Los medios locales hablan de 'dolorosa' derrota por parte del Sheffield United. Y es que el cuadro de Bramall Lane vio como un partido que en la primera parte tenían controlado, terminaba por escaparse no solo la victoria, sino que ponía a su rival por delante de manera clara en la eliminatoria, que se resolverá el próximo domingo.
Los de Nigel Clough comenzaron golpeando, pero a no era la noche de los Blades. En cambio, sí que lo fue Mark Cooper, que salieron del feudo del Sheffield con un resultado demoledor en lo anímico para su rival, por cómo se dio, y muy favorable para sus intereses al lograr dos tantos lejos de su estadio.
No es como empieza
La contienda empezó entre el quinto, que acogía al cuarto, clasificado de la temporada en la League One. El premio, un billete a Wembley, para el que habría que pelear frente a frente en una doble eliminatoria que tenía a más de 20.000 personas en Bramall Lane esperando llevar a los suyos en volandas.
Y espoleados por el público, los Blades salieron enchufados, prestos y dispuestos a amarrar una clasificación que les devolviera a la Segunda División británica y una vez allí, ya solo quedaba soñar con lograr objetivos más altos.
Freeman puso por delante a los suyos temprano, y nada más comenzar la segunda parte el Swindon, que falló un penalti, puso la igualada
De la mano de un imperial Freeman, autor del tanto, los locales se pudieron por delante antes del minuto 20 de la primera mitad. Aprovechando un pase desde la derecha, y casi en semifallo, la media-volea del delantero se alojó, tras rozarla el arquero, en la portería visitante. Los favoritos comandaban la eliminatoria temprano, y parecían hacerle daño los Robins, incapaces de pasar del centro del campo en los primeros compases de partido.
Pero como si de un arrebato se tratase, salió en estampida el cuadro de Swindon. Entró Byrne, omnipresente, en el área, se encontró a Harris que de manera clara derribó al jugador visitante. El colegiado no lo dudó y señaló los once metros. Gladwin tomó la responsabilidad, después distancia y ensayó el disparo. Howard, arquero del Sheffield, se hizo grande y le adivinó las intenciones; y para delirio de los suyos detuvo la pena máxima.
Parecía que todo se le ponía en contra de los visitantes, que no encontraban su juego y encima habían desperdiciado la ocasión más clara hasta el momento. El júbilo corría a cuenta de los Blades, pero el fallo había despertado al Swindon. Antes del final de la primera parte, Byrne volvía a tener una clara ocasión y obligaba a Howard a enmendar el fallo de su defensa
En la reanudación, el partido fue otro. Las ocasiones dejaron de llegar para el Sheffield, y los Robins apenas tardaron cinco minutos en igualar la contienda. Un cabezazo del veterano Ricketts a la salida de un saque de esquina lejos del alcance de Howard ponía las tablas en el marcador, haciendo justicia al esfuerzo que tras el gol había realizado el cuadro visitante.
Desde entonces, el choque cayó en un intecambio de golpes. Flynn tuvo una para aventajar a los suyos, antes Smith y Hylton habían estado a punto de consumar la remontada; mientras que Davies, en el tramo final, tuvo la oportunidad más clara, en un doble intento de cara a portería, de darle por fin el ansiado triunfo parcial a su equipo.
Y apareció Byrne
Bryne, el mejor del partido, culminó la remontada con un tiro desde fuera del área ya en el descuento
El chico para todo de los Robins volvió a ejercer de tal. Lateral derecho, izquierdo, central y hasta centrocampista. Nathan Byrne se ha ganado ya el sueldo de la temporada. El jugador, que después de la cesión firmó en 2013 su pase definitivo al cuadro de Swindon, fue el encargado de apuntillar el encuentro y al rival, cuando el partido moría.
En el descuento, que terminó alargándose hasta los siete minutos, llegó la estocada final del Swindon. El incisivo futbolista inglés, que había gozado de gran cuota de apariciones especialmente en el tramo ofensivo de su equipo, recogió el penúltimo balón del choque por la derecha. Dos pasos hacia adelante, oteó el horizonte y probó fortuna.
El disparo, sin ser potente, sí iba con la malicia del que intenta superar al rival. El bote del cuero justo antes de llegar al guardameta despistó a Howard, y el balón terminó alojándose en el interior de su portería. Delirio visitante y remontada consumada. Unos minutos más aguantando el chaparrón y se acabó un partido que les deja henchidos de moral y confianza para afrontar la vuelta.