Noche negra para la gimnasia española en el Arena Olímpica de Río de Janeiro. Ray Zapata, el canario de origen dominicano de 23 años descubierto por Gervasio Deferr y llamado, en cierto modo, a continuar su legado sobre los aparatos de más potencia, se despidió de Río el primer día y borra cualquier esperanzas de medalla en unos de los grandes deportes de los Juegos. Zapata buscaba la final de suelo y solo en ese aparato se ha concentrado todo el año. Olvidó el potro, donde también es un notable, para no despistarse. Su única aparición en la ciudad brasileña fue en el tapiz, donde llegaba con el aval de su medalla de bronce en el Mundial Preolímpico del año pasado. Allí le sirvió una puntuación de 15,200 puntos para subir al podio, pero el listón olímpico se iba a elevar bastante más.

Cuando Zapata entró a competir, en la tercera y última subdivisión del día, el listón de la final lo marcaba ya esa misma puntuación. Ya habían entrado los favoritos japoneses, el rey de la gimnasia Kohei Uchimura y el campeón mundial, Kenzo Shirai, 6º, los británicos Max Whitlock y Kristian Thomas, el veterano brasileño Diego Hypolito, rival de Deferr en sus tiempos, y, de rebote, Arthur Mariano. Más fuertes que nadie se mostraron los estadounidenses Sam Mikulak y Jacob Dalton. Un cartel final entre cuatro potencias que promete ser bastante más brillante que la final de Glasgow.

El alegre Zapata se planteó durante muchos meses arriesgar con un elemento complicadísimo que lleva su nombre y finalmente descartó para no fallar. No importó, porque tampoco con una dificultad inferior (6,700), aunque superior a la de tres finalistas, consiguió clavar los elementos. Falló en la salida y se elevó demasiado en el doble en plancha, según explicó después, satisfecho por su participación olímpica pese a quedar lejos de sus altas expectativas. La nota de ejecución de los jueces (8,383) penalizó sus errores, demasiado a su juicio, y con 15,083 puntos se clasificó 11º, a menos de dos décimas de la final.

La decepción de Zapata se sumó a la de Nestor Abad, incapaz también de meterse entre los 24 mejores de la final individual de todos los aparatos del próximo miércoles. Nestor Abad destacó en salto (14,900 puntos), donde solo estuvo impreciso en la salida, pero no llegó a los 14 ni en el caballo con arcos ni a los 13 en paralelas, una actuación demasiado pobre para soñar con esa cita.

A la espera de Ana Pérez en la calificación del domingo, sin grandes esperanzas, la gimnasia artística cierra un ciclo olímpico mediocre en el que ha sufrido los recortes y las estrecheces para conformar un equipo competitivo. Ni ellos ni ellas, ni en el Mundial ni en el Preolímpico, consiguieron clasificar el equipo por primera vez en este siglo. También falló esta vez el genio individual.

Verniaiev amenaza el reinado de Uchimura

El protagonista internacional apareció también en la última rotación. El ucraniano Oleg Verniaiev, de 22 años, amenaza la supremacía del japonés Kohei Uchimura y amenaza su segundo oro olímpico en el concurso del miércoles. Con 91,964 puntos superó los 90,498 del nipón gracias a la lanzadera que le proporcionaron sus notas para la calificación de hasta tres finales por aparatos: paralelas, donde entró 1º, salto y barra fija, donde se clasificó como 7º. Por si fuera poco, Uchimura ni siquiera se mostró capaz de entrar en paralelas, 10º, y falló estrepitosamente al caerse en la barra, la prueba donde es campeón mundial. El rey de la gimnasia en este ciclo olímpico, noticia en la previa olímpica por su alto gasto de teléfono al jugar al Pokemon Go, tendrá que frenar a Verniaiev en el concurso individual y, antes, liderar a Japón hacia el oro por equipos si quiere salir victorioso de unos Juegos que comenzaron torcidos.

Por detrás de Verniaev destacaron también el cubano Manrique Larduet, subcampeón mundial del concurso individual, que entró además en las finales de paralelas y barra fija; y tres de los verdugos de Zapata en suelo. Whitlock entró también en arcos, Shirai en salto y Mikulak en barra.

Desgraciadamente, la imagen del día fue la del francés Samir Ait Said, que se partió una pierna en la caída del potro y tuvo que ser retirado en camilla después de meterse en la final de anillas. Su retirada privó a Francia de repetir la final por equipos de Londres. Los anfitriones, Brasil, ocupan su puesto junto a las habituales China, EEUU, Rusia, Japón, Gran Bretaña, Ucrania y Alemania.