Poles, victorias y caídas. En esas tres palabras se resume la complicada tercera temporada de Marc Márquez en el Mundial de MotoGP. Por primera vez conoce el sabor de la derrota. Por increíble que pudiera parecer hace apenas diez meses, el de Cervera ha sido derrotado, y sin que llegara con opciones al tramo final del año. Una Honda muy diferente a la que le coronó en 2013 y 2014 y un estilo de pilotaje que, orgullosamente, no se adapta a las circunstancias, las claves del cambio de rey en el mundo de las dos ruedas.

Márquez comenzó a perder el Mundial un día después de haber ganado el título en 2014. En los tests de Valencia posteriores a la última carrera de la pasada temporada, el equipo Honda experimentó diversos problemas en el chasis que los dos pilotos del equipo oficial reportaron a la escudería, que hizo caso omiso a las peticiones, especialmente por parte de Pedrosa, de cambiar de chasis de cara a los tests de Sepang, en febrero de 2015.

Sepang era un espejismo

El circuito malayo ocultó los problemas de Honda en el chasis y en la potencia de su motor, que hacía de la RC213V una moto absolutamente inconducible en prácticamente todos los trazados excepto Sepang, eterno feudo de la marca del ala dorada. Allí Márquez voló en las dos tandas de entrenamientos y parecía que todo se había solucionado. Mucho han aprendido en Honda para programar un test en Jerez esta temporada para que no suceda exactamente lo mismo.

Foto: Mirco Lazzari/Getty Images

Márquez se plantó en cara con la vitola de piloto a batir y con la sensación de que sería una sorpresa monumental si algún rival le batía en la clasificación general. Pero la pesadilla del 93 comenzó, precisamente, en la primera carrera del año. En el mismo día que Rossi anunciaba sus intenciones de ganar el título y Pedrosa soltaba la 'bomba' de que se retiraba temporalmente, el ilerdense vivió un auténtico calvario. Los problemas en la entrada de las curvas fueron demostrados en la salida, cuando perdió más de 15 puestos al entrar largo en el primer viraje del año. Era el principio del fin.

La victoria en Austin, otro feudo de Honda y Márquez, junto a Alemania y Malasia, fue sólo un espejismo. Los problemas de Qatar se volvieron a reproducir en Le Mans. En el trazado galo se vio a Márquez pelear con la moto en cada frenada, salvando más de 10 caídas seguras durante las 28 vueltas del GP de Francia. Lo salvó con un cuarto puesto, que le alejaba del liderato, pero lo peor aún estaba por llegar.

Seis 'ceros', demasiado lastre para ganar un Mundial

Mugello y Montmeló fueron los peores momentos de Márquez en su terrible 2015. Dos caídas en carrera, luchando por sendos podios, le dejaron prácticamente KO en la lucha por un campeonato que tenía ya a Rossi y Lorenzo como únicos pretendientes. Fue entonces cuando Honda dio la razón a sus pilotos y decidió cambiar el chasis, montando el de 2014, ese que les hizo ganar 13 carreras (más la de Pedrosa en Brno) y dejaron a Yamaha en un rival sin armas. Ya era demasiado tarde para ganar el Mundial.

Foto: Mirco Lazzari/Getty Images

Llegaron victorias, como las de Sachsenring o Indianápolis, amagando con una remontada prácticamente imposible, pero Márquez se volvió a estrellar con su límite. La caída de Inglaterra, siguiendo a Rossi en mojado, y la de Aragón, persiguiendo a una de las mejores versiones de Lorenzo, mostraron que no sólo el chasis era un problema. También lo era el propio estilo de Marc. El cuatro veces campeón del mundo sólo sabe pilotar al límite, y cuando no tiene una moto que le permita hacerlo, no tiene garantías de éxito.

Los problemas para Márquez, no obstante, se acumulan: la entrada de Michelin como suministrador único de neumáticos tiene al de Cervera como principal perjudicado. Las gomas francesas permiten forzar aún menos el tren delantero, principal tendencia del catalán, y en Honda aún no saben cómo gestionar los problemas que tienen con la nueva centralita única. Si quiere ser campeón en 2016, debe buscar soluciones, no recurrir a las virtudes que todo el mundo ya conoce. Márquez debe sorprender.

El enfrentamiento con Rossi, el colmo de un año para olvidar

Caso aparte es el capítulo polémico que ha vivido este año y que, probablemente, se prolongue la próxima temporada. En Sepang, Rossi le acusó de entorpecer su lucha por el título por venganza personal por lo sucedido en Termas de Río Hondo y Assen. El catalán respondió con un marcaje al hombre en Malasia, que acabó con el episodio más polémico de la historia de este deporte, y con la controvertida actitud del 93 en Valencia, como literal 'escolta' de Lorenzo en las últimas vueltas que coronaron al balear en Cheste.

Foto: Mirco Lazzari/Getty Images

Aunque suele ser una caja de sorpresas, Valentino no es de los que olvida. Su 'un-follow' a Lorenzo y a Márquez en las redes sociales muestra que las rencillas siguen abiertas y que 2016 no será un año tranquilo. La guerra entre Márquez y Rossi sigue abierta y eso es algo que puede condicionar el próximo campeonato. Muchas son las voces que se preguntan qué sucedería en caso de que Márquez se juegue el título y Rossi no. ¿Cómo reaccionaría Valentino en las carreras?

Para comenzar a averiguar las respuestas que se plantea este artículo aún quedan más de tres meses, pero es un invierno importante para Márquez y Honda. El piloto de Cervera tiene varios frentes abiertos. Principalmente, solucionar los problemas en la potencia del motor y en la electrónica. También intentar buscar alguna alternativa a su estilo de pilotaje 'anti-Michelin'. Y, por último, en gestionar lo mejor que pueda una guerra abierta con el piloto más mediático de todos los tiempos. Tras un debut 'de rositas', el peaje para Márquez ha llegado con algo de retraso. Queda por ver cómo responde.