Con un punto no basta

Un Britannia Stadium casi lleno recibía a unos potters y a unos black cats que llegaban a este encuentro de la trigésimo cuarta jornada de la liga inglesa con objetivos, sensaciones y realidades bien distintas.

El Stoke City, con los deberes bien hechos desde hace semanas, está inmerso en un continuo proceso para superarse a sí mismo y para batir los récords del club. En la tarde del sábado, los de Staffordshire buscaban su decimocuarta victoria liguera del año, un hito jamás logrado por el cuadro rojiblanco en la máxima categoría del fútbol inglés que, además, les acercaría a otros dos registros que están en el punto de mira de Mark Hughes: el histórico noveno puesto y los 50 puntos que suponen el mejor bagaje de la historia stokie en Premier League –conseguidos ambos el año pasado bajo el mandato del entrenador galés–.

El Sunderland, por su parte, llegaba metido de lleno en la pelea por evitar el descenso al Championship. Todo lo que no fuera ganar era un mal resultado para los de Advocaat, sobre todo si sus rivales de la zona baja de la clasificación sacaban adelante sus partidos –cosa que hicieron Hull City y Leicester–.

Begovic aviva la esperanza de los gatos negros

Con esa necesidad imperiosa por vencer, el conjunto visitante no pudo comenzar de mejor manera en su partido ante el Stoke City. Y es que en el primer minuto de juego, Connor Wickham se aprovechó de un tremendo error de Asmir Begovic –algo que no es ni mucho menos habitual–, para poner por delante a los suyos. Ni con tres repeticiones se puede uno explicar cómo se le escapó el esférico al cancerbero bosnio tras un centro inofensivo de Buckley. Wickham, que no es de los que perdona dos veces, estrelló su primer remate en el cuerpo del arquero pero, en el segundo, mandó el balón al fondo de las redes.

Dick Advocaat lo celebraba en la banda sabedor de que tenía el objetivo un poco más cerca y de que, a las primeras de cambio, tenía el partido donde quería. Pero el Stoke City, lejos de acusar el tempranero y duro golpe, no se vino abajo y, con paciencia y posesiones largas de balón, comenzó a asediar el área del rumano Costel Pantilimon.

Acoso y derribo

Así, el cuadro dirigido por Mark Hughes llegó a amasar porcentajes de posesión cercanos al 80% y, poco a poco, las ocasiones de gol iban llegando. El Sunderland, agazapado y sin capacidad de reacción, tuvo la oportunidad de dar un golpe de efecto cuando en el minuto 25, en el único acercamiento más allá del gol, Jermain Defoe desaprovechó un fallo clamoroso de Philipp Wollscheid en el despeje al mandar su disparo contra el lateral de la red.

En la jugada inmediatamente posterior, quien no iba a perdonar era Charlie Adam. El zurdo escocés, que sólo marca golazos, se aprovechó de una asistencia de Marko Arnautovic para, con la pierna diestra –sí, la supuesta pierna mala del ex del Blackpool–, reventar el esférico y colarlo por la mismísima escuadra de la portería del Sunderland. Ya son tres los goles de Charlie Adam en sus cuatro últimos encuentros con el Stoke City, casi nada.

En lo que quedaba de la primera mitad, el dominio del cuadro local fue en aumento y sólo la falta de puntería, en unas ocasiones, o las buenas intervenciones de Pantilimon, en otras, impidieron que se llegara al descanso con una ventaja potter en el electrónico.

Tras el descanso, igualdad y cerrojos

El paso por los vestuarios sirvió para que Dick Advocaat realizara su primer –y a la postre último– cambio del encuentro para dar entrada a Danny Graham por William Buckley y, de paso, para equilibrar la contienda y permitir al espectador neutral disfrutar de un encuentro mucho más competido y con alternativas para ambos bandos.

La tuvieron Jordi Gómez, Connor Wickham, Jermain Defoe y Billy Jones para los black cats, mientras que Mame Diouf –Pantilimon le sacó una volea a bocajarro–, Jonathan Walters, Peter Crouch y Charlie Adam –que hizo volar al guardameta rumano para sacar una manopla prodigiosa que evitó que el balón besara nuevamente la escuadra– pusieron el peligro para los de Mark Hughes.

Pero el marcador no volvió a moverse en un encuentro que, eso sí, nos dejó la nota positiva de la reaparición tras 7 meses en el dique seco de Peter Odemwingie –después de una terrible lesión de rodilla que se produjo en agosto ante el Manchester City–. El nigeriano se llevó una atronadora ovación del Britannia Stadium y, seguramente, fue el gran triunfador de este amargo empate entre Stoke City y Sunderland.

La ansiada decimocuarta victoria en liga de los potters tendrá que esperar. El Sunderland, en puestos de descenso tras las victorias del Hull City y del Leicester, tendrá que pelear con uñas y dientes en los cinco partidos que le quedan si quiere seguir disfrutando de las mieles de la Premier League en la temporada 2015-2016.

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