La mañana del domingo en Italia dejaba un interesante encuentro en Emilia-Romana que enfrentaba a Sassuolo y Nápoles en el partido correspondiente a la quinta jornada del campeonato liguero. El Nápoles llegaba con tan solo una victoria en cuatro partidos y con un Rafa Benítez muy cuestionado. En los últimos días, se hablaba incluso de que su puesto peligraba en caso de que no venciera al Sassuolo en el que era, hasta el momento, su siguiente compromiso en liga. El Sassuolo, por su parte, aún no conoce la victoria en esta Serie A 2014/15 y lo que es peor, tan solo ha visto puerta en una ocasión. El peor registro goleador, que también iguala el Genoa.
El encuentro comenzó como se esperaba, con imprecisiones por parte de ambos conjuntos en el centro del campo. Fue entonces cuando el Nápoles tomó las riendas del encuentro y comenzó a tener más peso en campo rival. Así, comenzaron a juntarse los Insigne, Hamsik, Higuaín y Callejón para meter el miedo en el cuerpo rival. Los napolitanos vivían y jugaban de la única manera que saben y quieren, a la contra. Rápidas cabalgadas de los hombres de banda o del propio Higuaín generaban las superioridades que tanto necesitaba el conjunto de Rafa Benítez.
Entre tanto, llegó la primera ocasión clara del encuentro. En un córner servido por los locales y repelido por la defensa napolitana, Higuaín cazó el balón en su propio campo y echó a correr. A correr como hacía mucho que no se le veía al 'Pipa', que por cierto aún no ha anotado en lo que llevamos de campaña. La cabalgada de Gonzalo y una buena apertura a la derecha dejó a Callejón el tiempo justo y necesario para poner un balón atrás que Hamsik no acertó a resolver. Las llegadas comenzaban a ser claras.
Y tanto va el cantaro a la fuente, que al final se rompe. Higuaín cazaba -como solo él sabe- un balón en la esquina del área y se lo servía en bandeja a Callejón para que no perdonara. Era el cero a uno en el minuto 28. El de Motril, cazador nato de espacios y fusilador ínfame en el área rival, volvía a salvar el cuello de su, por el momento, entrenador. A partir de ahí, el encuentro se estabilizó. Los neroverdi comenzaron a tener más presencia en el centro del campo, pero en ningún momento llegaron a inquietar la portería visitante. Ni siquiera Zaza, desesperado durante todo el encuentro, pudo generar peligro en la primera mitad.
Tras el descanso, el encuentro se mantuvo con el mismo guion. La charla técnica de Benítez no sirvió para que los suyos mataran el encuentro, pero sí para que se mantuvieran firmes atrás. El conjunto de Benítez mejoró exponencialmente el rendimiento defensivo en comparación con lo mostrado en los primeros encuentros, gracias, sobre todo, al buen hacer de David López en el centro del campo, que se mostró muy activo.
Todo cambió en el último tramo del encuentro. Los hombres de Di Francesco comenzaron a soltarse, a asumir riesgos, para lograr aunque solo fuera un punto. Con la salida de Higuaín, los visitantes no solo perdieron mordiente arriba, también se desestabilizaron como equipo. El Sassuolo comenzó su asedio a la portería de Rafael. Lo único que les faltó fue el acierto.
En unos últimos minutos de desenfreno, en los que pudo marcar cualquiera, fueron los locales los que tuvieron las más claras. La más clara, sin duda, la tuvo Peluso en sus botas. Un centro lateral acabó en sus botas tras cruzar todo el área sin que nadie acertara a rematar, sin embargo, Peluso tuvo tiempo de sobra para pararlo y rematar -tras tocar en Zuñiga- al larguero de la portería defendida por Rafael. A partir de ahí, el Sassuolo prosiguió mandando balones al área, pero sin acierto alguno. Incluso pudo matar el partido el Nápoles con una contra de Insigne que no acertó a culminar. Al final, los puntos volaron directos a los pies de Vesubio.
La próxima semana, el Sassuolo se medirá a la Lazio en Roma, mientras que el Nápoles recibirá al Torino en casa.