Callejón afirmó el pasado verano que anotaría 20 goles en su primera temporada como jugador del Nápoles. La cifra era osada. Pocos creyeron aquella promesa. Pero al ex jugador del Real Madrid se le veía convincente. No era el típico alegato de quien quiere quedar bien el primer día vendiendo humo. Callejón cree en él mismo y ha ido semana tras semana demostrando esa confianza. Ha completado un curso muy por encima del nivel que se esperaba de él. Su fútbol, ha sido tan bueno que incluso algunos tildan como injusto su no inclusión en la lista de convocados dada por Vicente del Bosque hace apenas 4 días. Hace un año, ese debate sonaría disparatado. Hoy no.
El Nápoles quiso decir adiós a esta temporada de la mejor manera, exhibiendo su mejor fútbol ante su afición. El primer gol llegó de los pies del granadino. No perdonó tras recibir un pase en profundidad de Mertens. Llevábamos cinco minutos de partido y Callejón ya había cumplido su promesa.
El control local del partido era abrumador. En frente había un equipo cuya digna temporada le permite saberse de vacaciones y afrontar el último partido de liga como un mero trámite. Sin embargo sus dos estiletes, Iturbe y Luca Toni, siempre son peligrosos. Fueron los únicos en crear peligro a la portería defendida por el hoy portero titular, Toni Doblas.
Pero quien creaba peligro era el Nápoles. Así llegó el segundo gol. Combinación entre Insigne y Mertens. Este último vio desmarcado a Duván Zapata. El joven delantero colombiano, consiguió revolverse de espaldas dentro del área para que, con pierna izquierda pusiera el balón ajustado al palo izquierdo de la portería rival. Diez minutos después, Zapata hacía un doblete, poniendo el 3-0 en el marcador. Callejón, desde la banda izquierda, le daba en bandeja el gol a su compañero con un centro medido.
Llevabamos apenas media hora de juego y el Nápoles ya había sentenciado el partido. El juego directo de los de Rafa Benítez estaba siendo letal para el Hellas Verona. Quedaban todavía quince minutos de primera mitad pero el marcador no se iba a mover. Por ahora.
Mertens puso la guinda al pastel
El Nápoles tenía el partido en la palma de la mano. Ventaja de tres goles en el electrónico y un equipo rendido en frente. Pero querían más. La afición pedía más. Y el encargado de terminar por aplastar a su rival fue Dries Mertens. Al igual que la de Callejón, su temporada también merece una mención aparte. Tanto el español como el belga han sido las sorpresas más agradables vistas este año en San Paolo. El salto de la Eredivise a una liga como la italiana siempre es difícil. Pero su rendimiento ha sido impecable. El partido de hoy, acorde a su temporada. En la primera parte había dado dos asistencias; en la segunda metería dos goles.
El primero de ellos se debe gracias a la constancia, a la fe. Pero también al despliegue físico y al hambre por presionar con tanta intensidad en un partido, prácticamente resuelto. Interceptó un pésimo pase de Albertazzi a su portero. A Mertens le bastó con regatear a Nicolás para anotar su primer gol del partido. Quince minutos después ponía el quinto en el marcador con un fuerte y ajustado disparo desde fuera del área.
Entre ambas estocadas del belga dio tiempo a que el Hellas Verona consiguiera anotar el gol de la honra. Una falta, ejecutada por Iturbe, golpeaba en Zúñiga y se colaba por la escudra, imposible para Toni Doblas. Veremos si el Verona consigue retener al argentino el año que viene. En verano, no faltaran ofertas por él.
El 5-1 sería definitivo. Exhibición del Nápoles ante su público en el último partido de la temporada. El proyecto de Rafa Benitez en el sur de Italia va cogiendo forma y el año que viene el equipo irá a más. Por su parte, el Hellas Verona ha de sentirse muy orgulloso de su campaña a pesar del resultado de hoy.