Cincuenta años después

Tras 50 años de su primer título de League Cup, el Chelsea de Mourinho tratará de engrandecer todavía más su palmarés recuperando el espíritu de Tommy Docherty y sus púpilos.

Cincuenta años después
Eddie McCready y Tommy Docherty, los héroes del 65. | Foto: Frank Leonard Tewkesbury, Press Associated.
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Por Pau Corachán

Durante la temporada 1964/65, en una Inglaterra que se preparaba para acoger su Mundial, tuvo lugar la quinta edición de la League Cup, la penúltima en la que la final se disputó a doble partido. La competición había surgido de una idea de Stanley Rous, quien veía el torneo como una oportunidad de consolación para los equipos eliminados de la FA Cup. Sin embargo, fue Alan Hardaker quien la impulsó para que los equipos recuperaran parte de los ingresos que habían perdido por la reducción de partidos con la reorganización de la Football League.

El primer vencedor de la League Cup fue el Aston Villa derrotando al Rotherham United en la final de 1961. Su relevo lo tomó el Norwich City, que se impuso al Rochdale. La temporada siguiente el Birmingham City doblegó a sus rivales villanos y en 1964 fue el Leicester City quién se llevó el gato al agua venciendo al Stoke City.

Los foxes repetirían final al año siguiente tras eliminar al Peterborough United -ante el que tuvo que superar un replay-, al Grimsby Town, al Crystal Palace -nuevamente en el replay-, al Coventry City y en las semifinales al Plymouth Argyle. Los de Matt Gillies anotaron 22 goles en los ocho partidos anteriores a la final y soñaban con ser el primer equipo en ganar dos copas de la liga, haciéndolo además de forma consecutiva, pero enfrente estaba el Chelsea de Tommy Docherty.

Los blues alcanzaron la final tras dejar en la cuneta al Birmingham City, al Notts County, al Swansea City, al Workington Town -en el replay- y al Aston Villa. El Chelsea había anotado 18 goles en siete partidos previamente a la final.

Loco partido de ida

De ida y vuelta. Stamford Bridge fue el escenario del primer partido de la final. Chelsea y Leicester iban a abrir fuego ante 20.690 espectadores en el centro de Londres. El equipo local se puso por delante en el marcador dos veces, en el minuto 33 con tanto de Bobby Tambling y en el minuto 70 tras un penalti que transformó Terry Venables. Los foxes lograron igualar la contienda las dos veces, con tantos de Colin Appleton en el 46 y de Jimmy Goodfellow en el 75.

McCready anotó el que fue descrito como mejor gol nunca visto

El partido, y por ende la final, parecía condenada a llegar a Filbert Street, en Leicester, igualada. Sin embargo, los que acudieron aquella tarde de marzo al estadio del Chelsea tuvieron el privilegio de presenciar el que fue descrito por aquel entonces como el mejor gol jamás visto. El joven escocés del Chelsea Eddie McCready cogía un balón en la frontal de su área y comenzaba a driblar rivales mientras avanzaba hacia la portería contraria. Todavía quedaba un último escollo: el mejor portero inglés del momento, Gordon Banks. McCready lo batió por bajo y el balón entró llorando. No hubo ninguna cámara para filmar aquel precioso gol que otorgaba ventaja en la final al Chelsea.

Contención y título en Filbert Street

En el partido de vuelta, el Leicester intentó por todos los medios romper el 0-0 inicial y ejerció una fuerte presión sobre el juego blue. Docherty había preparado una maraña de contención defensiva para mantener el resultado y los foxes fueron incapaces de lograr el tanto que inquietara el objetivo del Chelsea.

Docherty y los suyos habían conseguido, pues, el primer título de la League Cup para el Chelsea. Fue el tercer título en la historia del club, tras la liga y la Charity Shield cosechadas una década antes. El próximo domingo frente al Tottenham, el Chelsea de Mourinho tendrá la oportunidad de lograr una nueva League Cup 50 años después de la primera.