Tras mucho tiempo haciéndose de rogar, en la 85ª edición del Salón de Ginebra que tiene lugar durante estos días, al fin se ha desvelado la versión Type-R de la novena generación del Honda Civic. Llega justo un año después de que descubriésemos el concept que lo prefigura y que tanta expectación levantó.
Una de las causas de la larga espera fue la aparición del SEAT León Cupra, primero, y del Renault Megane RS 275 Trophy-R después, con sus respectivos récords en el circuito de Nürburgring cuando el Type-R ya estaba bastante avanzado. Honda pretendía marcar el mejor tiempo en el mítico circuito alemán con su nuevo compacto deportivo, pero su desarrollo ya no era suficiente para conseguirlo, así que tuvieron que retrasarlo para darle una vuelta más de tuerca.
Después de todo, la espera ha merecido la pena y Honda nos trae un 2.0 i-VTEC sobrealimentado, con el cual el Type-R se suma al turbo y consigue desarrollar una potencia de 310 caballos. La caja de cambios es manual de 6 velocidades y, a través de un diferencial de deslizamiento limitado, envía la potencia a las ruedas delanteras.
Es, por tanto, 20 y 25 caballos más potente que los Cupra y Trophy-R respectivamente, pero está 40 cv por detrás del nuevo Ford Focus RS, este ya con tracción total. Sus cifras prestacionales son de 5,7 segundos en la aceleración de 0 a 100 kilómetros por hora y de 270 km/h en velocidad punta.
El tiempo del León Cupra fue inesperado, por lo que decidieron retrasarlo para mejorarlo y cumplir con el objetivo.
La suspensión es adaptativa, por lo que es capaz de modificar su dureza dependiendo de la situación. Además, en el eje delantero permite reducir la influencia del par motor sobre la dirección en un 50% respecto a las versiones normales del Civic, y en el eje trasero cuenta con una barra estabilizadora que aumenta la rigidez en un 180%.
Cuando se requiera el máximo rendimiento del coche, con sólo presionar el botón “+R” la respuesta del motor aumenta, la suspensión se vuelve más rígida y la dirección menos asistida. Para detenerlo, el sistema de frenos corre a cuenta de Brembo, con discos perforados de 350 milímetros de diámetro y pinzas de cuatro pistones, situados dentro de las llantas de 19 pulgadas.
La reacción de la mayoría del público al ver las primeras imágenes ha sido echar en falta el impresionante alerón con los pilotos integrados que lucía la versión conceptual. En su lugar, se sitúa otro alerón, también de grandes dimensiones, pero conservando las ópticas traseras habituales. En la parte inferior de la zaga, se ha implantado un difusor con dos salidas dobles de escape. Los pasos de ruedas se han ensanchado y en las aletas delanteras incorpora rejillas de ventilación.
El tiempo conseguido en Nürburgring durante la fase de desarrollo ha sido de 7 minutos, 50 segundos y 63 milésimas, consiguiendo hacerse con el récord de vehículos de calle con tracción delantera en el histórico circuito alemán. Se lo arrebata al Megane RS 275 Trophy-R con una marca prácticamente 4 segundos más rápida. Honda asegura que las especificaciones técnicas han sido muy similares al modelo de producción, pero volverá a Nürburgring con el Civic Type-R definitivo para formalizar el récord.