Los cañonazos fueron más efectivos que los picotazos

El Arsenal consiguió pasar a la siguiente ronda ante un Brighton que le puso las cosas más difíciles en el segundo tiempo. Se fueron con una buena ventaja al descanso con dos goles por encima. Pero la segunda parte fue lo contrario. El Brighton Hove & Albion salió con un nuevo aire, presionando la salida del balón y robando la pelota al Arsenal. Redujo dos veces la distancia a un gol, pero Rosický la aumentó con una espléndida volea en el mejor gol del encuentro.

Los cañonazos fueron más efectivos que los picotazos
Ózil marcando el segundo gol del partido. | Imagen: Arsenal.
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Por Pedro M. Peralta

La primera parte del encuentro estuvo marcada por el dominio en todos los aspectos de un único equipo: Arsenal. Comenzaron muy bien con un gol tempranero de Theo Walcott tras dormir el balón en el centro del campo durante el primer minuto de partido, buscando resquicios y acabando con el ímpetu inicial del Brighton. Otra perla de Rosický encaminó la eliminatoria para el Arsenal, donde Özil solo tuvo que rematar al lado contrario de la estirada del portero. Aparte de esto, la primera mitad estuvo secuestrada de emoción en la búsqueda de goles con solo aproximaciones con tiros lejanos.

La segunda parte propició que se invirtiesen los papeles. El dominio del balón empezó a caer a los locales, como si esa zona del campo tuviese la culpa. Las gaviotas redujeron la distancia gracias a la pasividad de la defensa de los gunners, aunque estos consiguieron enmendar el error tras un golazo de volea de Rosický, la estrella de la segunda parte. Pero Baldock volvió a reducir la distancia tras superar a Szczesny, gracias al magnífico pase de Holla. Pero ahí se apagaron los goles. Las defensas fueron más hábiles, a la vez que se endureció el Brighton para evitar que cayese el cuarto, intentando conseguir el empate.

Dos pinceladas

Giroud y Özil eran los encargados de dar comienzo al partido. Y así lo hicieron tras el pitido de Michael Oliver. A pesar de un comienzo un poco dubitativo, con el control del balón pero sin promover peligro, el balón llegó a Chambers que se fue por velocidad de su oponente y dejó un preciso balón para que Walcott perforase la meta de Stockdale, frío y lento, ante una defensa pasiva que no supo incomodar el disparo del internacional inglés.

El único peligro parecía nacer de las botas del Arsenal. Özil desde el córner con Giroud como rematador y Ramsey con su clásico desborde al borde del área y su disparo potente buscaron las cosquillas de la defensa de las gaviotas. El papel de la defensa del Arsenal quedó reducido al remate ofensivo en los saques de esquina y la subida de los laterales, características del juego de Arsène Wenger, en estos primeros minutos.

En el par de oportunidades en las que el Brighton asomó el pico por el área de los gunners durante el primer cuarto de hora sus jugadores se perdían en el borde de la línea de cal, incapaces de conectar o de prever el recorrido de sus compañeros en el desmarque. Aun así, el peligro que intentaba crear el Arsenal era inútil, con muy poca coordinación para el desmarque y con poca movilidad ya que esperaban el balón al pie.

Walcott era el único que emitía intensidad en sus acciones, aunque pecaba de individual. Pero todo el equipo del Arsenal padecía eso, como demostraba las largas cabalgadas a pesar de existir una opción de pase, en busca del tiro lejano. Pero esto dejó de importar cuando apareció la gran visión de espacios de Rosický y la puntería de Özil. En una muralla de gaviotas, el pistolero halló un resquicio para que Özil encontrase la malla de su meta.

El Brighton seguía intentando buscar las cosquillas a la defensa del Arsenal, pero sus llegadas eran tímidas mientras que sus rivales dominaban la pelota pero no eran capaces de hilvanar jugadas más que por los destellos, mostrando la calidad que tiene la plantilla de Wenger. Y cerca estuvieron de catar la miel del gol, pero el disparo de Baldock se marchó muy desviado ante la presión de Chambers, tras un error de Koscielny en el despeje.

El Arsenal seguía durmiendo el partido en el centro del campo. Multitud de pases rondaban las piernas de Rosický, Ramsey, Flamini y la defensa, pero cuando querían subir hacia la portería de Stockdale, no aparecían las conexiones. Özil y Giroud eran incapaces de retener la pelota de espaldas ante el asedio de Greer y Dunk. Ni siquiera a balón parado, cerca del balcón del área, eran capaces de inquietar a Szczęsny.

Ninguno de los dos equipos consiguió crear peligro en el último cuarto de hora de la primera parte. El Arsenal seguía buscando combinaciones para incrustarse en el área, pero solo obtenían oportunidades desde el tiro lejano. El Brighton, en cambio, esperaba replegado para salir al contraataque con pocos efectivos y con poca precisión en el pase. Y así, ambos equipos se marcharon a los vestuarios tras el doble pitido del colegiado en el final de la primera mitad.

Brotes de genialidad

El comienzo de la segunda parte era un calco de la primera, aunque esta vez el gol se resistió ante un buen pase de Rosický pero falto de la fuerza necesaria para llegar a las botas de Giroud. El campo estaba más deslizante que en el primer tiempo, como demostraron los sucesivos resbalones de jugadores de ambos equipos.

Y llegó la sorpresa, el gol tempranero desde la misma zona del campo. En un error de la defensa al despejar el balón, Baldock se adelantó en el remate a Chambers, balón que aprovechó O’Grady para encontrar la red con un disparo pegado al palo. La mirada atónita de Szczesny, que nada pudo hacer, ante la pasividad de la defensa reflejó la calma de la defensa tras la salida del vestuario.

El miedo empezaba a asolar a los jugadores del Arsenal, como ya ocurrió con los otros equipos de la capital eliminados en cuarta ronda. El Brighton empezaba a crecerse de cara al área del Arsenal mientras que los gunners debían ver como la defensa contraria estaba espectacular. Incluso Calderón quiso acelerar el proceso; este cayó en el área de forma exagerada ante la leve carga de Koscielny.

Y Rosický quiso calmar a la bestia latente. El Arsenal volvió a buscar dormir al rival moviendo la pelota en el centro del campo hasta que la perdieron. Pero la rapidez de Rosický, unido a la suerte de llevarse el rebote tras el pelotazo de la defensa, propició que este cediese la bola a Özil y este se la quisiese devolver con una leve parábola, para que el centrocampista estampase el balón en la malla con un derechazo, desde el borde del área, ante el que nada pudo hacer Stockdale.

Quizá el Arsenal pensó que esto acabaría con la ilusión del Brighton, pero nada de eso. El equipo siguió atacando para empatar el partido, aunque no fuesen capaces de generar peligro efectivo en la meta de Szczęsny. El Arsenal, en cambio, quería dormir la pelota y acercarse con rapidez al área de las gaviotas, pero no eran precisos en el pase. Al igual que sus rivales no lo eran en los contraataques, donde pecaron de individualismo.

Al igual que la entrada de March por Bruno dio un aire nuevo en los locales, la salida de Walcott y Giroud por Alexis Sánchez y Akpom propició mayor verticalidad y peligro en el equipo de Wenger, con Rosický como la figura principal de esta mitad. Aun así, el Brighton seguía buscando el peligro con centros desde la izquierda pero que en ningún momento encontraban un rematador.

Y la búsqueda del gol dio sus frutos en el lado local. Holla vio el hueco en la línea defensiva para servir un preciso pase para Baldock, que con un ligero toque, superó a Szczęsny para dejar el marcador de nuevo con un gol de ventaja para el Arsenal. Y aprovecharon el subidón que les otorgó para comenzar el sitio del área del Arsenal, pero la defensa respondió bien ante el ataque.

Un choque decidido

En estos momentos, se invirtieron los papeles generales del partido. El Arsenal era quien se mostraba más vertical, buscando el contraataque gracias a la velocidad de Alexis Sánchez, quien se estaba atiborrando a recibir faltas. En cambio, el Brighton era quien tenía el control del balón, la posesión, pero no la transformaban en peligro. Y de esta manera, la suerte sonrió al Brighton ya que el leve remate de O’Grady impidió que Alexis Sánchez sumase un nuevo gol de falta directa.

De esta manera, el partido llegaba a su fin. Sánchez y Akpom deslumbraban con su habilidad en el regate y en aceleración, mientras el Arsenal recuperaba la posesión de la pelota y alejaba el peligro de las gaviotas, con otra magnífica falta lanzada por Alexis que paró Stockdale a mano cambiada. Y, en el último minuto, Ramsey se iba sin su gol tras un preciso centro de Rosický. Quizá hubiese sido la recompensa para el mejor jugador del partido.

El triple pitido de Michael Oliver daba fin al partido y el Arsenal pasó a la siguiente ronda de la F.A. Cup. El vigente campeón seguirá defendiendo su corona tras un partido que se complicó en el inicio de la segunda parte, tras una bastante placentera. Aun así, el Brighton en ningún momento tuvo la oportunidad de remontar el partido, ya que el Arsenal supo reaccionar ante los errores que propiciaron los dos goles.

Puntuaciones VAVEL F.A. Cup

BRIGHTON AND HOVE ALBION (2) (3) ARSENAL

STOCKDALE 5 SZCZESNY 4
(63') BRUNO 5 CHAMBERS 5
GREER 5 KOSCIELNY 4
DUNK 5 MONREAL 5
BENNETT 6 GIBBS 6
HOLLA 6 FLAMINI 6
INCE 4 (70') WALCOTT 6
CALDERÓN 5 RAMSEY 8
(82') FORSTER-CASKEY 5

(80') ÖZIL

6
BALDOCK 6 ROSICKÝ 8
O’GRADY 6 (70') GIROUD 6
Suplentes
MARCH (63') 5 AKPOM (70') 7
COLUNGA (82') 6 SÁNCHEZ (70') 7
--------- - COQUELIN (80') 6