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Balotelli bien vale una plaza de Champions

El Milan estuvo espeso durante prácticamente todo el partido, pero un remate de Mario en el segundo palo dio los tres puntos al conjunto de Allegri. El Torino controló bien al rival, pero no acertó en los contragolpes. El Milan lo tiene todo a su favor para estar en la Champions 2013/14 mientras que el Torino sigue sin estar salvado. FOTO: Balotelli en un lance del juego | AFP - Getty Images.

Balotelli bien vale una plaza de Champions
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Por Rafa Medel

Sin presión. Gracias a la derrota de ayer de la Fiorentina ante la Roma, el Milan podría jugar sin presión sabiendo que seguiría ocupando plaza de Champions League pasara lo que pasara en el choque ante el Torino. Sabiendo que conseguir los tres puntos sería dar un paso de gigante para que el balón de las estrellas ruede por San Siro la temporada que viene. Si para el Milan eran importantes los tres puntos, también lo serían para el cuadro visitante. Con sólo cuatro unidades de ventaja por encima del descenso, el Torino no podía seguir fallando si no quería verse sorprendido por la Serie B.

Para evitar esa sorpresa, Giampiero Ventura alineó un once más defensivo de lo normal. Su 4-2-4, se convertía en un 5-3-2 el día en el que el central polaco Glik era baja por sanción. Serían Di Cesare y el uruguayo Guillermo Rodríguez quienes acompañarían a Ogbonna en el centro de la zaga. Arriba, Barreto y Cerci buscando la contra rápida y con calidad. En el otro bando, Montolivo era la ausencia más notable. El ghanés Muntari ocuparía su puesto. Pazzini, por su parte, empezaría en el banquillo siendo Boateng, Balotelli y El Shaarawy los delanteros titulares.

La primera parte dejó reforzada la idea de Ventura de defender con más hombres y intentar cazar alguna contra. Primero porque el Milan sólo pudo crear peligro desde fuera del área, sobre todo con disparos por parte de Muntari, y en una internada con potencia de Abate. Pero las más claras fueron las ocasiones visitantes. Primero Cerci a los dos minutos de juego y después Barreto, tras taconazo de Cerci,  se encontrarían con Abbiati cuando lo tenían de cara para hacer el primero.

Entre medias, Boateng tuvo el gol en un rechace  de Gillet a un fuerte y lejano disparo de Muntari, que junto a su otro compatriota y Abate fue de lo mejor (o lo único) del Milan en ataque. El descanso llegó casi sin que los hinchas -que no llenaban San Siro- se dieran cuenta.

La segunda parte siguió con la misma tónica. Un Torino mejor plantado que hacía daño, pero sin sangre a la contra; y un Milan espeso sin Montolivo que se encomendaba a Constant y Abate para llegar cerca del área por las bandas. Allegri vio que El Shaarawy seguía en su línea de la segunda vuelta, apático y sin chispa, y le sustituyó por Pazzini a los diez minutos de la reanudación.

El Toro perdonó la vida

No mejoró mucho el panorama y se vio obligado a dar entrada a Niang y Robinho. Para entonces, “Il Toro” había perdonado de nuevo. En el minuto 65, Barreto remataba cerca del área pequeña un centro de Cerci, Abbiati reaccionaba pero su despeje tropezaba de nuevo en el brasileño del Torino que remataba, esta vez sin querer,  fuera de la portería milanista. Poco después (minuto 76) dispararía demasiado cruzado tras completar otro contragolpe.

Cuando el descuento se acercaba a San Siro, un centro colgado al segundo palo era tocado al palo contrario por la cabeza de Mexès y rematado por Balotelli completamente solo al fondo de las redes. Era el gol del triunfo y posiblemente el que dé el pasaporte para la Champions. El 1-0 con el que acabaría el partido pudo convertirse de nuevo en empate, pero Meggiorini, tras robar en acto de fe, no encontró puerta en su disparo ajustado ya en el descuento.

Con la derrota y faltando por disputarse nueve puntos, los de Ventura seguirán cuatro puntos por encima del descenso porque el Palermo fue incapaz de sumar en su visita al flamante campeón de Italia. Misma distancia (4) que pone el Milan con la Fiorentina, pero a su favor, en pos de conseguir la plaza de Champions League que hace unos meses parecía imposible en Milanello, pero que ahora casi se toca con los dedos.