Alejados de los focos, sin hacer ruido, pero con hambre de ganar. Una brillante lucha de espadas se realiza por detrás de los cuatro fantásticos. Adelantamientos sin piedad y espectaculares batallas. Muchas veces ignorados por la realización de carrera, pero siempre están ahí al acecho. Esperando su oportunidad, su momento de destacar y ante los focos brillar.
Cuentan con el apoyo de las principales marcas del Mundial, que los consideran como las segundas bazas, pero sobre todo valorando la frialdad, juventud, moral y talento que han demostrado en categorías inferiores donde sus resultados, les han servido para tenerlos en cuenta y considerarlos como los candidatos perfectos para sustituir a los pilotos de primera fila.
Compiten con una presión extra, saben que el más mínimo error les pueden apartar de la batalla por esos puestos, teniendo como principal aval los resultados cosechados y el ritmo de trabajo mostrado. Aspiran a estar en primera fila de batalla, en la misma donde sus ídolos o los favoritos juegan y ellos solo pasan la frontera en ocasiones contadas, donde sus manos y su pilotaje ha marcado un antes y un después, para ganar puntos extras a favor de sustituir a campeones o subcampeones del mundo.
Todas las miradas están puestas en cuatro hombres que la pasada temporada dieron un espectáculo en la pista que no tiene nada que envidiar al dado por los protagonistas de las cámaras. Sin duda los equipos satélites son los bancos de pruebas de los oficiales, teniendo todas las miradas puestas en ellos, siendo el Monster Yamaha Tech3 quien mantiene la presión mediática centrada en su equipo, donde ambos pilotos disputarán su última temporada bajo sus colores, con pocas posibilidades de renovar y jugándose el todo por el todo en 20 carreras, pasando por los cinco continentes, durante siete meses.
Por un lado está uno de los niños mimados de la marca de los diapasones. Bradley Smith tiene por delante una de las temporadas más complicadas de su trayectoria, donde el británico pese tener unos resultados más que decentes, siendo sexto clasificado el pasado año en la general, con actuaciones como la de San Marino bajo la lluvia logrando el segundo puesto o el cuarto de Malaisia, tendrá que centrar toda su atención en su principal punto débil, las sesiones de clasificación si quiere realizar una temporada para enmarcar en su cuarto año en el equipo de Hervé Poncharal.
Al otro lado del garaje está el único español perteneciente a un equipo satélite de fábrica: Pol Espargaró. El campeón del mundo del 2013 de la categoría intermedia, dio bajo la supervisión de Yamaha el salto a MotoGP, en una temporada debut bastante discreta. El pequeño de los hermanos Espargaró está viviendo su particular “via crucis” en la categoría reina, donde no logra despuntar, cometiendo varios errores de pilotaje importante, finalizando la pasada temporada en novena plaza, una posición decepcionante según ha calificado el propio Poncharal, que espera el de Granollers pueda mejorarla. Y no es para menos, por el momento se ha puesto manos a la obra en pretemporada, mostrando una confianza sobre la M1 bastante grande, con un ritmo bastante alentador sobre lo que puede ser su gran temporada. Por el momento los errores de los test de 2015 no los ha cometido, el “44” se muestra mucho más seguro.
La ala dorada tiene a uno de sus hombres de confianza (ya que su apuesta de futuro es Jack Miller) en el LCR Honda, de la mano de Cal Crutchlow, que poco a poco se va afianzando y haciéndose su hueco en el equipo de Lucio Cechinello, donde la pasada temporada dio un verdadero espectáculo en la pista, donde finalizó en octava plaza, en un año que fue de más a menos, pero todo se pudo solucionar tras la salida del sponsor principal del equipo y volviendo la calma en su garaje. El británico tiene una clara ocasión de oro para consagrarse en el equipo, con la confianza de todos sus integrantes, cosa que se ha podido ver en pretemporada con resultados más que aceptables.
Por su parte los de Borgo Panigalle han hecho un fichaje en su equipo satélite de cara al futuro: Scott Redding, que este año cambia de vestimenta y también de marca, dejando atrás dos años con Honda, con quien dio el salto de categoría. Su segundo año en MotoGP se puede decir que ha pasado sin pena ni gloria, pero ha destacado sus batallas en pista, poniendo en serios aprietos a rivales que ni el mismo se imaginaba. Por ejemplo, en la loca carrera de San Marino pudo reponerse de una caótica situación y finalizar en el podio, cosa que se valoró positivamente en el equipo. La pretemporada la ha cogido con ganas, el cambio de aires le ha sentado bien y se ha adaptado rápido a la Desomedici GP 15, que tanto prometía la pasada temporada.
Jóvenes, veloces, con la mente fría y de corazón caliente. La cantera de cada país se ve representada en ellos, cosa que a los equipos les interesa ya que las copas promociones están ganando terreno poco a poco. La ilusión con la que compiten hace que cada equipo tome decisiones, a veces precipitadas, pero siempre pensando en formar su alineación perfecta para alzarse con la corona.