Danny Willett aprovecha el chapuzón de Jordan Spieth

El golfista inglés se proclamó vencedor del Masters de Augusta, su primer grande, después de que el vigente campeón dilapidara su amplia ventaja mandando dos bolas al agua en el hoyo 12. Rafa Cabrera-Bello, decimoséptimo, fue el mejor español.

Danny Willett aprovecha el chapuzón de Jordan Spieth
Danny Willett es el primer jugador que gana el Masters empezando la última vuelta en quinta posición desde 1989. (Sam Greenwood).
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Por Hèctor Salvador

Dramático. Cruel. Conmovedor. Increíble. Vibrante. Estos son solo unos pocos adjetivos que podrían describir el final del Masters de Augusta. Contra todo pronóstico, Danny Willett se enfundó la Chaqueta Verde y se convirtió en el primer europeo que gana el torneo desde que lo hiciera José María Olazábal en 1999, y en el segundo inglés que lo consigue tras los tres títulos de Nick Faldo. Con esta victoria -la quinta de su carrera profesional y la primera en un grande- Willett asciende hasta el número 9 del ranking mundial de golf.

Jordan Spieth se dirigía al tee del hoyo 10 para encarar los nueve últimos hoyos del Masters con cinco golpes de ventaja, camino de hacer historia y convertirse en el cuarto golfista que lograba revalidar el título logrado el año anterior -tras Jack Nicklaus, Nick Faldo y Tiger Woods-. Cualquiera se habría jugado la casa de sus sueños y el coche a un triunfo de un Spieth que venía lanzado con cuatro birdies consecutivos entre los hoyos 6 y 9. Su juego apenas mostraba fisuras, y los pocos problemas en los que incurría los solventaba con su putter en los greenes. Además, ya había vivido una situación parecida el año pasado. ¿Qué podía salir mal?

Pero el Augusta National es un campo que esconde trampas en cualquier rincón, incluso para un Spieth que parecía sentirse como en su casa en este difícil recorrido. Primero cayeron dos bogeys en el 10 y el 11. Nada grave teniendo en cuenta que había fallado la salida en dos de los hoyos más difíciles del campo. Pero lo peor todavía estaba por llegar. En pleno corazón del Amen Corner, el hoyo 12, el estadounidense mandó su golpe desde el tee al agua, y se volvió a mojar con su tercer tiro desde la zona de dropaje. Finalmente, firmó un doloroso cuádruple bogey que le dio un vuelco al torneo. En menos de una hora Spieth pasaba de liderar con cinco golpes de ventaja a estar tres por debajo.

Un nacimiento oportuno

Y esta circunstancia la aprovechó uno que si las previsiones se cumplieran no tendría que haber estado allí. Danny Willett esperaba el nacimiento de su primer hijo para este fin de semana, y ya había decidido que no acudiría al Masters en caso de que así fuese. Sin embargo, casualidades del destino, Zacharia -así lo llamaron- adelantó su llegada a este mundo y nació el 29 de marzo. Y en el momento del descalabro de Spieth, Willett andaba por el green del hoyo 15 con una vuelta de -4 en el día y -4 en el total. De repente, era el nuevo líder. Y lejos de amedrantarse, llegó al tee del 16 y pegó un tirazo que dejó su bola a dos metros del hoyo, lo que le sirvió para hacer un nuevo birdie -su quinto del día- y elevar el liderato hasta la cifra de -5, resultado que dejaría en casa club tras sendos pares en el 17 y el 18. Sus 67 golpes (-5) fueron la mejor vuelta del día, un resultado que igualaron los también ingleses Paul Casey y Matthew Fitzpatrick.

Únicamente Spieth parecía capaz de alcanzar esa cifra, y lo cierto es que lo intentó todo. Hizo birdies al 13 y al 15 para situarse con -3 y tuvo un putt de birdie de poco más de dos metros en el 16 que le hubiera dejado a un solo golpe del líder con todavía dos hoyos por jugar. Pero desperdició la oportunidad y firmó un bogey en el 17 que acabaría siendo decisivo. Willett respiraba aliviado en Casa Club al saberse ganador mientras jugueteaba con su teléfono móvil. Pese a todo, Spieth no bajó los brazos y entregó una tarjeta de 73 golpes (+1) y -2 en el acumulado para terminar en segundo puesto -no ha bajado de esa posición en sus tres participaciones en Augusta-, empatado con un Lee Westwood que compartía partido con Willett y que salió al tee del 16 a un solo golpe de distancia. Paul Casey, J.B. Holmes y Dustin Johnson (-1) fueron cuartos y completaron la nómina de jugadores bajo el par del campo.

Por lo que a los españoles se refiere, ambos aprovecharon la jornada final para escalar puestos. El mejor fue Rafa Cabrera-Bello, quien con una vuelta de 70 golpes (-2), terminó con +4 en el acumulado en un meritorio decimoséptimo puesto en su primera participación en el Masters. Sergio García, por su parte, reaccionó tras la calamitosa vuelta del sábado y con una tarjeta de 71 golpes (-1), logró finalizar en el puesto 34.