A lo largo de la historia del mundial de motociclismo, Suzuki ha dejado en las retinas de muchos afortunados unos momentos inolvidables. Ha dejado un legado y una historia solamente al alcance de las grandes marcas de este deporte.
En el año 1974, iniciaron su andadura en el mundial con la RG500, con unos pilotos de lujo, Jack Findlay y Barry Sheene, éste último, leyenda de nuestro deporte, conseguiría dos años después el primer título mundial de Suzuki. Con el paso del tiempo obtuvieron grandes resultados, hasta 1983, año en el que dejaron el mundial, un campeonato al que volverían tres años después, de la mano del mítico Kevin Schwantz, entre otros pilotos.
Tras grandes años de éxitos en forma de títulos (el último en el año 2000 de la mano de Kenny Roberts) y victorias (la última fue en Valencia en el año 2001 protagonizada por Sete Gibernau) llegó el final de la era 500cc, y con la llegada de la categoría de MotoGP, Suzuki se debilitó, de tal forma que debido a un cúmulo de dificultades, la marca nipona diría adiós al mundial en el año 2011.
Pero en 2015, volvieron, fueron valientes en una época de constante progresión e innovación, no les importó el retraso que llevaban con respecto a los demás equipos de la categoría reina y juntaron la experiencia de Aleix Espargaró con el joven talento de Maverick Viñales para llevar a cabo el desarrollo de esta nueva etapa. Suzuki sorprendió, especialmente con su chasis, pero aún quedaban diferentes aspectos por pulir como la electrónica y el motor. Aún así, consiguieron buenos resultados en su primera campaña tras la vuelta a la competición, sobre todo dejando grandes sensaciones en las sesiones clasificatorias.
Así, este año, Suzuki sigue con su progresión y la verdad es que no les está saliendo nada mal. Su moto, la Suzuki GSX-RR la han mejorado, se han acercado a las marcas más punteras con el cambio de marchas ‘seamless’ y además, la nueva electrónica única e igual para todos les ha beneficiado. Con todo esto, en la tercera carrera de esta presente temporada pudimos ver una bonita pelea entre los dos pilotos de Suzuki, que terminó brindando su mejor resultado desde su vuelta: un cuarto puesto de Maverick Viñales, seguido del quinto de Aleix Espargaró.
En 2016, se les ve con posibilidades, sobre todo a Viñales (pretendido a pesar de su juventud por las grandes marcas, en especial Yamaha), de pelear por los puestos de podio durante la carrera, un podio para Suzuki que muchos confiamos que pronto va a llegar si siguen trabajando con la misma constancia y filosofía que caracteriza a la firma japonesa. Aún así, tampoco hay que quitar ojo a Aleix Espargaró, un piloto que ha tenido algunos problemas durante la pretemporada con la nueva moto pero que cada vez se encuentra más a gusto, además de contar con un talento y experiencia que avalan su trayectoria en el mundial.