard, tras terminar el partido, declaraba que el Liverpool no mereció más, y que la eliminación "ha sido totalmente justa", en palabras del capitán.

Puntuaciones VAVEL

Liverpool (1) Basilea (1)
Mignolet 5 Vaclik 7
Glen Johnson 5 Schar 6
Skrtel 6 Suchy 7
Lovren 5 Safari 6
Jose Enrique (46') 3 Xhaka 6
Leiva (70') 4 Elneny (82') 6
Henderson 5 Frei 8
Allen 3 Gashi 6
Gerrard 7 Zuffi (88') 5
Sterling 6 Streller (74') 7
Lambert (46') 4 Gonzalez 6
Remplaçants
Markovic (46') 2 Embolo (74') 5
Moreno (46') 5 Diaz (83') -
Coutinho (70') 5 Samuel (88') -