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Gales desgarra Twickenham

El XV del Dragón logró una victoria "in extremis" frente a Inglaterra, poniendo en peligro la clasificación del XV de la Rosa para los cuartos de final. En un partido de enorme intensidad, los galeses lograron remontar en una segunda parte apoteósica. Davies, con un ensayo en el minuto 71, y Biggar, con la transformación del mismo y un golpe de castigo muy lejano en el 75, se erigen en los héroes galeses.

Gales desgarra Twickenham
Gales logró imponerse a Inglaterra. Foto: theguardian
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Por Diego Jiménez Rubio

¿Cómo describir el ambiente que se respiraba en la meca del rugby británico? ¿Cómo involucrar al lector y narrarle el huracán de emociones que erizaron la piel de todos los asistentes a un duelo con tintes de epopeya, entre dos selecciones condenadas a entenderse? El rugby otorga un espectáculo tan vibrante en grandes partidos como el vivido en Twickenham entre Inglaterra y Gales, que el infinito poder de la palabra parece quedar corto.

Y es que durante 80 minutos se vio a 30 hombres luchar por el oval como si les fuera la vida en ello. Un repertorio de talento, coraje y honestidad, fue desplejado en el estadio inglés por dos selecciones que se estaban jugando la posibilidad del ser o no ser. El horizonte de los cuartos de final cada vez está más cercano en el tiempo, pero más lejano para el perdedor de este partido. Y fue Inglaterra.

Primer tiempo de tanteo

Ambas escuadras salieron muy concienciadas de la importancia capital del encuentro. Delanteras potentes, aleros veloces y pateadores estrellas. Owen Farrel zanjaba la polémica existente en Inglaterra sobre si debía jugar él o Ford, cuando en los primeros 25 minutos había logrado meter entre palos los tres golpes de castigo con que había sido sancionad Gales.

El juego se concentraba en el centro del campo, y las faltas en defensa se sucedían de uno y otro bando. Tremendamente intensas ambas selecciones, no era sencillo percutir, y no se tenía reparo en jugar al límite y conceder algún golpe de castillo. Con Farrell en estado de gracia, el galés Biggar tampoco falló a su cita, y convirtió el encuentro en un intercambio de golpes consentido.

May puso fin con un ensayo al duelo entre Farrell y Biggar pateando

Hasta que en el minuto 27, los ingleses combinaron a la perfección y lograron el tesoro ansiado por todos. Ensayo de May que ponía tierra de por medio, y traslucía una cierta superioridad de "los gordos" ingleses frente a los galeses, empeñados en percutir a la fuerza y dejar de lado su juego combinativo. La transformación de Farrell y un golpe de castigo balsámico convertido por Biggar al filo del descanso, dejaron el marcador en 16-9 para los ingleses.

Oda a la intensidad y el coraje en la segunda parte

Y en la segunda mitad se desató la tormenta. Una tormenta de choques, melés durísimas, placajes al borde de la legalidad, lesiones, talento e intensidad, mucha intensidad. Los centenares de kilos de ambos equipos se desplazaban por el campo como si de bisontes se trataran, arrastrando con todo lo que tenían a su paso. Los galeses refinaron un poco el duelo, apostando por jugar más a la mano. Las defensas eran férreas y sin fisuras, y Farrell y Biggar siguieron a lo suyo. Los galeses encadenaron dos buenas jugadas acabas en golpes de castigo y dejaron el marcador en un apretado 22-18 a 20 minutos para el final.

El césped era un campo de batalla. Hombros dislocados, contusiones en el rostro, rodillas torcidas. Ambos equipos lo estaban dando todo, con un Farrell desmultiplicado y exprimiendo su labor placadora. El XV del Dragón fue ganando terreno poco a poco, exprimiendo a una defensa inglesa que sufría en movimientos laterales. Sin embargo, cuando peor parecía que estaban las cosas, los ingleses hilaron una buena jugada que a punto estuvo de terminar en ensayo. Fueron conservadores, y confiaron en Farrell para asegurarse al menos el empate. No falló el bueno de Owen, y colocó un prometedor 25-18.

Gales se mostó fiera en defensa. Foto: zimbio

Pero los dragones aún tenían mucho fuego que escupir. Tras un carrusel de cambios, el juego combinativo dio sus frutos. Incursión por la banda y patada magistral hacia el centro, para que Davies recogiera el oval casi debajo de palos, y certificara el try. El espectáculo estaba servido. Empate en el marcador a falta de menos de diez minutos de encuentro, tras la conversión de Biggar.

Los ingleses se lanzaron con todo a por el encuentro. Salió Ford, aunque no dio relevo a Farrell, que siguió en pista aunque algo descolocado. Con más corazón que cabeza, el XV de la Rosa fue a por todas, pero tuvo un error en mitad de campo. Biggar estaba excelso y no dudó en pedir tirar a palos. Con el "Sweet chariot" de fondo, el infalible jugador galés estremeció los corazones de todos los espectadores, en un vuelo magistral del oval que acabó entre palos. 25-28 para los galeses y caras de asombro entre los locales.

Los galeses pelean por el oval. Foto: zimbio

Ford pudo igualar pero decidió jugar a touche, que neutralizaron los galeses

Tuvo su oportunidad el XV de la Rosa. Tras un excelso ataque, la defensa galesa concedió un golpe de castigo en el extremo derecho. Allí, Ford se envalentonó y decidió ser ambicioso. Lejos de buscar el empate, lanzó el oval a "touche". Resultó ser un fiasco, ya que los galeses sacaron del campo al receptor del balón con tremenda facilidad, al tiempo que se desvanecían los sueños ingleses. Aún tienen opciones, pero pasan por ganar a Australia. No es definitivo, pero perder ante Gales en casa resulta un duro golpe. El espectáculo de la Copa del Mundo de Rugby 2015 continúa.

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Sobre el autor
Diego Jiménez Rubio
Fui Coordinador General de Más Deportes y Viajes, y miembro del Consejo de Dirección de VAVEL España. Me encanta comunicar mi pasión por el turismo y el deporte, y hacerlo con responsabilidad y profesionalidad.