El proceso de resurrección particular que ha sufrido la marca italiana desde 2014, cuando llegara el experto y veteranísimo ingeniero Gigi Dall'igna al box, tiene marcado este 2016 como el año en que plantar cara a los monstruos japoneses. En 2015, a pesar de tener algunos destellos de brillantez, especialmente en el tramo inicial de temporada, poco a poco la GP 15 fue quedándose atrás, siendo la sombra tanto de Yamaha como de Honda. Solo la inspiración de Iannone en Phillip Island fue capaz de sacar una sonrisa a los ducatistas en la parte final del campeonato.
Lejos queda ya la última vez que una moto roja copara el cajón más alto de un gran premio. Lejos queda esa tarde australiana de octubre de 2010 que vería como Casey Stoner, quien sino, lograra la última victoria para Ducati. A partir de ahí empezó el drama, el via crucis. Ni la llegada del nueve veces campeón Valentino Rossi pudo reconducir la senda iniciada. La ambición de Il Dottore por lograr el sueño de vencer con Ducati hizo que la marca se perdiera en un camino lleno de cambios de filosofía y que terminó con uno de los buques insignia de la Ducati campeona de 2007, Fillipo Preziosi, fuera del proyecto.
La temporada pasada, pese a no lograr esa ansiada victoria, se sentaron las bases para un futuro esperanzador. Esa potencia de la que Ducati siempre presumió pero que nunca controló, gracias a la mano de Dall'igna, pudo controlarse. Esa dramática entrada a las curvas que ni el mismísimo Valentino Rossi pudo remediar también fue solventada gracias a unas atrevidas aletas, más propias de un Fórmula 1 que no de una moto de competición. Estas mejoras contribuyeron a elaborar una moto que, en conjunto, ya no estaba tan lejos de la cabeza, y que podía dar más de un susto a las marcas que mandan desde hace años en el Mundial.
La Desmosedici GP, una evolución conservadora
Como dice el refrán, si algo funciona, mejor no tocarlo. Así se resume la línea de desarrollo que ha seguido Ducati a lo largo del invierno. La Desmosedici GP, la nueva montura de la marca italiana, mantiene los conceptos básicos que llevaron a Dovizioso y a Iannone a posiciones más privilegiadas. Se mantienen las aletas, e incluso se amplían. Si hace un año estos elementos aerodinámicos causaban curiosidad e incluso sacaban alguna sonrisa en el Paddock, este año tanto Yamaha –ya las equipó en el tramo final de la temporada pasada– como Honda se apunten a esta moda.
Por lo que respecta al resto del conjunto de la moto no se observan grandes cambios. La estructura del chasis se ha mantenido, aunque según parece, los cambios más destacados se encuentran bajo el carenado de la moto. El motor, el más potente de la parrilla la temporada pasada, seguía pecando de una excesiva agresividad en el primer toque de gas, aunque no llegaba al punto de descontrol que sufrió Honda y que tanto Márquez como Pedrosa sufrieron la temporada pasada. La evolución del motor, con una entrega de potencia algo más dócil y manejable, permitirá una mejor aceleración a la salida de las curvas, y así, poder explotar mucho más la caballería de la bala roja.
Según lo visto durante el invierno, la adaptación de Ducati a la nueva reglamentación –nuevos neumáticos y centralita electrónica única– ha sido correcta. Claro queda que no ha sido tan positiva como la que ha tenido Yamaha, y que Lorenzo ha demostrado a lo largo de los test, pero tampoco ha sido tan negativa como la de Honda. En cualquier caso, la tónica general esta temporada será de una evolución progresiva por parte de todas las marcas. En lo que respecta a los neumáticos, quien ha sufrido especialmente ha sido Dovizioso, que se ha visto lejos del rendimiento de Iannone a lo largo del invierno, siguiendo con la tendencia que ya mostró en la parte final de la pasada temporada.
Dovi y Iannone, en el punto de mira
Más allá de lo que pase en la pista, el 2016 será un año caliente en los despachos. Es año de renovaciones, los cuatro fantásticos terminan contrato. Y en Ducati, no fueron pocas las voces que señalaron que, si uno de estos pilotos hubieran estado a los mandos de la GP 15 la temporada pasada, la victoria hubiera llegado casi con total seguridad. En esta dirección, Iannone, quien empezó la temporada pasada como el segundo piloto de la escudería, a la sombra del veterano y regular Dovizioso, gracias a actuaciones como la de Australia, logró desbancar a su compañero y adquirir galones en la marca.
Dovizioso, por contra, fue de más a menos, y si su temporada es negativa o no todo lo buena que la cúpula directiva ducatista quisiera, no se descarta su salida. Tanto cualquiera de los cuatro fantásticos, como talentos emergentes como Maverick Viñales o valores de la casa como Petrucci o incluso Redding, una de las sensaciones de la pretemporada, podrían ocupar su lugar. Si quiere seguir en Ducati, Dovi debe dar un paso al frente y volver a estar a la altura de su compañero. La espada de Damócles está sobre su cabeza.
Ha llegado la hora de confirmar la resurrección en Ducati. Es momento de dejar atrás esa dura senda que les ha llevado a estar seis años sin lograr una victoria. Ha llegado el momento de volver a estar en la lucha, quizá no para rememorar esa temporada 2007 que llevó a Stoner a lograr el primer y único Mundial de MotoGP para Ducati, pero si para estar luchando regularmente por las victorias y para poner en apuros a Honda y Yamaha. Ha llegado la hora de resurgir. 2016, el año marcado en rojo para Ducati. Catar, su primera oportunidad para regresar, tras años de sequía, a lo más alto del podio.