No todos los días son fiesta, y menos cuando enfrente se tiene a una de las mejores selecciones del mundo. Japón asombraba al mundo hace apenas 72 horas, logrando una de las victorias más sorprendetes de la historia de los mundiales. Durante una hora de partido ante Escocia, pareció que podría dar continuidad a esa proeza, pero los caledonios mejoraron mucho en defensa y acabaron por desesperar a los nipones.
El entorno del combinado samurai se quejaba amargamente de tener que afrontar un encuentro de esta entidad con solo tres días de descanso respecto a su hazaña frente a Sudáfrica. Esta preocupación se acabó mostrando como fundada, al comprobar el desplome físico del equipo nipón en la segunda parte. Apostando por un rugby rápido, disciplinado y excelso en jugadas estáticas, los japoneses exprimieron a su delantera, que hizo un gran trabajo para aguantar el ímpetu inicial de Escocia.
Oportunidades desaprovechadas de los japoneses
Salieron en tromba los caledonios, a sabiendas del peligro que tenía el equipo nipón tras su gran nivel de juego de la primera jornada. Sin embargo, se mostraron totalmente incapaces de aguantar el ritmo en las melés de los escoceses. Concediendo dos golpes de castigo en los primeros compases del partido, los nipones vieron cómo Laidlaw ponía tierra de por medio.
Cuando la superioridad caledonia era más manifiesta, los escoceses cometieron un error en la recepción y otorgaron el primer golpe de castigo a los japoneses. Con una patada descomunal, sacaron una touch a escasos metros de la línea de ensayo, y ahí apareció la magia y fortaleza de la delantera nipona, que en un visto y no visto, cosechó el primer try del encuentro de manos a Mafi. Goromaru transformaba y ponía en ventaja al combinado japonés.
Jugadas bien hilvanadas pero incapacidad para culminar de los niponesEl ataque japonés era letal, pero en defensa se mostraban muy blandos. Una Escocia algo tímida lograba obtener golpes de castigo con pasmosa facilidad. Laidlaw siguió con su recital y puso el marcador en 12-7, justo antes de la expulsión de Matsushima. Esto, más allá de mermar el juego japonés, no hizo sino extramotivar a los asiáticos, que tuvieron sus mejores minutos de juego. Laidlaw falló dos complejas patadas, y Goromaru desaprovechó una clara oportunidad para recortar ventaja. Además, hubo una situación manifiesta para ensayar por parte de los japoneses, que sujetaron demasiado el balón en sus delanteros y quisieron pasar por encima de dos jugadores escoceses cuando estaban a apenas un metro de la línea.
Inicio prometedor y hundimiento nipón
Japón salió decidida a plantar cara y lo consiguió. Recluyendo al XV del Cardo en su campo, los samurais ejercieron una tremenda presión que tan solo se materializó en un golpe de castigo transformado por Goromaru. Apenas un minuto antes, se había producido la lesión de uno de sus mejores jugadores, como es Mafi, momento a partir del cual bajaron los enteros del juego japonés.
Los caledonios se crecieron al ritmo de su espectacular defensa
El ensayo de Hardie en una buena pero muy afortunada acción, no fue óbice para que los nipones siguieran intentándolo. Goromaru falló un tiro a palos muy sencillo aparentemente, y comenzó el recital caledonio. Bennet en el minuto 56 y Seymour en el 64 recorriéndose todo el campo al robar un balón de los japoneses en ataque, dieron la puntilla a los samurais, que escondieron la espada y agacharon la cabeza, recibiendo estoicos un carrusel de ensayos al albur de su desgaste físico.
Bennet y Russell volvieron a ensayar, mientras que la defensa era un muro infranqueable para los voluntariosos pero exhaustos japoneses. Fin del partido con buen sabor de boca por parte de ambas selecciones. A pesar del resultado final, Japón ha demostrado ser una selección a tener en cuenta. Su hundimiento final pueden costarle la clasificación, que si todo sigue la lógica recaerá en Sudáfrica y Escocia.