Un partido de los que marcan. San Paolo volvía a vivir una semifinal de competición europea más de veinte años después. Dos partidos, una eliminatoria, separaba tanto a italianos como ucranianos de una final soñada, una final que ambos quieren jugar, y solo uno podrá.Estos dos equipos se enfrentaron en la fase de grupos en la temporada 2012- 2013, en aquel año el Nápoles ganó el partido en San Paolo por 4-2, mientras que los ucranianos ganaron su partido como local por 3-1. Ha cambiado el panorama desde aquellos partidos, en el Nápoles aún jugaban Cavani y Lavezzi, mientras que en los ucranianos jugaba el que ahora es jugador partenopeo Strinic.

Si hay algo que caracteriza a San Paolo es el ambiente que hay en sus gradas en las fechas determinantes, un estadio capaz de dejar perplejos a sus rivales y hacer que les tiemblen las piernas. La noche de hoy no iba a ser para menos. Días atrás se cumplió el aniversario de la final de la Coppa Italia en la que Ciro Esposito fue impactado por una bala falleciendo dos meses después, por lo que para los tiffosi este partido iba a ser especial. Y San Paolo no falló, un gran pancarta en uno de los fondos decoraba el estadio italiano, en dicha pancarta se podía leer Magnammancill, que en español quiere decir “coméroslos”.

El Nápoles mandó pero no marcó

Con esta presentación solo faltaba una cosa, los jugadores que saldrían al campo. Benítez salía al césped con: Andujar; Maggio, Albiol, Britos, Ghoulam; Jorginho, David Lopez; Callejon, Hamsik, Insigne; Higuain. El técnico español no se guardaba nada y ponía a los mejores en el campo. Ya no valen las roticiones. 180 minutos separaban a Benítez de una nueva final europea.

Por su parte, el Dnipro salía al San Paolo con el siguiente once: Boyko, Cheberyachko, Fedetsky, Douglas, Rotan, Léo Matos, Kankava, Federchuk, Konoplyanka, Luchkevych, Kalinic.

Saltaban los dos equipos al terreno de juego con estos onces. Los primeros minutos fueron del tanteo habitual en este tipo de citas. Tal vez por miedo a recibir un gol tempranero o por la falta de conexión, los primeros minutos del partido no tuvieron mucho juego.

Poco a poco el Nápoles se iba metiendo en el partido e iba controlando el juego. La posesión era de los locales llegando a tener un 65% de la posesión. El Nápoles empezaba a mandar y a llegar con claridad, aunque no se adelantó. Los primeros 45 minutos acababan y el Nápoles no entendía como no ganaba el partido.

Con la reanudación llegaron los goles

Nada más comenzar la segunda parte un córner botado por Insigne era rematado por David López que hacía el primer gol de la eliminatoria. Nápoles respiraba pero quería más. El equipo partenopeo había cerrado las eliminatorias anteriores en los partidos de ida, por lo que en la noche de hoy ese era el objetivo, cerrar la eliminatoria.

Los locales buscaban el segundo, un gol que abriera una brecha en el eliminatoria. Pero los visitantes jugarían su baza. En el ochenta Seleznyov que había entrado por Kalinic empataba el partido y saltaba la sorpresa en Italia. Los jugadores napolitanos reclamaron fuera de juego.

En los últimos minutos el Nápoles buscó un gol que le diera una mínima ventaja para la vuelta, pero la defensa ucraniana y la falta de puntería de los locales hizo que el marcador no se moviera más. Viendo las estadísticas se puede tener la idea de que el resultado, que es injusto, ya que por ejemplo el Dnipro solo tiró una vez por las diez veces del Nápoles, o que sacaron un solo corner en todo el partido.

La próxima semana se decide la eliminatoria en Ucrania. Un partido, una batalla, 90 minutos que colocarán a uno de estos equipos un paso más cerca del tan ansiado título europeo.