Harrington rememora viejos tiempos

El golfista irlandés rompió una racha de más de seis años sin ganar al adjudicarse el The Honda Classic tras superar a Daniel Berger en el segundo hoyo de desempate.

Harrington rememora viejos tiempos
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Por Hèctor Salvador

Las inclemencias meteorológicas retrasaron el desenlace del The Honda Classic hasta el lunes. Pero la espera mereció la pena, pues se vivió un emocionante final. Todas las miradas estaban puestas en el partido estelar, pues sus componentes llevaban una cierta ventaja respecto al resto. Ian Poulter (-9) lideraba el torneo al término de la tercera jornada con tres golpes de ventaja sobre Pattrick Reed y Padraig Harrington, mientras que el cuarto en discordia, Brendan Steele aparecía ya a cinco impactos de la cabeza.

Sin embargo, esa distancia que parecía insalvable se empezó a reducir y mucho tras el mal arranque de los de arriba. Tanto Poulter como Harrington cerraron sus seis primeros hoyos con un parcial de +3 tras firmar ambos un bogey y un doble bogey. Pattrick Reed aprovechó el regalo de sus compañeros de partido y, con un solitario birdie, asaltó el liderato. Paul Casey, Russell Knox y Phil Mickelson también se unieron a la pelea viniendo desde atrás. Con solo un tercio de vuelta disputado, las distancias se habían reducido prácticamente a la nada y el número de aspirantes a la victoria había crecido exponencialmente.

El primero de los de arriba en despertar del letargo fue Poulter. El inglés se desquitó rápidamente de un doble bogey en el 5 y un bogey en el 6 con sendos birdies en el 7 y el 8  para volver a lo más alto. Otro inglés parecía entonces su mayor rival. Casey terminó los primeros nueve hoyos con un parcial de -4 que le situaba a un solo golpe de su compatriota. Mickelson y Knox ya habían desaparecido del mapa, y Reed, pese al bogey en el 7, continuaba al acecho, a solo dos impactos del liderato. Pero los últimos nueve hoyos del PGA National volvieron a cambiar el panorama por completo.

El resurgir de Harrington coincidió con el hundimiento de Poulter. El irlandés encadenó cuatro birdies seguidos entre los hoyos 11 y 14, un tramo que el inglés cerró con un parcial de +5 tras hacer doble bogey en el 11 y triple bogey en el 14. Reed, con un birdie en el 14, empataba en cabeza con Harrington (-7) a falta de únicamente cuatro agujeros por jugar. Por aquel entonces, Daniel Berger terminaba su vuelta con 64 golpes, mejor registro del día y del torneo, para situarse con -6 en el acumulado, a un solo impacto de los líderes. Sin embargo, parecía que ese resultado iba ser insuficiente para ganar.

Pero el guión volvió a cambiar inesperadamente. Reed mandó su bola al agua en el par 3 del hoyo 15 y cometió un doble bogey que prácticamente enterraba todas sus opciones de triunfo. Por si eso fuera poco, luego vendrían dos bogeys más en el 16 y en el 17. Harrington lo tenía hecho en el tee del 17: dos pares le daban la victoria. Sin embargo, el irlandés mandó su bola al agua e hizo doble bogey. Nadie parecía querer ganar. Por momentos, recordó a aquel Open Británico de 2007 con el propio Harrington, Sergio García y Andrés Romero como protagonistas.

Harrington necesitaba el birdie en el 18 para forzar el desempate con un Daniel Berger que hacía horas que había terminado y que no se acababa de creer lo que estaba viendo. Pero si por algo se ha caracterizado la carrera del irlandés es por su incesante lucha. Y cuando todos le daban por muerto, Harrington se sacó de la chistera un birdie tras embocar un gran putt de unos cinco metros. Como aquel gran putt de doble bogey en Carnoustie en 2007. El desempate dictaría sentencia. Tras acabar ambos con par en primer hoyo de playoff, hubo que recurrir al par 3 del 17. Y nuevamente el agua fue protagonista. Berger se topó con el obstáculo y Harrington se llevó la victoria. El irlandés volvió a ganar más de seis años después, desde que venciera en el PGA Championship de 2008. Y lo hizo como en aquel British Open de 2007: luchando hasta el final, agarrándose a su putter en los peores momentos y en el playoff