Mourinho, es tu turno de regalar

El 25 de enero de 2011 pasará a la historia del Real Madrid como el día en que Emmanuel Adebayor fichó por el conjunto blanco. Sí, ese jugador que no encajaba en el Manchester City, que deslumbró en el Arsenal llegando a ser nombrado Mejor Jugador Africano en 2008 colocándose además como duodécimo en las votaciones del Balón de Oro, el mismo que se peleó con Bendtner, Touré, y que montó un circo al ser expulsado ante Mourinho en una final de la Carling Cup, y cómo no, el mismo que aprendió a andar a los cuatro años al salir tras una pelota.

Mourinho, es tu turno de regalar
¿Habrá intercambio de regalos?
albertopinero
Por Alberto Piñero

El 25 de enero de 2011 pasará a la historia del Real Madrid como el día en que Emmanuel Adebayor fichó por el conjunto blanco. Sí, ese jugador que no encajaba en el Manchester City, que deslumbró en el Arsenal llegando a ser nombrado Mejor Jugador Africano en 2008 colocándose además como duodécimo en las votaciones del Balón de Oro, el mismo que se peleó con Bendtner, Touré, y que montó un circo al ser expulsado ante Mourinho en una final de la Carling Cup, y cómo no, el mismo que aprendió a andar a los cuatro años al salir tras un balón de fútbol.

Eso sí, a partir de ahora, además de por todo eso Adebayor también será recordado por ser el delantero que llegó al Real Madrid en el mercado invernal para satisfacer las peticiones del técnico merengue José Mourinho de un nuevo delantero. Porque si nunca antes se había visto a un togolés en el club merengue, tampoco se había visto a un entrenador blanco enredar tanto como lo ha hecho públicamente Mourinho a la hora de pedir, demandar, exigir y casi obligar un fichaje.

Y es que el luso ha entrado al trapo todas y cada una de las veces que la situación se le ha presentado medianamente al alcance. Y no sólo eso, porque por delante se ha destapado no ya la poca conexión que se intuía con algunos despachos de la planta noble del Bernabéu, sino un auténtico quilombo en las mismas entrañas del club merengue. Sus “de Valdano no hablo”, “quiero hablar de los fichajes con el presidente directamente”, “sólo reporto a Florentino y en su defecto José Ángel Sánchez” quedarán ya perennes al haber abierto una auténtica grieta en el club y en el madridismo. Hasta el punto de que han temblado los cimientos de esa manida paz institucional que le sirvió de lema a Florentino Pérez para subirse por segunda vez al sillón presidencial tras el despropósito de Ramón Calderón. Éso, si no han llegado a estar caídos del todo durante algunos días en las últimas fechas.

Y lo más curioso de todo el enredo del nuevo nueve es que esta táctica de acoso, derribo y autodestrucción le ha salido aparentemente a la perfección a Mourinho. Finalmente se ha fichado a un nueve (y digo fichado y no cedido porque el coste de la ficha del jugador cuenta a todos los efectos), y encima Valdano ha quedado retratado a ojos de todos, hasta el punto de que ya ni viaja con la expedición del equipo. Lo cual viene a demostrar que la ambición del luso es máxima en el terreno de juego… pero también fuera de él, aunque jure y perjure querer ser únicamente entrenador. Y otra cosa más se ha demostrado a colación, y es que como le sucede sobre el verde, sobre moqueta Mourinho también es un ganador nato.

Ahora, tras el huracán que se supone extinguido queda por evaluar las consecuencias del mismo. Como por ejemplo, comprobar hasta dónde puede llegar el poder de Mourinho en este equipo con el paso del tiempo después del salto que ha dado en la escala de influencia al ganar este duelo disfrazado de batalla. O por qué no, comprobar si el luso devolverá al club el regalo del fichaje de un delantero (hecho además el día antes de su cumpleaños), y con Adebayor regresará la paz institucional de la que se ha apoderado Mourinho en estos días y que tanta falta le hace al Real Madrid. Aunque me da que esa breva no llegará a caer…

Alberto Piñero (@pineroalberto)