Shelvey acerca el octavo puesto a Gales

En la particular mini liga por el octavo puesto que están disputando Swansea City y Stoke City, el Liberty Stadium acogía el encuentro más trascendental para el desenlace de la misma en la tarde del sábado.

Los cisnes llegaban con 3 puntos de ventaja sobre los rojiblancos aunque, igualados en el golaveraje al inicio de la jornada (-3), una victoria visitante hubiera supuesto que los de Mark Hughes adelantaran en la tabla a los locales.

Las 20.661 almas presentes en el coliseo del sur de Gales iban a presenciar una batalla casi decisiva por conseguir los objetivos de ambos conjuntos. Una meta común que consiste en asegurarse el octavo puesto que, tanto para Swansea City como para Stoke City, supondría todo un récord en la Premier League.

Una primera mitad soporífera

Quizá conscientes de la trascendencia del encuentro, quizá por los nervios y el miedo a perder, ambas escuadras salieron con el freno de mano echado al césped del Liberty Stadium. En los 47 minutos que duró el primer asueto, pocas cosas destacables pueden salvarse. Fue una primera parte de tanteo y de reservas en la que sólo Steven N’Zonzi –y ya en el último minuto de descuento– estuvo a punto de batir a Fabianski. El disparo del francés, genialmente dirigido hacia la escuadra, obligó al polaco a hacer una sensacional estirada para desviar el esférico y permitir a los suyos llegar con las tablas en el marcador al descanso.

Escasos minutos antes, Garry Monk tuvo que retirar a su delantero Nelson Oliveira por lesión para dar entrada a un Marvin Emnes que estuvo más peleón que acertado durante el tiempo que estuvo sobre el terreno de juego.

El Swansea aprieta tras el descanso

El paso por los vestuarios pareció sentarle de maravilla a un Swansea City que comenzó a rondar el área de Jack Butland –al cual le dio la titularidad Hughes porque, según él, “era un buen momento para que fuera cogiendo minutos en la élite”–, especialmente de la mano de un Gylfi Sigurdsson que tuvo hasta 3 oportunidades en los primeros quince minutos tras la reanudación.

En la primera, el esférico se estrelló contra el palo cuando, tras un sensacional disparo desde fuera del área, ya tenía batido al cancerbero stokie; en la segunda, no fue capaz de dar buena dirección a un fenomenal centro de Dyer y su cabezazo, estando sólo en el área, se marchó por encima del travesaño; y en la tercera, con toda la portería para empujarla, apareció un defensa visitante para, con un ligero desvío, hacer que el cuero no encontrase portería por centímetros. Los swans no iban a volver a perdonar.

Shelvey toma las riendas

Sin ser el 0-0 un resultado malo para los de Garry Monk, los galeses no parecían conformarse con el reparto de puntos y ansiaban asestar un golpe casi definitivo a su máximo rival en la lucha por el octavo puesto. De la mano de Jonjo Shelvey lo iban a conseguir.

Apenas con cuarto de hora por jugarse, el ex del Liverpool se inventó una sensacional jugada por la banda derecha –el Stoke City reclamó que el balón se le pudo haber escapado por la línea de banda, aunque en la repetición parece que no es así– para, levantando la cabeza, asistir en el segundo palo a un Jefferson Montero que, en plancha y de cabeza, abría la lata para alegría de los del Liberty Stadium.

Se le ponían las cosas muy cuesta arriba a unos potters que, además, se iban a quedar con un jugador menos apenas 8 minutos después tras recibir Marc Wilson su segunda cartulina amarilla de la tarde. Fue la primera expulsión del Stoke City en lo que llevamos de Premier League –era el único equipo que aún no había visto una tarjeta roja–, y llegaba en el peor momento posible.

Ya en inferioridad numérica, y en el tiempo de descuento, Ki Sung Yong se aprovechó de otra genial asistencia de Jonjo Shelvey para batir por bajo a Jack Butland y certificar una victoria que, salvo catástrofe, deja en bandeja el histórico octavo puesto para el Swansea City.

Por el contrario, al Stoke City sólo le queda ganarlo todo y esperar que los galeses pinchen. Muy difícil en cualquier caso.

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