El problema de rozar la perfección una vez es poner el listón a una altura casi inexpugnable para la siguiente. Lo saben en el taekwondo español, excelso en los Juegos Olímpicos de Londres 2012 con un oro (Joel González) y dos platas (Brigitte Yagüe y Nicolas García), en cabeza del medallero, un reto casi imposible de igualar. Yagüe, de 35, se retiró a mitad del ciclo olímpico consciente de no poder superar su presea londinense, con la que abrochó una carrera que incluía tres oros mundiales. A García, de 28, un grave accidente de moto le impidió llegar a tiempo de clasificarse y también aparcó su carrera deportiva.

En Río si estará González tras cuatro años bastante menos plácidos que los que le llevaron a ser campeón olímpico y un cambio de peso que ha cambiado su rol de máximo favorito a candidato al podio. El catalán de Figueres, de 26, llegó a Londres habiendo ganado los dos Mundiales y los dos Europeos del ciclo. Sus 1,85 metros y sus larguísimas piernas no encontraron rival en la categoría de los más ligeros, los de menos de 58 kilogramos. Su enjuto pero espigado cuerpo llevaba con facilidad sus pies a la cabeza del que se pusiera por delante.

Joel González, especializado en finales agónicos

Joel ha ganado 10 kilos para Río, donde competirá en la categoría de -68kg, pese a que todo el ciclo se ha probado en -63kg, no olímpica, la misma en la que perdió en los cuartos de final del Mundial de 2013, cuando se lesionó gravemente de la rodilla, un problema que se extendió hasta dejarlo fuera del Europeo del año siguiente. El criminólogo empezó a desarrollar su carrera profesional investigando delitos en apuestas deportivas, primero en Bruselas, luego para la Liga de Fútbol. Ya recuperado, González volvió a la final mundial en 2015, donde cedió ante el belga Jaouad Achab. Sufrió para lograr la clasificación de Río en diciembre. Era 6º del ranking mundial, el último de los que entraban, y volvió a lesionarse. Recuperado, esta primavera se colgó el bronce en el Europeo.

Tanto en la primera ronda de Londres como en el Mundial del año pasado, González demostró su capacidad para los finales agónicos, remontando con puntos en los últimos segundos. Ha sido su manera de solucionar los combates atascados, donde ha demostrado un estilo más defensivo y temeroso que el de 2012, consciente de la igualdad de la nueva categoría. Necesitará esa fortuna y frialdad para asaltar el podio de Río. Debutará en octavos de final ante el croata Filip Grgic, clasificado en el Preolímpico europeo, y a partir de ahí en su camino aparecerían los cinco que le superan en el ranking.

En cuartos se podría enfrentar al mexicano Saúl Gutiérrez, precisamente uno de sus daminificados de último segundo en las 'semis' del Mundial 2015. En semifinales aparecería el coreano Daehoon Lee, su víctima en la final de Londres y su verdugo en el Mundial 2013. Desde entonces, cada uno ha ganado dos combates al otro. En otra hipotética final olímpica podría aparecer de nuevo el belga Achab, el ruso Alexey Denisenko, al que el catalán no ha ganado en ninguno de sus tres enfrentamientos, o al turco Servet Tazegul, campeón olímpico de -68kg en Londres, bronce en Pekín, dos veces oro mundial y cinco europeo. Sin embargo, el otomano cayó ante González en su único combate, en el Grand Prix de 2014, el gran retorno del campeón tras su lesión.

Eva Calvo, un ciclo en el podio pero un 2016 flojo

La cabeza visible del equipo será, sin embargo, la debutante Eva Calvo en -57kg. Madrileña de 25 años, explotó desde 2013 y será la segunda favorita en Río, solo por detrás de la británica Jade Jones, defensora del oro olímpico de la categoría. La de la española y la galesa ha sido una de las grandes rivalidades del taekwondo en este ciclo olímpico. En cinco de sus ocho enfrentamientos ha ganado la leganense, quién, sin embargo, cayó derrotada en las finales del Gran Prix de 2014 y 2015, sus dos últimos encuentros.

Calvo, bronce mundial en 2013 y plata en 2015, campeona europea en 2014, no lleva el mejor año posible. Patinó a las primeras de cambio en el continental de Montreux en mayo, mientras Jones heredaba su oro. La madrileña sabe que su oportunidad en una hipotética final en Río pasa por su calma y su cabeza fría, precisamente el que cree que es el talón de Aquiles de su rival, que falla cuando el combate no marcha como espera y pierde los nervios.

Claro que su camino hasta la esperada y definitiva final con Jones está demasiado empedrado. Se estrenará en Río con Phannapa Harnsujin, segunda en el Preolímpico asiático, y en cuartos se podría enfrentar a la croata Ana Zaninovic, 5ª del ranking y verdugo de la estudiante de Matemáticas en los Juegos Europeos de Bakú. Una derrota que Calvo le devolvió en los cuartos del Grand Prix. De ganar, las semifinales serían otro reto, con la japonesa Mayu Hamada, la mujer de taekwondo ultradefensivo que apartó a Eva del oro en los dos Mundiales del ciclo. Por su lado del cuadro también viaja la egipcia Hedaya Malak, con la que tiene sus enfrentamientos empatados a tres, pero que derrotó a la española en la final del Grand Prix de diciembre. Si puede con todas, la medalla de la mayor de las hermanas Calvo (la pequeña, Marta, se quedó a dos victorias de ser olímpica) tendría aún más valor.

El futuro se adelanta para Tortosa

La tercera baza de España será también la del futuro del taekwondo español. Jesús Tortosa, hijo de otro Jesús Tortosa, el presidente de la Federación y subcampeón mundial en 1987, ha mamado el tatami desde pequeño y con 18 años presenta un curriculum que invita a soñar con la agresividad como bandera. Es el octavo mejor del ranking entre los 16 del cuadro olímpico de -58kg y ya ha sido capaz de subir dos veces al podio de un Europeo (bronce en 2014, plata en 2016) y lograr también la plata en los Juegos Europeos de Bakú.

El de Tres Cantos empezará en la prueba de los más ligeros, la del oro de Joel González hace cuatro años, frente al chino Shuai Zhao. Nunca se enfrentó a él pero sobre el papel es el taekwondista más fuerte de entre los 10 que no entraron por estar entre los mejores del ranking. Peor serían unos hipotéticos cuartos de final, donde Tortosa ya chocaría con el campeón mundial y líder del ranking, el iraní Farzan Ashourzadeh. Hay una rendija de esperanza. El madrileño le derrotó 9-8 en las semifinales del Grand Prix de Manchester el pasado octubre. Si Tortosa repite la machada, las semifinales serían más asequibles, con el israelí Ron Atilas, verdugo en el Preolímpico europeo que le clasificó para los Juegos en enero, como gran rival para entrar a la final.

Tortosa competirá el miércoles 17 y Calvo y González el jueves 18 sueñan con otra hora mágica como la que el 8 de agosto de 2012 puso en el podio a Joel y Brigitte. La primera ronda se disputará a partir de las 14:00. Los cuartos y las semifinales comenzarían a las 20:00 y la lucha por las medallas a la una de la madrugada. Una derrota en las primeras rondas no significará decir adiós a las medallas. Si el ganador del combate avanza hasta la final, los perdedores de cuartos y octavos se enfrentarían para optar a uno de los dos bronces de cada prueba frente al caído en semifinales. Dos semanas de extenuantes entrenamientos en China y Tailandia han preparado a los tres españoles para soñar con repetir un triplete inolvidable.