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5 minutos de locura definen la suerte de Inter y Parma

El Inter acumula su tercer empate consecutivo en Serie A después de un 3-3 que bien pudo resultar peor para los de Mazzarri. Entre los últimos minutos del primer tiempo y los primeros de la segunda parte se definió un partido que dominó en mayor medida el Parma. (Fotos: AP, La Presse, Ansa).

5 minutos de locura definen la suerte de Inter y Parma
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Por Ignacio Paramio

Es cierto que el Inter llegaba tras 7 partidos sin perder, pero no deja de ser cierto tampoco que 2 empates en las 2 últimas jornadas le han alejado de la cabeza de la clasificación. Aunque no es su objetivo, refleja las carencias que aún caracterizan a este Inter. Bastante tiene Mazzarri con haber hecho de los nerazzurri un equipo competitivo. Pinchazos como éste frente al Parma definen la posición del equipo al final de la temporada, más aún si no aprovechas los pinchazos habituales de tus competidores.

El Parma, como ya hiciera frente al Napoli previamente, salió convencido de sus posiblidades de llevarse el encuentro. Los problemas de los locales, tanto con balón como sin él, permitió a los de Donadoni acomodarse con el balón y recuperarlo rápidamente. Cassano aparecía entre líneas mientras Parolo y Sansone campaban a sus anchas. Así llegó el primer tanto: una combinación rápida entre los dos últimos permitió a Sansone batir en el mano a mano a Handanovic. Aún no había aparecido el Inter por el Giuseppe Meazza. Tal era la situación, que la hinchada sólo se había acelerado con algunas interceptaciones de Zanetti.

Con un gol en contra y a partir del minuto 15, el Inter comenzó a despertar. El Parma retrocedió hasta su campo, mientras que Kovacic, Guarín o Jonathan lideraban unos ataques llenos de coraje pero con muy poco sentido. En el fondo, el conjunto de Mazzarri es así: ante la falta de calidad, mucha pegada. El problema es que, esta vez, Palacio no estaba acertado. Además, las embestidas locales resultaban bastante previsibles ante la poca participación por la izquierda de Ricky Álvarez y Zanetti (bastante tenía el ‘capitano’, a sus 40 años, con frenar a Biabiany).

Festín de goles

Entonces apareció por enésima vez Jonathan y de sus botas nació el centro que Palacio envió a la red. Era el minuto 44. El Meazza respiraba, sin saber lo que le venía encima. No se puede criticar a Handanovic después del año y medio que lleva sufriendo en Milán, pero su error entrará por la puerta grande en la lista de cantadas de la temporada: tras un centro sin peligro de Paletta, al esloveno se le coló debajo de su cuerpo el balón, quedándose muerto para que Parolo pusiera el 1-2. Tras el descanso al Inter le tocaría remar contracorriente de nuevo.

Con lo que les había costado a los de Mazzarri batir a Mirante, era difícil prever que en tan solo 2 minutos, Palacio y Guarín darían la vuelta al marcador. Un buen centro de Ricky Álvarez dio lugar al empate, mientras que un disparo del centrocampista colombiano del Inter pegó en Lucarelli y terminó en el fondo de la red. Hasta entonces, el Inter continuaba dominando, apoyado en el mayor protagonismo de Ricky Álvarez y la movilidad de Palacio. Ahí acabó prácticamente el partido de los nerazzurri. Porque lo que ocurrió después bien puede entrar en un capítulo de los sucesos en los que suele participar el Inter.

Después de remontar, un error defensivo provocó que Cassani recibiera completamente libre en la banda derecha y pusiera un centro en el punto de penalti para que Sansone lograse su segundo gol. De nuevo empate en el marcador, aunque esta vez no volvería a variar. El Parma, consciente de la debilidad defensiva de su rival se fue en busca de la victoria, pero Handanovic se esforzó para hacer olvidar su error y mantener a su equipo con vida. Hubo tiempo hasta el final para ver la ovación con la que fue despedido Cassano por la que fuera su hinchada, o para descubrir que sin los goles de Palacio, este Inter sería mucho menos de lo que es.

De poco vuelve a servirle al Inter que Fiorentina o Napoli tropiecen. Para optar a los puestos de Champions League es necesario mucho más, aunque este año la clasificación parece estar bastante barata. Puede que lo mejor para el Inter sea tratar de ofrecer una imagen de equipo sólido (que no es poco viendo de dónde viene), y partir de verano, con los posibles fichajes que lleguen de la mano de Thohir, emprender una renovación que permanece parada desde hace años.