Octavo partido de campeonato y la Juventus sigue sin desplegar todo el potencial que se le presupone. Esta vez la culpa no fue sólo de su medular, pues en el mediocre rendimiento de los bianconeri pudo influir también su técnico. Massimiliano Allegri decidió dejar en el banquillo a Morata, quien venía de exhibirse en Champions League, para dar entrada en el once a su habitual pareja de atacantes, Llorente y Tévez, aunque ninguno de los dos se encuentra en su mejor momento de forma.

Las otras novedades en el once respecto al partido del miércoles fueron Pereyra, que ocupó el lugar de Lichsteiner, y Marchisio, que dejó su puesto en el banquillo a Pogba. Allegri debió decidir que su actuación en Europa ya fue suficiente castigo para Pirlo y dio una nueva oportunidad al ex del Milan. Oportunidad de nuevo desperdiciada, pues el “21” volvió a mostrarse lento y falto de ideas.

Pérdidas de balón e imprecisiones fueron la tónica habitual de un primer tiempo que se decantó a favor de los locales por un simple hecho de superioridad técnica. Vidal, héroe convertido en sospechoso, se encargó de abrir la lata tras una gran contra comandada por Pereyra y una sutil cesión de Tévez, que no pecó de egoísmo, favoreciendo la reconciliación del chileno con la grada.

Antes de eso, el equipo siciliano pudo adelantarse en el marcador de forma clara tras una doble ocasión de Vázquez, pichichi de su equipo con tres goles en el campeonato. El delantero argentino probó a Buffon desde el borde del área en un remate desviado por Bonucci y fue también el encargado de rematar el sucesivo saque de esquina. Un minuto después, llegó la celebración de Vidal. Y es que ya se sabe que en fútbol quien perdona, paga.

Entregados y sin oposición

Tras el gol, la Juventus se sacudió los fantasmas y decidió dar el golpe final. El despertar se hizo más efectivo en la segunda mitad, quien sabe si motivados por un buen discurso de su entrenador o por orgullo propio. Sea como fuere, es un hecho que la Vecchia Signora se acercó mucho más a su mejor versión después del paso por vestuarios. Los de Allegri no dieron mucho tiempo para reaccionar a los sicilianos, que se encontraron de pronto con otro partido y sin saber cómo parar las acometidas que le llegaban por todos los frentes.

El horizonte quedó definitivamente despejado para la Juve en el 63’, cuando Llorente mandó al fondo de la red un balón centrado por Pirlo en un saque de esquina. Primer gol en el campeonato del riojano, que esta temporada se está mostrando mucho menos decisivo en el juego de su equipo de lo que lo fue el pasado año. Veremos si se trataba de una cuestión de ansiedad, liberada por fin con este gol.

El último tramo del encuentro sirvió al técnico juventino para repartir minutos y dosificar esfuerzos, en vistas del próximo encuentro de Serie A, que disputarán el próximo miércoles. Lichsteiner, Pogba y Giovinco entraron por Pereyra, Pirlo y Tévez respectivamente, siendo el más decisivo de ellos el delantero de Turín, que gozó de tres ocasiones claras, aunque no acertó a concretar ninguna de ellas.

Morata volvió a ser, una vez más, el descartado en los cambios. A pesar de ser el mejor en campo el pasado miércoles en Champions League, el ex del Real Madrid sigue sin tener un rol claro en su nuevo equipo, sobre todo en el campeonato doméstico, donde apenas ha disputado 78 minutos en ocho jornadas. Por el momento, el madrileño se debe conformar con el buen rendimiento de su equipo en la Serie A. Los tres puntos conseguidos ante el Palermo, un rival que no fue tal, permiten al equipo de Turín afianzarse como líder en solitario del campeonato italiano tras el tropiezo en Génova de la Roma de García.