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Klose sentencia al Inter

El gol del alemán, a falta de 10 minutos para el final del partido, certificó la victoria de la Lazio sobre el conjunto nerazzurro. Mal partido de ambos equipos, que no supieron imponer ningún ritmo, lo que les impidió disponer de ocasiones claras. Edy Reja dirigía su primer partido con la Lazio desde que dejase el club en 2012. También reapareció Diego Milito. Foto: Squawka.

Klose sentencia al Inter
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Por Ignacio Paramio

Volvía Ricky Álvarez al once de Mazzarri tras su ausencia frente al Milan. Pero el centrocampista argentino terminaría siendo uno de los grandes damnificados por el juego de su equipo. La pasividad de la Lazio al inicio permitía a los nerazzurri dominar el balón, pero salía a relucir uno de los grandes defectos de este Inter: las imprecisiones en ataque. No era demasiado extraño, teniendo en cuenta que  Nagatomo  y Jonathan no aparecían en banda y entre Palacio, Ricky y Guarín no eran capaces de acercarse al área de Berisha. 

Hoy también era día de regresos en la Lazio, pues Edy Redja volvía a la que fue su casa hasta el pasado 2012. Más allá de la ausencia de Marchetti, baja de última hora, el primer once de Reja destacó por la ausencia de Onazi, que en los últimos partidos había sido uno de los más destacados.

Tras los primeros minutos de partido el Inter comprendió su incapacidad para jugar con pocos espacios, dejó el balón a la Lazio y retrocedió unos metros. La idea era bastante evidente: aprovechar la velocidad de Palacio, sobre todo, para crear peligro a la espalda de la defensa laziale. Sin embargo, la estrategia se les volvería en contra rápidamente. Palacio volvía a encontrarse lejísimos de sus compañeros (tanto físicamente como a nivel futbolístico), por lo que el Inter seguía sin ideas.

De ello se aprovechó la Lazio, que a base de jugadas aisladas y errores de su rival conseguía poner en aprietos a un Handanovic que demostró una vez más no encontrarse en su mejor momento de forma. Aun así en la primera media hora lo único relevante había sido la lesión de Konko, al que tuvo que sustituir Cavanda.

Además de  Ricky  Álvarez, otro de los pe rjudicados por el partido propuesto por los dos equipos fue Hernanes, ya de por sí intermitente, que sin la posibilidad de recibir el balón entre líneas se encontraba igual de perdido que el número 11 del Inter. Ni siquiera Klose, cuyo perfil se acerca más a la situación que se vivía en el Olimpico, era capaz de generar alguna ocasión. La primera parte acababa con dos acercamientos muy pobres del Inter por la izquierda. En total un disparo a puerta de los locales por ninguno de los visitantes definían a la perfección lo visto sobre el césped.

Nada nuevo en la segunda mitad

A la salida de los vestuarios el Inter volvía a hacerse con el balón y por un momento pareció que el ritmo del partido subiría de cero a algo más razonable. Pero el problema seguía siendo el de la primera parte, pues ni Cambiasso ni Kuzmanovic eran capaces de liderar el ataque nerazzurro. Milito y Kovacic calentaban en la banda mientras observaban la desesperación de Mazzarri en el banquillo. Total, que lo que en principio parecía ser un cambio a mejor en el soporífero espectáculo que ofrecían Lazio e Inter, acabó resultando  una leve ilusión.

Kovacic y Milito sustituyeron a Kuzmanovic y Guarín, respectivamente, pero nada mejoraba. Resultaba más que obvio que el que lograse un gol de los dos equipos terminaría siendo el que se llevase el encuentro. Lo difícil era que alguno lograse el gol. Pero si hay alguien capaz de rescatar una victoria de un partido insulso, ese es Miroslav Klose. El alemán había tocado apenas un par de balones, pero en el tercero, cuando el reloj rondaba el minuto 80, un centro desde la derecha de Candreva se convirtió en una asistencia para Klose, que se adelantó a la defensa y sin que llegase a botar reventó el balón con la derecha para batir a Handanovic. Si en ese tiempo el Inter no había sido capaz de crear una sola ocasión clara de peligro, era difícil imaginar que pudiera hacerlo en 10 minutos. Y así fue. De hecho, de no ser porque Juan Jesus se encargó de evitarlo, Klose hubiera conseguido el 2-0 aprovechándose de un error de Rolando.

Seguramente el resultado fue injusto por el hecho de que ninguno había merecido la victoria (de haber sido posible, ambos deberían haberse quedado con cero puntos), pero Klose volvió a marcar la diferencia. El Inter por su parte siguió dando razones a Thohir para que en lo que queda de mes de enero el magnate indonesio se afloje el bolsillo y traiga a algún fichaje que ofrezca algo más de fútbol de lo que tiene la plantilla nerazzurra en estos momentos.