La lógica lo afirmaba, la razón asentía, los expertos argumentaban en ese sentido e incluso los equipos rivales se los apuntaban como los rivales más asequibles. El Burnley y el Leicester son, desde el minuto cero de la temporada, carne de descenso. Conscientes de sus escasas posibilidades de éxito, clarets y foxes decidieron rebelarse contra toda esa espiral de opinión que les enviaba directos de vuelta a Championship.
Sublevarse, desobedecer, alzarse en armas y montar revuelo. Ponérselo difícil a los rivales, luchar contra aquello para lo que estaban predestinados. Evitar lo inevitable. Pelear, bregar y seguir peleando. No rendirse. Disfrutar, en definitiva, del placer del momento subversivo. Plantar batalla por prolongar su tiempo de vida en la elite. Hacer sentirse orgullosos a sus fieles aficionados. Honrar los colores. Todo esto es lo que están haciendo, pese a las dificultades, el Burnley y el Leicester City. Y que triunfar siga pareciendo casi imposible no va a hacer que cesen en su empeño.
El Burnley es colista. Lo es desde que en la última jornada perdiera en Goodison Park ante el Everton y lo es por culpa del punto que el Queens Park Rangers logró arrancar de Villa Park. Una jornada antes, al finaizar la 31, el farolillo rojo estaba en posesión del Leicester. Ambos equipos están actualmente en puestos de descenso. Siguen con opciones de permanencia, y sueñan muy fuerte que lo lograrán, pero la realidad es que si la Premier League acabara ahora mismo los dos regresarían a la división de la que ascendieron hace poco más de un año. Aún así, ni los de Dyche ni los de Pearson darán su brazo a torcer fácilmente.
Dinámicas opuestas
Partido clave, enfrentamiento directo que llega con unos y otros inmersos en unas dinámicas de juego y resultados totalmente inversas. Mientras el Burnley acumula cuatro partidos sin ganar, el Leicester ha sumado nueve puntos de nueve posibles en las últimas tres jornadas. No en vano se enfrentan la tercera peor racha de la competición contra la tercera mejor. Sólo Newcastle y Hull City tienen peores números que el Burnley en las últimas semanas y solamente los dos primeros clasificados de la Premier, Chelsea y Arsenal, superan al Leicester City en el mismo periodo.
Los de Nigel Pearson tienen, además, un partido menos que sus rivales. Aunque sea contra el todopoderoso Chelsea nadie sabe qué puede suceder y darles el partido por perdido sería demasiado adelantar.
El gol como termómetro anímico
Estos resultados tan dispares en uno y otro equipo tienen fácil explicación si se observa la estadística goleadora de cada cual en las últimas cuatro jornadas. Los hombres de Sean Dyche llevan nada más y nada menos que cuatro partidos sin anotar un solo tanto. No marcan desde el latigazo de Boyd al Manchester City que daba esperanzas a una ciudad entera al lograr una victoria de postín. Hace 40 días de aquel gol. Un mes y diez días sin tener nada que festejar puede que sea demasiado tiempo para un equipo que necesita sumar urgentemente.
El Leicester City lleva diez goles en los últimos cuatro partidos
El polo opuesto es el de su rival. El equipo de Nigel Pearson ha conseguido en el mismo periodo un total de diez dianas. Aunque las tres primeras de la serie fueran estériles al caer por 4-3 en White Hart Lane frente al Tottenham, una decena de goles en cuatro partidos significa mucha celebración. Mucho abrazo cómplice, sonrisa en la cara y brazos al cielo. Mucho grito y alarido. Y, por supuesto, muchos puntos en el zurrón.
El Burnley domina ligeramente los precedentes
Burnley y Leicester se han enfrentado en un total de 105 partidos, resultando vencedores los clarets en 43 ocasiones, por 32 veces los foxes y 30 empates. En los encuentros disputados en Turf Moor la diferencia es mayor: 28 victorias locales, once visitantes y 13 empates en 52 partidos. El último antecedente, el partido de ida en el King Power Stadium, terminó con empate a dos.
Posibles alineaciones
Pearson tiene las dudas de Nugent y Wasilewski; Dyche no podrá contar con Ashley Barnes sancionado, además de los lesionados Marney y Long.
