Marc Márquez partirá desde la cuarta posición en el Gran Premio de Cataluña, una prueba crucial en sus aspiraciones para ganar el título de MotoGP por tercer año consecutivo. El piloto de Honda no pudo colarse en primera fila al ceder con las Suzuki y con la Yamaha de Lorenzo y confía en su salida y su ritmo para frenar al balear en su intento de ganar su cuarta carrera seguida.

Pese a no estar en primera línea, Márquez se mostró "contento" debido a "los progresos en la entrada de la curva". "Aún no rodamos de la manera que lo hacíamos el año pasado, pero podemos hacer tandas largas que nos hacen ser optimistas de cara a la carrera de mañana", asegura el campeón del mundo, que, no obstante, admite que aún "falta otro pasito para estar luchando por la victoria". El punto negativo para el de Cervera es el momento en que "el neumático pierde adherencia y la moto patina más".

El piloto de Honda dio, además, su opinión sobre las dos temperaturas a las que se ha enfrentado este fin de semana: "Con menos temperatura se va más rápido y más cómodo pero estamos más lejos de Yamaha, mientras que cuando sube la temperatura sufrimos más en cada curva pero rodamos más cerca en tiempo que Lorenzo y Rossi". Márquez cree que los dos pilotos de Yamaha son los favoritos para ganar, aunque piensa que las Suzuki, especialmente Espargaró, tienen mejor ritmo de lo que la gente piensa y aguantarán en torno a "diez vueltas con el grupo de delante".

Márquez admite que este año está trabajando mucho más en el box, debido a que las cosas no terminan de salir como él quiere, y promete una actitud valiente para la carrera: "Estamos en una situación en la que tenemos que arriesgar, pero no tenemos margen de error. Si queremos ganar a Lorenzo tenemos que tomar riesgos". El cuatro veces campeón hizo una cómica comparación con el motivo de su casco: "Al igual que Gaudí, nosotros tenemos que reparar las cosas que rompemos".