12 de diciembre de 2014. La cuenta oficial de Twitter del Charlton Athletic anunció la vuelta de Francis Coquelin a las filas del Arsenal. La cesión de un mes -en realidad dos, ya que el jugador se marchó en noviembre pero el club pidió alargarla- se acababa por los problemas con las lesiones en la medular del conjunto del norte de Londres. Cinco partidos tuvo la oportunidad de jugar.
Arsène Wenger necesitaba una solución de urgencia para la contención en el mediocampo. Jack Wilshere siempre ha dicho que durante su época en las categorías inferiores, el pivote francés hacía el "juego sucio" mientras él se dedicaba a distribuir la pelota. Y quizá esta es la cualidad que ha permitido que el Arsenal se haya erigido como el mejor club inglés de este 2015.
Cualquiera adivinaría que hoy en día se ha convertido en el centrocampista más importante, junto a Santi Cazorla. El jugador francés se ha vuelto ese seguro que Wenger no ha sido capaz de hayar en la vuelta de Mathieu Flamini al equipo, otro jugador que también baila mucho con la diosa lesión.
El técnico ha puesto en el joven jugador francés una confianza tremenda y así lo muestran sus números. Desde el partido frente al West Ham United en la primera vuelta, ha jugado todos y cada uno de los minutos disputados por el Arsenal en Premier League, excepto en Everton. Aunque, quizá, el bajo estado de forma de Mathieu Flamini también haya influido en la ecuación.
Dubitativo al principio, es seguro ahora mismo. Un hecho que puede ayudar a vislumbrar esto sería su fractura en la nariz. En la segunda parte del partido frente al Everton tuvo un choque con Olivier Giroud. Pero no quedó ahí. Un fuerte golpe al final de la segunda parte le dejó fuera del campo, más tocado todavía.
¿Se rindió Coquelin? Ni mucho menos. Al más puro estilo Puyol, el pivote defensivo jugó con una máscara el siguiente partido en Loftus Road. Un trance que también ha pasado Fàbregas, como se pudo comprobar en el partido frente al mismo rival, es decir, en el derbi del oeste de Londres. La diferencia es que el rendimiento de Coquelin ha ido in crescendo, todo lo contrario al español.
Un rendimiento que empezó a tener sus frutos importantes. La asignatura importante del Arsenal y de Arsène Wenger han sido los duelos frente a rivales de gran talla, sobre todo en sus estadios. Esta temporada, y con Coquelin sobre el campo, han ganado a los dos equipos de Mánchester. Y han goleado al Liverpool.
¿Pero en qué ha contribuido Francis Coquelin? La solidez defensiva en el campo, algo de lo que careció el equipo en el primer tramo de temporada por las importantes lesiones en la defensa. Un esquema de juego constante sobre el campo ha ayudado en esto, además de las constantes ayudas sobre Mertesacker y Bellerín, ya que este último tiende a subir demasiado.
En la imagen inferior, podemos comprobar cómo se desenvolvió el pivote francés en el último partido frente al Burnley, donde fue, sin duda, el mejor jugador del partido. Los triángulos amarillos corresponden a las entradas o tackles, los azules a las intercepciones, los amarillos a las recuperaciones y los morados a despejes en largo. Cabe destacar que la posición media de este estuvo en la zona del campo del Arsenal.
Estas estadísticas son estériles si no se acompañan de más datos sobre el partido. Es curioso que un jugador que tiene tanta influencia en el juego de presión sobre el rival, cometiese una falta tan solo en el encuentro frente al Burnley, si bien también se puede deber al hecho de que cambiasen su esquema de alta presión tras el gol de Ramsey.
Pero otra de las funciones que está desempeñando, de forma magnífica, es la organización de la doble línea de presión y defensa. Es decir, las dos líneas que se forman entre la defensa y el centro del campo para defenderse. Este hecho se puede comprobar en la disminución de goles encajados del Arsenal. De los 32 totales, 10 han sido encajados en los últimos 15 partidos en Premier League.
En definitiva, parece que ha conseguido suplantar totalmente la figura de Mathieu Flamini en el equipo, tan necesaria para aportar solidez defensiva, sobre todo, en los encuentros ante rivales de gran envergadura. Y, además, el joven tiene mejor juego con la pelota que su compatriota que, en muchas ocasiones, simplemente buscaba ceder la pelota atrás para salir del paso.