El Benfica comienza a creer en sí mismo

Buena primera parte del equipo de Jorge Jesus, sobre todo el cuarto de hora inicial, donde mostraron buen trato de balón y una presión efectiva. La segunda parte solo sirvió para dar la puntilla a un Gil Vicente que no rindió al nivel esperado. (Foto: abola.pt).

El Benfica comienza a creer en sí mismo
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Por Miguel G. Robayna

Parece que empiezan a encajar los cambios tácticos que introdujo Jorge Jesus a comienzos de temporada. Y lo hacen en el mejor momento. Lo que se vio en el estadio Da Luz ante Gil Vicente agradará a una buena parte de la afición encarnada, aunque fueron pocos los que se dieron cita en el graderío Lisboeta -otro asunto que tanto Federación como Liga deberían revisar-.

El arranque del Benfica fue de gran nivel y quedó bien constatado con dos tantos en un cuarto de hora. Unos 20 primeros minutos que desarbolaron todo lo que João de Deus pudiera tener en mente con su centro del campo tan ofensivo. Ni eso nos dejaron ver las águilas, que ya en el primer minuto tuvieron una buena aproximación por la banda. Anticipo de lo que vendría.

Fue en la segunda cuando Enzo encontró a Gaitán entrando solo por la banda y este puso un centro maravillosopara que Rodrigo abriera el marcador. El remate de cabeza estuvo a la altura de la jugada. Soberbio y a contrapié. Era el minuto dos y los gilistas ya tenían todo en contra. La superioridad benfiquista en el cuarto de hora inicial se iría a constatar con otra oportunidad de un Markovic que pinta muy bien, control y tiro en dos toques.

También Luisão mandaría un balón fuera por no mucho y el propio jugador serbio pondría su firma en el marcador, En la segunda jugada tras un saque de esquina Markovic se incorporó como una exhalación desde el centro del campo y bajó un balón llovido de Enzo, otro que vuelve a mostrar buen nivel. Rodrigo fue el encargado de recibir el balón del extremo, pero optó por cederlo de primeras a su compañero que la empujó.

Entonces Gil Vicente decició arriesgar, adelantar líneas para presionar más arriba y tratar de contrarrestar su problema en la creación. En un par de salidas el Benfica se dio cuenta del peligro que creaba con las salidas rápidas, así que se replegó y trató de salir a la contra. Se instaló una "calma chicha" en el partido que se rompía con algunas llegadas peligrosas para el área de Caleb.

Los locales no querían desgastarse y veían que las oportunidades llegaban sin mucho esfuerzo, mientras los de Barcelos no encontraban el camino a la puerta de Oblak. La mina para los encarnados eran los laterales y el espacio que dejaban, por ahí se creaban la mayoría de las oportunidades de los lisboetas. Fue así como un pase largo de Matic a Gaitán acabó en un dos para uno del argentino y Rodrigo contra el meta gilista, el resultado: 3-0. El delantero hispanobrasileño solo tuvo que asegurarse de que el esférico fuera entre los tres palos.

Con ese panorama se llegó al descanso, preveiendo que el partido tendría una segunda mitad de relleno. Así lo entendió Jorge Jesus, que aprovechó para dar descanso a tres jugadores importantes del equipo y dar confianza a otros. En los últimos 45 minutos salieron Rodrigo, Enzo y Matic, mientras que Lima siguió en el campo. Hecho que el brasileño agradeció con dos goles.

Primero marcó de penalti. Una pena máxima clara de Caleb sobre Djuricic y cuya ejecución fue perfecta: balón a un lado y portero al otro. Después de muchos minutos de poca acción y con un descuento que el árbitro no debió dar, al fin y al cabo en la Taça de Portugal se juega a eliminatoria de partido único, Lima puso la manita en otra buena jugada por la banda que otra vez Djuricic culminó con un buen pase raso al primer palo.

Cinco goles que dejan claro el potencial que tiene el Benfica y que aún no había demostrado este año. Gil Vicente no apareció y tras el cuarto gol casi se confromó con no recibir más, su potencial ofensivo se vio superado por una gran presión encarnada en el medio del campo. Los de Jorge Jesus pudieron "guardar la ropa" con miras al partido del Oporto, el fin de semana próximo, pero habrá que estar atentos a las consecuencias del resultado en la moral de este Gil Vicente.